Cada día que pasa es una meta conseguida. Cada meta es un punto más que he ganado a la esclerosis múltiple, y los puntos conseguidos son lo que me da fuerzas para comenzar el siguiente día.
Me gusta la rutina, me encanta hacer ciertas actividades de forma regular y de manera sistemática. Los días que tengo que trabajar pongo especial interés, me permite saber qué puedo hacer, y a medida que pasan las semanas, voy aprendiendo lo que da de sí mi cuerpo.
Cada día me lo planteo con varios hitos. Cada hito, son pequeñas metas que puedo conseguir: ir a trabajar, ir a la piscina, escribir en el blog, hacer las labores de casa, hacer la compra, etc. Por supuesto que no hago todo a la vez, cada día lo dedico a unas actividades. Me planifico según la energía que requiere cada actividad, y las fuerzas con las que me levanto ese día. De vez en cuando, me gusta premiarme por los hitos conseguidos, que en mi caso, suelen venir con sabor a chocolate.
Si no me lo plantease de esta forma, no haría la mitad de las cosas que hago, me quedaría tirada en el sofá pensando que debería ir a la piscina y al final, acabaría por no ir. Así veo mi día a día, como un conjunto de rutinas.
1decada1000.