Las elecciones austriacas se han decantado, por poco (punto y medio y dos escaños), en favor de la oposición socialdemóocrata. Pero su minoría mayoritaria de 68 asientos les deja lejos de la mayoría necesaria. Los aliados por la izquierda, los verdes, les añaden 21 escaños, dos menos de los necesarios para gobernar. Por la derecha los populares, en el poder hasta ahora, han perdido ocho puntos y trece scaños (la abstención creció más de seis puntos) que se han repartido entre los otros dos partidos a la derecha, con los cuales hoy no es posible alcanzar un acuerdo de gobierno. De manera que la aritmética, esos pocos votos que deciden los últimos escaños, obliga a formar un gobierno de gran coalición como en Alemania.
Las próximas elecciones catalanas también estarán sometidas a la aritmética de los votos últimos. Aun con una participación baja, que puede alterar los pronósticos, los convergentes ganarán en votos y escañas pero sin capacidad para gobernar solos, ni siwuiera en minoría con alianzas parlamentarias para sacar adelante os proyectos importantes.
La aritmética obligará a los políticos a entenderse con el aliado posible y nocon el desable. Puede repetir el tripartito porque no les quede más remedio o ensayarse la alianza nacionalista CiU-ERC por lo mismo. El escanerio menos probable es la gran alianza a la austriaca, pero la azarosa aritmética electoral puede hacer posible lo improbable.
En Cataluña no hay solucción. El próximo presidente será el de CIU ¿con qué apoyos? Ni idea. El PSOE no revalida la victoria, el PP se hunde más, y ERC se manitiene.¿Veremos el apoyo del PP al Estatut? Me pàrece que sí.
04 octubre 2006 | 20:06