"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

Guerra, decano del Congreso

Puede que no sea el decano de edad (aunque cerca andará) del Congreso, pero si lo es en cuanto a permanencia. Es el único diputado que lo ha sido de forma continuada durante las nueve legislaturas, que van de la Constituyente de 1977 a esta octava en vigor. Se trata de Alfonso Guerra, un político aparentemente en la reserva, aunque su posición como presidente de la Comisión Constitucional le otorga una plataforma muy interesante.

Ayer fue el invitado del primer coloquio del curso en el Club XXI, una de las tradicionales tribunas políticas madrileñas, de cuya junta formo parte y donde suelen invitarme a moderar algunos debates. El de ayer por ejemplo. Guerra ha ganado en sosiego sin perder sutileza. Ve las cosas de lejos y ha aceptado el cambio generacional, aunque considera un desperdido que a los 65 años sea el decano de casi todo. Estima que los actuales dirigentes tienen menos nivel que los de veinticinco años atrás. Creon que tiene razón.

Y aunque es prudente en sus juicios no deja de decir lo que piensa. No se jacta de proximidad al gobierno Zapatero pero respeta su estrategia y tiende a estar de acuerdo, con buenas razones, con sus gestos más criticados.

Ayer señaló que solo tres asuntos merecen consenso entre los partidos: la Constitución y los Estatutos, el sistema electoral, la política contra el terrorismo. Pero estas son, precisamente, las cuestiones en las que el consenso brilla por su ausencia. Si lo hay para aumentar el gasto público (todos son socialdemócratas de corazón), y para repartir gabelas (garantía de prestaciones de seguridad social a políticos cesantes…) pero no en esos fundamentales a los que alude Guerra.

El que fue padre (no formalmente reconocido) de la Constitución lamentó no haber blindado con mayoría reforzada la reforma de los Estatutos (como se requiere para reformar la Constitución) y no haber evitado el párrafo 2º del artículo 150 de la Constitución, que faculta al estado central a ceder competencias a la Comunidades Autónomas. Con esas dos cautelas buena parte d elos debates políticos actuales no tendrían espacio.

Guerra se reconoció centralista en algunas competencias, por ejemplo las urbanísticas o las de respuesta a catástrofes como incendios forestales. Defendió el sistema electoral actual y reiteró que los males de la democracia no están en la partitocracia sino en el mal ejercicio de la política. Confieso que estar de acuerdo en casi todo lo que dijo Alfonso Guerra.

5 comentarios

  1. Dice ser Gianna

    Sr. urbaneja, gracias por su atención respondiendo mis preguntas.Sin embargo, a pesar de las explicaciones, sigo pensando que el Sr. Guerra dice mucho y hace poco. Eso no quita que el análisis fuera realista y sensato. Pero lo de la foto, aunque no fuera una frase de Guerra sino de Montesquieu, es algo muy corriente en la política española. Y muchos lo saben y se callan. Y los que no se callan pagan las consecuencias (la censura contra Múgica es un ejemplo claro).Por cierto, he leído un artículo hoy de su compañero Martin Ferrand en ABC que habla también de la conferencia de Guerra. Se lo adjunto por su interés:http://www.abc.es/20061020/opinion-firmas/obsesiones-peligrosas_2…Dos obsesiones peligrosasPor M. MARTÍN FERRANDALFONSO Guerra, jibarizado por el PSOE a la condición de presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, ha hecho -en una sobremesa del Club Siglo XXI- un diagnóstico inteligente de la penosa situación que vivimos. Después de reconocer la menor estatura intelectual, política y humana de los líderes vigentes en comparación con los artífices de la Transición, el veterano socialista señaló los dos puntos germinales del conflicto -artificial- que nos tiene a todos tensos y que, de hecho, crispa y angustia la convivencia cotidiana. Está, de un lado y según Guerra, la obsesión del PP -creciente desde 1993- de denigrar al PSOE como única arma eficaz en la confrontación bipartidista; y está, del otro y según la misma fuente, la equivocada obsesión del PSOE por aislar al PP y trasladar al «otro» gran partido nacional al extrarradio de la realidad y el juego político.Esas dos obsesiones que señala Guerra y que, sin necesidad de muchos matices, resumen con lucidez, al margen de la tensión centrífuga de los nacionalismos, el momento que atravesamos con evidente dolor cívico, parecen muy peligrosas. Son una bomba de tiempo colocada bajo el texto constitucional y conectada, mejor que a un reloj, al giro de una ruleta. Todo lo catastrófico es posible a partir de ese momento y bueno sería, para neutralizar la situación y su incómoda percepción, «recuperar el espíritu constitucional». Esa es la fórmula que, como colofón de sus divagaciones de café y copa -el escenario en que opera, cuando quiere hacerlo, la inteligencia española- cerró el análisis del sevillano.Es un hecho cierto que el PP, especialmente en la segunda legislatura aznarí, provocó demasiadas tensiones, generó enemigos innecesarios, marginó cualquier muestra de talento y reclutó y promovió en sus filas demasiados nombres menores para un proyecto nacional de mediana envergadura. Estamos, con la circunstancia añadida del 11-M, en la inacabable resaca de aquella melopea; pero, como también dijo Guerra tras un almuerzo de imposible indigestión, corresponde al PSOE la responsabilidad de revertir la situación.Fueron, precisamente, los acuerdos de botillería entre Alfonso Guerra y Fernando Abril Martorell los que más -y antes que el de los siete padres de la Constitución- hicieron posible el consenso en el texto que, desde 1978, rige nuestras vidas ciudadanas. Muchos de ellos han caducado en su valor y algunos, como los referentes al Título VIII, han agotado su buen sentido. De ahí que la vuelta al «espíritu constitucional» que Guerra solicita resulte imprescindible. Será difícil reconstruir el ambiente propicio cuando la saña es común en el enfrentamiento de los dos grandes partidos. Sólo un ataque de responsabilidad en quien ocupa el turno de poder y grandes consumos de tila en las filas populares pueden neutralizar esas inquietantes obsesiones.

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser Gianna

    Los males de la política actual no estarán en la partitocracia, pero ¿cómo es posible entonces que Guerra estuviera en contra de la reforma del Estatuto catalán tal y como se hizo, dijese que llevábamos camino de la balcanización de España y luego votara a favor de dicho Estatuto? ¿Será, como dijo él hace años, que quien se mueve no sale en la foto?Estoy de acuerdo con lo que dijo Guerra, pero cuando las palabras van por un lado y los hechos por otro, es difícil creer a los políticos. Y Guerra en privado dice muchas cosas sensatas, pero a la hora de actuar se queda quieto que las fotos son bonitas y permiten cobrar.

    19 octubre 2006 | 17:06

  3. Dice ser urbaneja

    Gianna: Guerra respondió el miércoles a sus preguntas. Reiteró que la frase d ela foto, como la de montesquieu no e ssuya, que nunca lo ha dicho y menos en el sentido que se atribuye.Trespecto al estatuto dice que el que llegó tiene poco que ver con el que salió d ela cámara, No quiso repetir aquello de que lo habáin cepillado por evitar malos entendidos.Señaló también que el PP podría haber ayudado al desmoche con enmiendas concretas.Y añado, el Parlamento catalán envió un Estatuto desmesurado, el Parlamento español pudo devolverlo (hubiera sido un error) o rectificarlo. Considero que lo ha rectifiacdo poco. Queda aun la instancia del Constitucional que, seguramente, hará otro afeite.Estos argumentos no son disculpas, solo explicaciones.

    20 octubre 2006 | 09:20

  4. Dice ser Asi es

    Guerra con frecuencia ( no siempre ni mucho menos ) dice lo que piensa, pero SIEMPRE VOTA LO QUE LE MANDAN EN EL PARTRIDO, aunque muchas veces ese voto vaya a favor de porturas con las que él está públicamente en desacuerdo.A mi me parece impresentable este proceder, por tanto, Guerra es únicamente ejemplo del político instalado, dócil y cargado de la suficiente inmoralidad como para defender con su voto lo que sabe que está mal. Poderosos caballeros son D. Dinero y D. Poder e impresentables aquellos que actúan para no abandonarlos nunca, aunque con ello traicionen a su conciencia y a sus conciudadanos.Y que algunos alaben a un personaje asi…

    21 octubre 2006 | 23:41

  5. Dice ser runescape money

    Asier, no runescape money critiques lo que haces, runescape gold bocazas falto de credibilidad runescape money es ofensivo runescape gold y facilón, wow power leveling ?que quiere wow powerleveling decir bocazas Warcraft Power Leveling , donde Warcraft PowerLeveling está la medida de la boca para llegar a bocazas… buy runescape gold ? ?Como medir la credibilidad? buy runescape money ?Credibilidad ante quien? Y en cuanto a las fuentes ?quien es el paisano? ?de que me conoce, yo dejé mi Burgos natal a los 17 a?os, ?dew que me concoe? más datos amigo. Pero no pretendo tener razón, trataré evitar ser bocazas. La credibilidad es materia más complicada. Animo Asier

    27 noviembre 2007 | 06:00

Los comentarios están cerrados.