"El deseado bien último se alcanza mejor mediante el libre comercio de ideas".(1919) Juez O. Wendell Holmes del Tribunal Supremo de EE UU

De tripartitos

La aritmética política catalana (también la vasca) traen de cabeza a los políticos. El azar de unos miles de votos abren y cierran oportunidades que afectan a gobiernos autonómicos y también al nacional. Los actuales tripartitos en ambas comunidades no son inventos recientes, no son ocurrencia de Maragall para ganar la presidencia de la Generalitat; vienen de muy atrás, siempre de la necesidad de sumar los votos suficientes para gobernar, que mete en danza a todos con todos, o a casi todos con casi todos, porque a los populares (por deméritos ajenos o propios) les dan pocas opciones, sólo cuando son imprescindibles.

En el Ayuntamiento de Barcelona el tripartito lleva muchos años funcionando y el nuevo candidato socialista a la alcaldía no ve mejor opción para seguir que repetir la fórmula. Montilla no dice lo mismo, aspira a más, aunque las encuestas no le dan otra posibilidad que repetir el tripartido que él mismo articuló para Maragall cuando éste se vio perdedor hace tres años. Montilla es un táctico que aplica lo de que cada día tiene su afán. Y el afán de ahora, a cincuenta días de las elecciones, es no dar por perdido un voto, especialmente en favor de hipotéticos aliados futuros. El día 2, con los resultados en la mesa, empezará otra ronda.

El colmo del realismo podría ser superponer tres aritméticas políticas en Cataluña. Un tripartito para el ayuntamiento; otra composición con mayoría convergente en la Generalitat (que devuelva a los socialistas a la oposición) y una alianza parlamentaria –incluso con ministros catalanes- en el gobierno español y en el Congreso entre los socialistas de Zapatero y los convergentes de Mas. ¿Sería soportable tanto mestizaje para el PSC? La otra opción sería que Montilla y Mas decidan entenderse y gobernar en socorro mutuo.

2 comentarios

  1. Dice ser ciudadano

    ¿ Para cuando un Senado con capacidad territorial ?. Supongo que bastaría una modificación de la Ley Electoral ( sin necesidad de tener que tocar la Constitución ), articulando el mismo en base a 19 circunscripciones electorales únicas ( 17 autonomías, mas Ceuta y Melilla ) y, de paso, que, la elección para El Parlamento, tambien fuese como distrito electoral único ( toda España ), delimitando las competencias exclusivas de cada cámara.Con esto se evitaría el continuo chantaje al que se somete todo un Pâís a manos de unos pocos partidos nacionalistas que, en porcentaje de votos representan poco, pero en opciones de poder, una enormidad. Igualmente, las CC. AA. estarian representadas con equiparidad, sin privilégios excluyentes, como ahora.

    11 septiembre 2006 | 16:24

  2. Dice ser Poldec

    Para mí uno de los grandes problemas que tiene España es el poder de los nacionalismos en el Congreso. La falta de políticos de talla hace que los dos grandes partidos sean incapaces de ponerse de acuerdo para determinadas cosas. Prefieren hacer concesiones antes que pactar entre sí. Un ejemplo es el de los Estatutos. La política de que cada uno haga lo que quiera va a crear graves conflictos institucionales. El Tribunal Constitucional va a tener mucha tela que cortar. Sin ir más lejos Maragall ya le ha recurrido una Ley a Zapatero. Y las que quedan…Lo normal es que PSOE-PP se hubieran puesto de acuerdo para, por lo menos, marcar las líneas maestras y sobretodo los límites.Aquí sería imposible una «gran coalición». Siempre estamos pensando en las próximas elecciones, en que no me toquen mi sillón gubernamental.Para mí, una solución sería poner un mínimo nacional (del 3% o así) para poder acceder al Congreso como ocurren en Alemania.Respecto al Senado, creo que sí haría falta una reforma de la CE ya que ahora mismo está configurada como una Cámara de segunda lectura salvo para algunas cosas de ámbito autonómico (muy pocas). En todo caso, su Reglamento es mejorable se reforme la CE o no.Saludos

    11 septiembre 2006 | 18:19

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