Resulta curioso que todos los médicos y profesionales que me tratan y están relacionados con mi esclerosis múltiple me tienen que caer bien. Me tienen que gustar, tiene que haber «feeling» porque sino, les hago un «cruz y raya» y haré todo lo posible para que no nos volvamos a encontrar. Quizá no debería ser así, quizá me esté perdiendo a buenos médicos, pero sentirme cómoda es algo que todavía necesito.
No se trata de simpatía, pero sí de comprensión, interés y confianza. La primera vez que vi a mi neurólogo no se le ocurrió otra cosa que decirme lo feo que era un peluche al que abrazaba. Ese peluche me lo regaló un amigo de mi padre, le bauticé con el mismo nombre y no me despegué de él durante toda mi estancia hospitalaria. Le cogí mucho cariño y en ese primer momento en que mi neurólogo abrió la boca, se lo hubiese tirado a la cabeza. Aún así, hubo algo en él que me gustó y fue el cariño con el que me trataba.
También he pasado por cuatro o cinco oftalmólogos. Especialidad a la que he cogido mucha manía gracias a su falta de comprensión. Sólo se libra el primero que vi en urgencias, pese a que le faltó tacto, para decirme que tenía esclerosis múltiple con solo hacerme una exploración de los ojos con su linternita. Años después nos volvimos a encontrar y se acordaba de mi caso, sólo por el interés que ponía se le perdona esa falta de tacto que tanto le caracteriza.
La psicóloga y la fisioterapeuta cierran este círculo. A veces, irremediablemente tengo que tratar con profesionales que ni fu ni fa, o que les veo tan de vez en cuando que puedo soportarlo, por ejemplo, el médico de los potenciales evocados. Por suerte, sólo le he visto tres veces en cinco años, sino entraría de cabeza en la lista negra.
1decada1000.
De lo que hablas es de que es importante el feeling que se establece entre médico y paciente, y si no existe la terapia tendrá menos resultados. Es importante en todas las profesiones pero en la medicina es básico.
21 octubre 2013 | 11:29
Bueno y tu que estás en ambas caras, supongo que entenderás tanto la una como la otra. Algunos deberían hacer un curso de cómo tratar a los pacientes, porque la confianza es fundamental en este tipo de enfermedades.
21 octubre 2013 | 14:26
A veces es muy complicado encontrarlos, así que sólo busco la
confianza, que sepa de que hablo y de que me dé soluciones a
mis problemas, simpático o no, que enfatice o no, aún importante
no es lo primordial.
Incluso la confianza es difícil de encontrar: si tengo taquicardias es
porque estoy nerviosa por EM, y al final era ibuprofeno;
si me duele la cabeza es depresión, y al final era stres;
problemas d esfínter y/o estreñimiento, también le pasan a otros y
final era porque es muy normal con EM.Seguro que la intención
era no agobiarme pero que duda cabe de que cómic e el efecto
contrario.
A veces es complicado que nos entiendan. Para qué nos sirve
una seguridad social «gratuita» si al final no nos atienden como
debería ser y al final acudimos a la privada?
No son todos pero es cuestión de suerte. El caso es que depués
de 10 años me las apaño y si uno no me da la solución voy a otro.
21 octubre 2013 | 12:33
En un hospital pasa como en todos los trabajos, y es que en él trabajan personas que hacen su trabajo mejor que otras. Yo estoy en general contenta con el trato que recibo en la seguridad social, siempre que he visto algo que no me ha gustado se lo he dicho a mi neurólogo y él siempre me ha entendido. El trato que recibes en la privada, es distinto pero los médicos suelen ser los mismos.
A mí muchas veces no me han dado soluciones, porque la única que hay, es adaptarme, por ejemplo las secuelas de mi ojo. Siempre le pregunto si hay alguna solución pero siempre me contesta lo mismo. Supongo que cada persona queremos algo distinto de nuestros médicos, en cualquier caso, lo importante es que estemos contentos con ellos, porque aunque no queremos son parte de nuestra vida.
Un besazo!
21 octubre 2013 | 20:19
Pienso que es muy importante la relación médico-paciente, sea cual sea la especialidad. En mi caso tuve una muy mala experiencia con mi neuro, mientras estuve hospitalizada parecía amable, pero el día que me dió la noticia de mi enfermedad lo hizo de malas formas… cuando le pregunto algo siempre pone pegas y acaba por contestar otra cosa que no tiene nada que ver con lo que le he preguntado… este año la he visto en tres ocasiones (dos por brote y otra por consulta programada) y cúal ha sido mi sopresa que en esas ocasiones ha sido amable, no ha puesto pegas a la hora de responder a mis dudas e incluso me ha dado información q yo no lo había pedido… quiero creer que ha cambiado un poco su actitud pero, os lo contaré la próxima vez q le vea… por ahora me quedo con lo positivo porque ante todo «siempre positivo nunca negativo» (cambiando un poco la famosa frase de Louis Van Gaall) jejeje
Saludos.
21 octubre 2013 | 15:57
Quizá tuvo un mal día, quizá minutos antes su jefe le puso la cabeza como un tambor y luego apareciste tú, quien sabe… Pero también tienen días así, aunque ahora que lo estoy pensando, creo que yo he tenido más peores días que mi neurólogo, porque no recuerdo ahora alguno suyo en especial.
Haces bien en quedarte con lo positivo, tienes tiempo para observar lo que pasa y siempre hay tiempo para cambiarse a otro.
Esto de los médicos sólo me pasa en lo referente a la EM, porque el resto de especialistas me dan igual, incluso el médico de cabecera. Pero mi neurólogo y un oftalmólogo que no me mire con cara de estar loca son fundamentales!!!
Un besazo!
21 octubre 2013 | 20:26
También soy muy tiquismiqui,tiene que existir un cierto «feeling»,ha de tener interés,empatía y por supuestísimo comprensión.
21 octubre 2013 | 20:59
Hola a todos! Yo nunca olvidaré el día que me dijeron que mi pareja tenía EM. Recuerdo que estaba sola en el pasillo del hospital y me llamó el médico internista que había y me lo soltó allí, sin ninguna intimidad y rodeada de gente que no conocía. Yo me vine abajo porque tenemos la mala costumbre de asociar la EM con una silla de ruedas y comencé a llorar y aquí viene la maravillosa frase del médico que con cara extraña me dijo: ¡Chica que no le estoy diagnosticando un cáncer! A lo que yo le respondí de mala gana: ¡Pero tampoco es un catarro, ¿no?! Cuando nos pasó al neurólogo dijo que tenía que hacerle más pruebas para asegurar tal cosa, aunque luego se confirmó pero ya no lo vivimos tan angustiados. Es verdad que a veces no tienen tacto pero es que eso no lo enseñan en la facultad pero entendí que nosotros podemos humanizarlos un poquito con nuestra actitud de forma respetuosa y ellos se dan cuenta enseguida de que han metido la pata. Otras veces somos los pacientes los que vamos con la escopeta cargada y son ellos los que tienen que aguantarnos y ahí nadie se queja ¿eh? jajajajaja:)))))) En fin que por una cosa o por otra no somos perfectos y todos tenemos nuestros días y nuestro carácter. Besitosssss.
23 octubre 2013 | 17:37
Hola Yolanda!
Yo soy de las que muchos días voy con la escopeta cargada, con la escopeta y con todo el batallón si hace falta! Suele ser así por varias razones, una porque me encuentro mal y quiero me solucione un poco mi vida; y la otra, porque me he encontrado con algún médico que por una o por otra razón me ha tocado la moral. Pero sí, aguanta mis quejas, mis salidas de tono como un campeón, intentando hacerme ver que no debería cerrarme puertas de ningún médico y que hace todo lo que este en su mano para que esté bien. Reconozco que mi neurólogo es adorable.
Deberían darles un curso de cómo plantear ciertas cuestiones a los pacientes, porque aunque para ellos sea el pan de cada día, los pacientes y los familiares son distintos. Yo malos días se los perdono a cualquiera, porque todos los tenemos, pero cuando se pasa de eso me mosqueo.
Supongo que a nadie le gusta dar una noticia de un diagnóstico así, no tiene que ser nada fácil, decirle a una persona y a sus familiares que tiene una enfermedad crónica, degenerativa, … pero esto también viene en la función del médico. Espero que desde entonces el trato haya mejorado!
Un beso!
24 octubre 2013 | 11:18
Me alegro que haya más tiquismiquis como yo con los médicos! :))
24 octubre 2013 | 10:51
Mi neuróloga, según decían, era de las mejores de la CC.AA. pero también era una h…de p….de cuidado. Me acuerdo cuando me marché del hospital después de hacerme las pruebas que confirmaron la EM. Sus palabras fueron: » bueno, pide cita para dentro de 6 meses aunque seguramente nos veremos antes»(¿que me estaba dando ánimos?). Antipática, borde, sin ningún tipo de expresión en el rostro y empatía de ningún tipo. Por suerte se jubiló y me tocó otra que era un encanto. Gracias a Dios que todavía existen médicos humanos, que aunque no pueden curarte si pueden hacer que se lleve mejor.
28 octubre 2013 | 00:50
A mi también me gustan los médicos amables, aunque tengan menos experiencia o no tengan tanta reputación. Llegar a una consulta y sentirte cómoda para poder contarle todo creo que va más allá de sí el médico es un súper neurólogo en esclerosis múltiple.
Buf, te debiste quedar flipada, después del diagnóstico que te digan eso, tiene que ser otro interrogante que añadir a los millones que aparecen en ese momento. Qué fuerte, no me dejará de sorprender el poco tacto que tienen algunos médicos. Menos mal que cambiaste. En once años que tardan los médicos en terminar su formación, Deberían hacer en algún momento un curso o algo para suavizar estas noticias o para que los pacientes no nos asustemos con sus palabras.
Un besazo!
28 octubre 2013 | 22:15