¡Vaya fin de semana de la marmota que he pasado! Desde el sábado, un cansancio extremo se apoderó de mí, con un dolor de piernas y en lado izquierdo que lo único que me apetecía era dormir y estar tirada en el sofá. Como dice mi media naranja, a veces me creo «inmortal» y luego me pasa factura. He pasado de estar en lo más alto, a caerme de bruces y pisar suelo firme en apenas tres días.
Desde el martes que tuve la última infusión de Tysabri, estaba eufórica. Trabajaba un montón, iba a un sitio, al otro, en clase estaba como si no existiese el cansancio, estaba pletórica. Y después de eso, todo el fin de semana dormitando de un sitio a otro. Y yo me pregunto, ¿cómo es posible que tras nueve infusiones sea incapaz de controlarme?, ¿todos los meses voy a caer en lo mismo una y otra vez? Oigan, pues que no hay manera de que me entre en la cabezota.
Se pasa mal, la verdad. Apenas tengo ganas de comer y no me apetece nada más que dormir. Encima sé que tengo que hacer un montón de actividades para mis alumnos, y lo único que siento, es que no puedo ni con el alma. Por mucho que quiera, lo único que me pide el cuerpo es descansar, y en esta ocasión, hay que darle lo que pide.
Prefiero pensar que son unos días de transición, para luego, estar otra vez más o menos bien. Aunque espero que por lo menos, la euforia se me haya pasado. Ojalá me quede energía suficiente para las tres próximas semanas hasta la siguiente infusión. Sino, tocará pasar los días como se pueda, y como siempre, con la mejor actitud posible.
1decada1000.
Bueno hay dias que tampoco puedo con mi alma
31 enero 2014 | 17:02
Pero la vida sigue… y hay que seguir adelante como sea…
03 febrero 2014 | 11:11