La nueva ley concursal extendió a las familias e individuos la opción de la suspensión de pagos con concurso de acreedores para hacer frente a situaciones de insolvencia patrimonial, de quiebra. Un centenar de casos de este tipo han llegado a los tribunales durante el primer año de vigencia de la norma. Uno de ello, el de una familia barcelonesa con varios acreedores (hipoteca, créditos personales, deudas municipales) hasta una cantidad, incluidos los costosos intereses de demora, superior a los 200.000 euros, que se ha presentado estos días como ejemplo de la eficacia de la norma para el deudor.
En este caso el concurso con los acreedores ha permitido al deudor que una vez que se ha comprometido (de nuevo) a pagar, en el plazo de cinco años, se le han condonado un 30% de la deuda. A alguno le parecerá que esto es un chollo y que puede convenir irse a la quiebra para rebajar la factura de cualquier crédito.
No lo tomen al pie de la letra. Gestionar la quiebra tiene sus dificultades, tantas que conviene evitar una situación tan límite. En este caso el nuevo compromiso de pago, con juez por medio, ha permitido la cancelación de los intereses de demora, muy penalizados en cualquier contrato de crédito. Para los acreedores, para los bancos, cualquier concurso de quiebra que permite recuperar el principal es razonable, si además obtiene intereses básicos, mejor. Ese es el caso, que se ha presentado con cierta ligereza como un chollo para el deudor.
Si muchos optaran por la quiebra personal el resultado sería que menos créditos y muchos más caros. De manera que ojo con la receta, puede ser peor el remedio que la enfermedad.
¿Y?
30 noviembre -0001 | 00:00
La ley me parece magnifica y muy justa, ya que siempre se ha permitido la suspensión de pagos a las empresas, ¿porqué no a las familias?.Por otra parte, nadie está libre de perder el trabajo o sufrir cualquier desgracia que te impida pagar la hipoteca. Si los tipos de interés siguen subiendo veremos miles de insolventes.
30 noviembre -0001 | 00:00
Me parece un artículo muy acertado. Para llegar a esa situación hay que estar muy mal económicamente. Puede ser una solución puntual pero el camino es largo y, desde luego,la deuda sigue ahí.Ni es un chollo esta solución ni tampoco hay que demonizar a las hipotecas. Son caras, pero es una institución básica (y esencial) para el tráfico jurídico-económico.Saludos
29 septiembre 2006 | 20:57
Javi dice ¿Y? que es sugestivo y crítico. La última vez que conté un chiste en clase (soy malo contando chistes) un laumno comentó cuando acabé Y,¿como sigue? las carcajadas de los alumnos y la smías fueron notables. No he vuelto a contar chistes.En este caso sigue con la moraleja tácita de que cuidado con las apariencias, que quebrar no sule ser un chollo como las informaciones de estos días en prensa y (sobre todo) televisión han dado a entender. ¿no quedo claro? Pues eso pretendía.
02 octubre 2006 | 10:49