"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

El arzobispo que reclama misericordia

Los obispos españoles están persuadidos de que viven en un mundo hostil y equivocado. El cardenal de Valencia, por ejemplo, en el reciente brindis protocolario en la embajada de España tras su ascenso a cardenal, pronunció un agónico sermón sobre la importancia de Dios, en un marco, una cena, donde tocaba otro tono y mensaje. Pero los obispos tienen derecho a cultivar sus sentimientos y mostrarse como son.

Esta semana ha ocurrido algo sin precedentes. Un obispo, arzobispo, condenado por un juez ordinario por coacciones e injurias a un subordinado, a un canónigo. Es insólita la condena, lo es la descripción de hechos de la sentencia y lo es la propia denuncia y su tramitación con posiciones obstinadas de las partes. ¿No fue posible una avenencia en el seno de la familia?, ¿No hubo suficiente caridad, o humildad, o misericordia, como para evitar la ciega y serena intervención de la justicia del Estado civil.

Los obispos tuvieron fuero especial que les evitaba enfrentarse a la Justicia, lo cual era una anomalía. Sometidos al común no hay precedentes de una condena por hechos semejantes. Le ha caído al arzobispo de Granada, que antes lo fue de Córdoba y antes de Madrid. Un obispo de largo recorrido que ascendió a esa dignidad cuando estaba por cumplir 37 años.

Tras la condena el arzobispo ha reconocido “soy frágil como todos los seres humanos y como todos tengo necesidad de misericordia”. Poco que objetar a semejante proposición, solo que se aplique el cuento, que ejercite la misericordia, que le evitarías algunos problemas y se les ahorraría a sus adversarios, que no le faltan.

En algunas profesiones, incluidas las mercantiles, una condena conduce a una inhabilitación. Quizá es exagerado, el perdón y una nueva oportunidad es propia de sociedades generosas y fuertes. La Iglesia lo es y predica el perdón aunque hay veces que lo olvida.

El arzobispo merece otra oportunidad, pero la condena le debería imponer una penitencia más allá de la multa, al menos un tiempo de meditación, de humildad, de modestia y, quizá, de expiación. Pero no hay noticia de nada de eso, deben andar pensando cuando y como.

3 comentarios

  1. Dice ser seco

    Hombre desde luego queda demostrado que no es apto para tener trabajadores a su cargo.

    11 diciembre 2007 | 11:33

  2. Dice ser Splosh

    Le perdonarán, la iglesia siempre perdona. Por algo ese es su lema. ¿No perdonan siempre a los curas acusados de pederastia? ¿Los excomulgan? No, los mandan a otro destino alejado de donde metieron la mano y lo que no es la mano y un tirón de orejas.En comparación, de lo que se acusa a este señor es una minucia.

    11 diciembre 2007 | 11:48

  3. Dice ser max

    Perdonaran al arzobispo,pero el cura no creo.

    11 diciembre 2007 | 13:18

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