Los Reyes entregaron ayer el premio Vocento de valores humanos a Miguel Delibes, que desde la altura de su obra y de su edad acepta los premios pero no les busca. Y antesdeayer un jurado otorgó el premio Nacional de Ensayo a Celia Amorós, profesora de Filosofía moral y referente indiscutible de la teoría y práctica del feminismo. Y el domingo se otorgó el popular premio Planeta de novela, esta vez a favor de un valor seguro, de Álvaro Pombo, cuya firma da lustre al comercial premio de la familia Lara.
Algunos desdeñan los premios, consideran que son un mercado de vanidades e intrigas. No les falta razón, forma parte de la naturaleza humana, pero, aun con eso, los premios merecen la pena, contribuyen a la estima, al reconocimiento y a la divulgación de algunos valores. Formo parte de bastantes jurados de premios periodísticos, más de treinta al año, lo cual me otorga cierta experiencia en la materia, que me lleva al elogio del premio, aunque fatiguen.
Los otorgados a Delibes y a Pombo son poco discutibles, el primero lo merece con creces y la novela premiada del segundo, si es como la media de las anteriores, estará plenamente justificado.
Pero me quiero detener en el de Celia Amorós, probablemente el menos noticioso. Es la primera vez que una mujer recibe ese premio, precisamente cuando el gobierno ha llevado a la cámara una ley de igualdad, promovida y apoyada personalmente por el presidente Zapatero; una ley tan polémica como la ley del tabaco de hace un año.
Celia Amorós está en el fondo de esa ley, su obra sustenta la ley. Se puede estar a favor o en contra, pero la pretensión de que las mujeres sufren discriminación social generalizada es evidente. Soy de los que cree que es hora de corregir esa situación, y que eso requiere una activa «acción positiva», que no es discriminación, sino todo lo contrario. No comparto todos los extremos de la ley de igualdad, entre otras razones porque la imposición puede no ser el mejor camino para lograr los objetivos.
Celebro el premio a Celia Amorós a quien no tengo el gusto de conocer, pero cuya obra me parece relevante. Les animo a reparar en el libro por el que ha sido premiada, “La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias… para las luchas de las mujeres”, no requiere conformidad, vale con que anime la reflexión y el debate.
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27 noviembre 2007 | 06:11