¿Mientes a tu neurólogo? Yo sí, en concreto, omito la verdad, que es una forma elegante de decirlo. No me siento orgullosa, de hecho, me da cierta vergüenza, pero hay que ser sincero con uno mismo, y haciendo un ejercicio de conciencia escribo este post.
A la hora de mentir, no exagero, ni cuento síntomas de más, hago todo lo contrario, resto importancia a síntomas o directamente ni los menciono.Todo esto, porque siento pavor escuchar la voz del neurólogo diciendo «Tienes un brote, hay que ponerte corticoides«, y añadir otro brote más a la lista.
Una de mis prácticas habituales, es no decir a nadie que me han aparecido ciertos síntomas. Hasta ahora, no son perceptibles a los demás, por lo que después de varias semanas, los que viven más de cerca la enfermedad se enteran de su existencia. Concretamente sé que este comportamiento, pone de los nervios a mis padres.
A veces, mi percepción de la importancia que merecen ciertos síntomas es distinta a la del resto del mundo. Espero a que se me pasen, primero un día, luego otro, al final pasa una semana, después pienso que igual no ha pasado demasiado tiempo, y les dejo más días con la esperanza que desaparezcan. Lamentablemente, nunca me hacen caso y son pocos los que han desaparecido.
En cronología de un brote, describí cómo fue mi último brote, y lo que esperé y esperé hasta que contacté con el neurólogo. Todavía me pregunto que pretendía con tanta espera, ni llego a entender por qué oculto síntomas, si la única que los padece y que carga con ellos soy yo. Solo encuentro una explicación, y es: el miedo al brote.
Yo me comporto igualito. Hay que acabar con el miedo!
13 diciembre 2012 | 11:24
Sí, al final los únicos perjudicados somos nosotros… tenemos que cambiar el chip!
13 diciembre 2012 | 11:38
Yo también lo hago. Lo pienso friamente y veo que no es bueno porque cuanto más hablemos con el neuro mejor, pero luego me lo callo y aguanto días y días…
13 diciembre 2012 | 12:31
Este post lo escribí en un momento en el que como dices, lo piensas fríamente, y sabes que esta mal, pero luego en la práctica… es otra historia. Tenemos que cambiar esto!
13 diciembre 2012 | 18:50