No me gusta el nuevo Estatuto para Cataluña, ni el fondo, ni la forma. Me parece antiguo, emocional, mal fundado (¿que es eso de los derechos históricos? ¿neocarlismo o neoconservadurismo rancio?), poco solidario, de campanario, intervencionista, corporativo… Tampoco me gusta el tono catastrofista y mitinero del Partido Popular, me conduce al conocido: «no es esto, no es esto». Así que me siento muy distante de estos políticos que llenan el tiempo parlamentario.
El profesor Francisco J. Laporta escribe en EL Pais de hoy «El desatino» , un artículo que alivia la soledad.
Quizá lo menos esperanzador de todo sea el abismo que se abre entre los dos grandes partidos, esa tirria que se percibe en las miradas que cruzan Zapatero y Rajoy. No solo en las miradas, también en los discursos.
El PP ha decidido no dar tregua al presidente del gobierno; así que sube a la tribuna le ponen de hoja perejil, incluso con insultos subidos de tono que deberían abochornar a quienes los pronuncian. El presidente Marín sufre y duda si debería proceder conforme a las normas de educación. Algunos dicen que el insulto es la salsa de la vida parlamentaria, soy de los que cree que es más bien su vergüenza. No se si fue un debate histórico, pero no fue ni ejemplar ni esperanzador.
Sr. Urbaneja,yo querría saber por qué razón tiene usted esa opinión tan contraria y a la vez tan poco justificada del Estatut.yo sólo puedo explicar su actitud por quizá verlo un cambio demasiado severo y usted sentirse con ganas de «pocas vueltas».igual por ser usted demasiado conservador, pues no entiendo lo del intervencionismo cuando si hablan de cajas de ahorro, que a mi parecer deben cumplir un papel social y no cosernos a comisiones cuando arrojan cuantiosos beneficios…yo creo que hay mucho que necesita regulación y control, y cuanto más adecuado a su ámbito mejor (los transportes son un tema 85% regional, por ejemplo)…creo que lo entiendo cuando hace varios días le ya leí un comentario suyo en el que ¿recriminaba? a Zapatero «su energía» y su pretensión de cambiar «tantas» cosas… entonces, qué pena que no sea un presidente más, no?no le entiendo…
03 noviembre 2005 | 10:01
Estiamdo yoanValls, nada peor para un periodistas que no le entiendan. Quiere decir que se explica mal. Eso me debe ocurrir y bien que lo siento. Tampoco veo que tienen que ver las comisiones de las cajas con el Estatuto y con el control político que pretende de esas institicoones. Cuando me refiero a intervencionismo estatutario pienso en las cajas, y en muchos otros aspectos. Por ejemplo no me gusta el artículo 52 referido a los medios de comunicación que dice «corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para garantizar el derecho a la información….» Me gusta mucho más la letra de la Constitución norteamericana que reza: «El Congreso no hará ley alguna… que limote la libertad de palabra e imprenta» . Sobre mi condición conservadora… pues es opinable, no me noto conservador, los que me conocen tampoc, pero ¿quien sabe?. Le agradezco su interés.
03 noviembre 2005 | 11:30
Coincido con usted en que pesoe como pepé no están a la altura de las circunstancias. Se me antoja que la estulticia de unos y otros van a desembocar en que el pueblo -sea este el que fuere y con las fronteras que a cada cual se le antoje- los ponga de patitas en la calle y dejemos que nos dirija un poder religioso -no quiero decir que sea católico-. Por poner un ejemplo.La política de España se esta llenado de estupidos de distinta índole y quizás es el momento de romper la baraja.En un mundo globalizado los catalanes, castellanos, vascos, etc., hoy seguimos mirándonos el ombligo y buscando las diferencias con el vecino alentados por políticos de medio pelo.Lo dicho, no quiero un presidente, ni un rey, quiero un «imán» -por probar-. Si todo se puede cambiar, partir, romper y reconstruir, pues eso, yo quiero un «imán».
03 noviembre 2005 | 15:00