Durante cinco años he comentado con lectores de «20 minutos» el millar largo de crónicas que sobre la actualidad política he escrito para el periódico. Unos discrepaban, otros asentían y algunos se mostraban irritados y hasta insultantes en algún caso. No perdamos las buenas maneras, menos aun caigamos en el insulto, que anula el debate y el entendimiento. Demasiados insultos pueblan la vida política y amenazan la convivencia ciudadana.
A través de esta nueva ventana que abre el periódico ampliaré el abanico de la política a las letras menudas de la actualidad diaria, a lo que vive y conoce un periodista como yo, que anda en bastantes enredos. Les trasladaré refrencias y reflexiones en alto antes (o después) de tomar algunas decisiones. Tengo mucho interés en compartir nuevos argumentos.