Hay dos tipos de manitas, lo tengo comprobadísimo. Están los que, tras terminar cualquier trabajo en casa, se sacuden las manos, las ponen en las caderas, y cogen aire mientras asienten orgullosos con la cabeza contemplando su obra.

Y están los que repiten este mismo ritual de satisfacción… después de haber gestionado todos los residuos generados por ese trabajo. Porque este, amigos, es el auténtico final de toda reparación o trabajo de manitas que llevéis a cabo en casa y en cualquier parte.

Hasta que no sabes qué hacer con restos de cemento, pintura, aceite, madera o tubos fluorescentes, no eres un auténtico ciudadano del mundo, y por tanto olvídate del título de manitas. ¿Que quieres un máster ligerito para empezar esta misma semana? Está bien, presta atención porque todo lo que viene a continuación no tiene desperdicio… (jeje!):

1. RESIDUOS URBANOS (NO PELIGROSOS)

Llegan cuando reparamos una puerta, ventana, desagüe o grifo, utilizamos materiales envueltos en paquetes de cartón, compramos pintura nueva o nos deshacemos de casquillos y grifos antiguos. Estos residuos se consideran no peligrosos y pueden ser reciclados en su mayoría.

Esta es la mejor manera de hacerlo:

• ACEITE VEGETAL: Los aceites generados en el hogar se deben eliminar a través de la materia orgánica (recogiéndolo con papel o cerrándolo en botellas de plástico con tapón) o entregándolo en los puntos limpios. No se deben tirar al desagüe. Su reciclado sirve para fabricar jabones, pinturas, etc.

• MADERA: Se recicla, tritura y convierte en aglomerado para que vuelva a ser consumible. Una tonelada de aglomerado se consigue con seis árboles. Otras salidas comunes para este material son la biomasa o el compost. También se deben depositar en un punto limpio.

• MUEBLES ANTIGUOS: Se pueden reutilizar o entregar a grupos locales de recogida que se encargan tanto de retirarlos del hogar, como de volver a hacerlos útiles. Lo recomendable es llevarlos a un punto limpio. Oooo… podéis darles una segunda oportunidad con ideas como las que os contaba aquí.

• PAPEL Y CARTÓN: El embalaje de los materiales se debe reciclar para proteger el medioambiente. Para su recogida es importante eliminar cualquier elemento extraño (grapas, cintas adhesivas y plástico) y depositarlo en los contenedores de color azul. Su reciclaje frena la deforestación y la tala de árboles.

• CHATARRA METÁLICA: Únicamente se pueden reciclar aquellos que contengan latón (grifos, casquillos,…), plomo (material de fontanería, tubos de pasta de dientes,…), cobre (cableado eléctrico, tubos de gas, transformadores,…), hierro (puertas y ventanas), estaño (soldaduras,…) y aluminio (bandejas, ventanas, platos,…). Hay que llevarlo a un punto limpio.

• VIDRIOS: Se deben depositar en el contenedor verde. Su reciclaje ahorra agua y energía y se puede hacer de forma ilimitada.

2. RESIDUOS PELIGROSOS

La pintura de las paredes viene en envases o recipientes que contienen otras sustancias tóxicas. Los tubos fluorescentes también están hechos de materiales peligrosos. Estos componentes se convierten rápidamente en un riesgo para la salud humana. Contienen, además, sustancias que pueden dañar también al medio ambiente, por lo que mucho cuidadito y atención:

• PINTURAS Y ACEITES: en la basura de casa NO ya que contienen materiales tóxicos contaminantes para el medioambiente que provocarían fuertes olores creando un entorno nocivo. Se deben llevar a puntos limpios.

• RESIDUOS DE APARATOS ELÉCTRICOS Y ELECTRÓNICOS (RAEE): Tanto los electrodomésticos grandes como pequeños pueden contener materiales peligrosos. En el punto limpio se separan sus componentes, se tratan los peligrosos y se reutilizan los demás.

• TUBOS FLUORESCENTES: Algunos contienen mercurio y otros metales peligrosos que pueden ser reutilizados, por lo que también deben ser depositados en puntos limpios.

• PLÁSTICOS Y PVC (POLICLORURO DE VINILO): Según del tipo que sean, se puede moldear con el calor (termoplásticos) o pueden ser una fuente de energía a partir de su residuo molido (termoestables). Se deben depositar en el contenedor amarillo.

3. RESIDUOS DE LA CONSTRUCCIÓN Y DEMOLICIÓN (INERTES)

Son los residuos derivados de las obras de construcción o de las reformas en las viviendas. No son peligrosos ya que no experimentan transformaciones físicas, químicas o biológicas significativas. Su reciclaje es complicado ya que no se pueden tratar ni son biodegradables.

Estos residuos deben ir a un punto limpio con un máximo de 60 kilogramos por día. No sólo se consigue que se puedan reciclar de una forma adecuada, sino que de ellos se pueden  obtener también áridos o materiales para la construcción.

Cada vez que nosotros acudimos a un hogar para realizar una reparación, nos llevamos absolutamente todo residuo que genera la obra. Hasta el más minúsculo. Nuestro deber es dejar impecable cada hogar tras nuestro paso, pero nuestra obligación no termina ahí. Después lo llevamos todo a un punto limpio para su tratamiento adecuado.

Y aquí, sí, nos llevamos las manos a la cadera y suspiramos profundamente: hemos terminado el trabajo.

¡Ya sabes! Si quieres trabajar como un auténtico profesional, termina cada trabajo como nosotros: descubre AQUÍ dónde está tu Punto Limpio más cercano.

Gracias, de parte de todo el planeta.