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El lunes fue mi última revisión con mi querido neurólogo, el de siempre, el que tengo desde que me diagnosticaron, pero en esta ocasión iba a ser definitiva. Voy a cambiar de especialista a uno que esté en la comunidad autónoma que resido, han sido varias las razones que me han llevado a esta decisión -ya os las contaré con más detenimiento- pero la más importante era el viajar, lo que antes era una excusa para ver a familia y amigos, ahora ya no me apetece invertir ese esfuerzo y tiempo en visitar al neurólogo, prefiero disfrutarlo con Nora tranquilamente o descansando. Así que fue una revisión atípica, una especie de hasta luego, ya nos veremos, y una retahíla de consejos que se los agradecí enormemente.
Lo primero que hice fue preguntarle por la resonancia, que estaba sin cambios y calificó una vez más mi cambio de tratamiento como temerario, aunque seguía sin estar de acuerdo con mi decisión, reconoce que por el momento me está saliendo bien contra todo pronóstico. Y poco más, le comuniqué mi decisión, exploración bien, vuelvo a saltar -más o menos- a la pata coja, hablamos de mi futuro neurólogo y me explicó a grandes rasgos los trámites que tengo que hacer para que el cambio sea efectivo y no me quede sin medicación, a priori parecen muy sencillos, veremos luego en la práctica. Especialmente hablamos del futuro, de la maternidad, del abanico de tratamientos que tenemos y cómo actuar, quería saber su opinión sobre supuestas situaciones que se pueden dar a lo largo de tiempo aprovechando que ese iba a ser el último día de médico-paciente.
Nos deseamos suerte, y hasta la próxima vez que nos encontremos.
Paula SUERTE, ¿de donde tu neuro, y a donde el cambio?
un abrazo
13 octubre 2016 | 12:09
Hola Paula, y ahora que te has decidido a cambiar, ¿tienes referencias del nuevo neurólogo? Yo al final opté por quedarme con la mía, con la que creo que hay buen entendimiento y en el mismo hospital que la oftalmologa a la que valoro mucho. Sé que pierdo toda la mañana a pesar de que vivo a tres paradas de metro se mi hospital de referencia y no tardó nada. Bueno, supongo que ya nos irás contando todo el proceso y el cambio de documentos. Un beso
13 octubre 2016 | 15:51
Hola, yo por traslado de residencia, también tuve que cambiar de médico que me había estado tratando desde siempre. Elegí según recomendación del anterior y que asistir a su consulta fuerse más sencillo (transporte).
Ahora mismo y comparando como lo hacía antes, siento que aqui no llevan correctamente una evolución mía. Cada vez que he ido a consulta, entro enfadado por lo que me puedo encontrar y salgo con la sensación de que podía haberme quedado en casa.
Tengo miedo a protestar porque se como los médicos le pueden dar la vuelta a lo que pienso, sin embargo, hablando con mi entorno, me dan la razón en mis quejas/miedos.
Me preocupa tener un brote grave que pueda necesitar ayuda y no tenga a quien dirigirme.
Me he desahogado, de todas formas, cambiarse no tiene porque ser malo, si mi cambio hubiese sido al revés habría salido ganado.
Saludos!
13 octubre 2016 | 17:07
Hola Paula, me alegro mucho de que la RM este bien!!! Si has decidido cambiar de médico, es porque tienes tus razones y seguro que te va muy bien. A la hora de tomar decisiones hay que valorar muchos puntos y tu ahora tienes uno pequeñito 🙂 pero muy importante que es tu nena.
Un abrazo
14 octubre 2016 | 00:07
#1 María Jesús Ruiz Alonso: De Burgos a Cantabria.
#2 Irene: Sí, tengo referencias, ya os las contaré porque la historia es muy especial.
#3Emigrante: Sinceramente, si tienes la posibilidad de cambiarte otra vez, aunque sea en el mismo hospital, hazlo. Creo que la relación con el médico es muy importante, y nunca debería provocarte esa inseguridad que tienes.
15 octubre 2016 | 19:17
Paula, perdona si es demasiado personal. ¿Que tratamiento llevas y por que es temerario en su opinion? ¿Cual o cuales seria el ortodoxo, el que te propone? Gracias
19 octubre 2016 | 18:50
#6 Javier: Bueno, primero porque pasé de un tratamiento de segunda línea a uno de primera línea, el que tenía me funcionaba muy bien, no tenía ni brotes, ni actividad, cosa que antes de probarle pues sí ocurría. Segundo porque el tratamiento que elegí (copaxone), me lo pusieron mientras hacía la limpieza para el embarazo y me dio un brote, así que a priori no parecía que me iba a funcionar bien. Y tercero, porque estaba en el posparto y el riesgo de brotes aumenta. El me proponía que siguiese con el que estaba antes del embarazo, con el de segunda línea (tysabri), pero aunque no estaba de acuerdo, lo respetó, y lo ha seguido haciendo hasta ahora.
19 octubre 2016 | 21:34