Durante todos estos años he pasado por muchos momentos emocionales. He llorado, he reído, he sido feliz, me he deprimido, he tenido ganas de comerme el mundo, de mandarlo todo a paseo y tirar la toalla, … Son tanto los cambios que se van produciendo de una enfermedad, que parece que tu estado de ánimo está montado en la montaña rusa más grande del mundo.
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Y uno de esos momentos que me producen más satisfacción y me asombra a partes iguales, son las ganas de vivir y la fortaleza que te sale -y que tienes aunque sea en el fondo del cajón- para enfrentarte a las situaciones que se te plantean. Es pensar, decir y llevar a cabo: «aquí estoy yo, voy a luchar hasta el final y voy a ganar». De repente, un día, te levantas y comienzas a disfrutar de cada segundo, y de esos pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos. Es como un resurgir, como si después de la tempestad llegase la calma y las ganas de vivir. Como si hubieses soltado todo el lastre que tenías sobre los hombros y decidieses buscar soluciones a los problemas que surgen a raíz de una enfermedad, comienzas a lidiar con la incertidumbre de tu nueva vida e intentas apaciguar todos los sentimientos que han aparecido.
Después del diagnóstico, de todos los cambios que vinieron, de toda la gente que se fue, de todo el bajón por el que pasé, cuando decidí que ya estaba cansada de lamentarme, entonces me vinieron esas ganas de vivir y disfrutar al máximo. Después de cada brote, por muy leve que fuese, de una manera u otra, siempre han acabado calando en mi estado de ánimo, pero una vez que los síntomas pasan, que me encontraba mejor, en cada maldita recaída apareció ese deseo de seguir hacia delante.
Y aquí siguen, conmigo, unas temporadas más, otras menos, pero nunca como fue al principio, ni como era antes. Ahora sí que vivo al máximo.
Ganas de vivir más que nunca, pero lo de «vivir al máximo» fue antes de la enfermedad (parecía que sabía que se me acaba el tiempo para hacer cosas). Me dijeron que tenía que «aprender a medio vivir», y no llego ni a eso :/
05 julio 2016 | 09:38
por lo que comentas parece que tienes esclerosis múltiple (por brotes). Qué le dirías a los que tienen la versión primaria progresiva?? seguro que no lo pintas tan bonito
05 julio 2016 | 12:02
Empezare con tu comentario y si que es verdad que en los momentos emocionales es una montaña rusa en todos los sentidos, sube lentamente y baja a una velocidad increíble, incluso demasiado rápido.
“aquí estoy yo, voy a luchar hasta el final y voy a ganar” bien, muy bien menos lo último NO VOY A GANAR, es mi opinión. Lo ultimo, estoy totalmente con Miriam, frecuentemente te olvidas de las otras variantes y tus reflexiones a veces no son válidas recordando constantemente solo a los remitente recurrente, de todas formas te leo a diario porque si que son muy buenas tus reflexiones. Gracias y adelante para todos los afectados por la Esclerosis Multiple.
05 julio 2016 | 12:36
Ganas lo que se dice gana de vivir, pocas. Ya no sólo por la enfermedad. Cuando vives con un hermano lleno de odio y embidia hacia mi, te aseguro que las pocas ganas de luchas se me quitan.
05 julio 2016 | 14:14
Gracias Paula, una vez más nos has hecho partícipes de tu propia experiencia de la cual, yo personalmente, me siento muy identificado. Una vez más, y no me cansaré de hacerlo,te agradezco la idea que tuviste cuando creaste este blog y conseguiste que entendiera mejor mi enfermedad a través de tus experiencias y las de otros que se atrevieron como tú a contarnos cómo estaban viviendo con la EM.
05 julio 2016 | 22:05
Mis sentimientos también son una montaña rusa, hay épocas que tengo bajones. Muchas veces cuando estoy con un bajón , desanimada y triste noto que mis síntomas se acentúan un poco, entonces me pregunto, si es ese bajón de ánimos lo que me provoca algunos síntomas o de lo contrario me encuentro regular con síntomas y me da el bajón. A día de hoy no lo tengo claro
06 julio 2016 | 00:03
Gracias Paula por tu reflexión. Puede que haya gente, según los comentarios, que no se siente reflejada con tu visión optimista. Yo tampoco, pero estarte lamiendo las heridas y con el come come de que mañana estaré peor no me sirve de nada. Por eso me levanto cada dia con la intencion de mejorar, luego ya veremos, que la vida es lo que es y para deprimirme ya tendré tiempo mañana, hoy no.
06 julio 2016 | 09:44
Hola! yo tengo la primaria progresiva desde 2010; os entiendo bien y yo he tenido también mis momentos, pero intento siempre mantener un equilibrio, es difícil pero siento que no tengo otra, pienso en los avances que hay y trato de mantener la esperanza. Muchas veces, si me preguntan, contesto que hoy estoy mejor que ayer y peor que mañana. Pero cada persona es un mundo y sólo os quiero trasmitir mucho ánimo.
06 julio 2016 | 22:04
He vivido lo mismo esos bajones y esos subidones en esa oscura y terrible enf ,vivo al maximo ,cada ves creo q Dios nos activa alguna placa para vivir la locura de la vida ,para saborear cada instante a alta intesidad y notar el Poder y la fuerza descomunal y maravillosa de Dios…
07 julio 2016 | 00:36
Vaya q si np
10 julio 2016 | 15:45