‘Tu casa crece contigo’ es nuestra propuesta para ayudarte a que tu hogar sea capaz de responder y adaptarse a las necesidades que tengas en cada momento de tu vida. Porque, no nos engañemos, las etapas de una vida son muchas y al final, pasamos muchas horas entre esas paredes, donde es esencial sentirnos a gusto y notar que nuestra casa nos acompaña en ese proceso de cambio y evolución.

Por eso, te proponemos esta serie de consejos y trucos para acondicionar tu casa en cada una de estas fases. Y como nos gusta hacer las cosas por orden, te proponemos empezar por el principio de todo: el nacimiento de una nueva vida, porque si eres padre o has podido vivir la experiencia de cerca, estarás de acuerdo con nosotros en esto: ser padres es el GRAN acontecimiento y el principio del todo en muchos casos.

De repente, pasas a ser responsable de otra existencia. Tu espacio vital es compartido día y noche con el recién llegado. Y tu forma de ver el mundo cambia radicalmente, derivando toda tu atención a cosas que antes carecían de ella.

Enchufes, cubiertos, detergentes y bolsas de la compra dejan de ser enseres domésticos cotidianos para convertirse en riesgos fatales. Esta mutación trae consigo poderes que no pensabas poseer:

Cuando somos padres desarrollamos un sexto sentido para el peligro, unos reflejos felinos y una resistencia sobrehumana.

Parte de esta adaptación interna se proyecta hacia todo aquello que nos rodea. Nuestra casa cambia. Sus materiales se vuelven más suaves y coloridos. Se crean pequeñas barreras aquí y allá para alejar al niño de todo aquello más peligroso que él mismo.

Y este proceso inevitable y constante de acomodación del pequeño en su nuevo hogar te proporciona una tranquilidad extra para enfrentarte a sus accidentadas aventuras diarias.

Hay mil y un trucos para adaptar tu casa a la llegada de los niños.

Algunos te los contarán tus propios padres. Otros los descubrirás tú mismo.

Y si queda alguna treta ingeniosa para evitar un tropiezo entre unas y otras, tal vez la encuentres en nuestra siguiente guía de bienvenida al infante:
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Seguridad: detectando y desactivando todos los posibles riesgos

. Cubre todos los picos afilados y cantos de la casa a una altura a la que el niño pueda llegar mientras aprende a caminar. Existe todo tipo de cobertores de gomaespuma y esquineros para esta tarea, pero no está de más que tengas siempre en casa materiales blandos y de sujeción para encargarte de un nuevo punto negro.

· Fija todas las alfombras y superficies de paso al suelo para que no se produzcan tropiezos o resbalones. En este vídeo te enseñamos cómo:
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· Igualmente, usa alfombras antideslizantes en el baño, tanto dentro como fuera de la bañera.

· Sujeta armarios y estanterías perfectamente a la pared, para que el niño no pueda desequilibrarlos al agarrarse a ellos.

· Aleja de su alcance todos los objetos pequeños con los que pueda atragantarse, y todos los objetos afilados, cortantes o de cristal. Lo mismo con productos químicos -de higiene, limpieza, bricolaje, etc. Búscale a todos una nueva vida en puntos altos y seguros, o en vitrinas cerradas a cal y canto.

· Esconde los cables de los electrodomésticos: son auténticas tentaciones para los peques, que no dudarán en poner a prueba su longitud y sus efectos a prueba de tirones. Por supuesto, revisa el estado de todos los cables de la casa, que no deberán tener partes peladas o frágiles, y cubre con protectores los enchufes a una altura inferior a 1,2 metros. Ya sabes que si lo necesitas, puedes consultar con nuestros electricistas.

· Recoge o esconde elementos colgantes como cuerdas de persianas y cortinas.

· Coloca portezuelas de seguridad en escaleras y en los accesos a zonas con componentes peligrosos, como las terrazas.

· Hablando de puertas, coloca en estas y en cajones bloqueadores que impidan al niño abrirlos durante sus exploraciones domésticas.

Ganando espacio en tu casa

· Hazte con muebles multifuncionales, como armarios y cómodas que se convierten en cambiadores, o cunas con cajoneras para mejorar tu almacenamiento.

· Recupera muebles antiguos, bien con una capa de pintura y barniz, bien adaptándolos de forma creativa a tus nuevas necesidades como padre.

· Reduce la cantidad de muebles, adornos y accesorios innecesarios en toda tu vivienda. Te darás cuenta de que, de lo contrario, tu casa se convertirá en una jungla de objetos con la que tropezar a cada momento.

· Si no tienes la posibilidad de mantenerlas siempre limpias con una higiene constante, recoge y guarda alfombras y moquetas, pues recogen una altísima cantidad de suciedad, polvo y ácaros. Y si tu suelo frío requiere de su presencia, opta por las de pelo corto, más fáciles y rápidas de aspirar.

·  Si tu casa es grande o tiene muchas estancias, crea varios puestos de urgencias para cambiar pañales por toda la casa, aparte de en su habitación. Coloca en cada punto estratégico una canasta con pañales, toallitas húmedas, una almohadilla para cambiar pañales y algunos juguetes para entretener al bebé. Este equipamiento lo puedes esconder bajo muebles o camas para que no te molesten en el día a día.

Evolucionando hacia una estética inspiradora, segura y muy sufrida

· Coloca vinilos y murales para despertar su imaginación.

· Las pinturas plásticas brillantes ofrecen a tus paredes algo más de resistencia frente a las travesuras de grafitero novato de tus pequeños.

· Adapta la iluminación general, reforzándola en los techos y ofreciendo puntos lumínicos alternativos y regulables en toda la casa como apoyo en tareas como cambios de pañales u otros cuidados.

· Piensa también en la iluminación para sus zonas de juego, que debe ser tenue, con formas divertidas y relajantes y a partir de elementos seguros. Existe multitud de lámparas para niños, con potencias regulables para ayudarles a conciliar el sueño en un ambiente de agradable penumbra.

· Mira las cosas desde el punto de vista del peque: si no hace caso a ese móvil tan vistoso y colorido que le has colgado sobre la cuna, puede estar causado por distintos motivos: tal vez está demasiado alto o no lo ve (ten en cuenta que su visión no es muy buena en sus primeras etapas).

Lo más efectivo para entretener al bebé durante los primeros meses es colocar una cajita de música o colores y formas llamativos a los lados de la cuna, a la altura de sus ojos.

Ahorrando tiempo entre biberón y biberón

· Compra productos para limpieza rápida, como toallitas desinfectantes para distintas superficies, que te ayudarán a quitar el polvo y tenlos a mano en distintos puntos de la casa, desde baños hasta dormitorios y salones. Puedes acostumbrarte a coger uno cuando pases por allí y limpiar una superficie o zona específica cada vez que pases (como la televisión, el wc o un espejo) evitando así que se acumule la suciedad.

· Coloca los cubiertos en el lavavajillas boca abajo y con un orden específico: cada tipo, agrupado en su propia sección -tenedores con tenedores, etc. Así no tardarás nada en recogerlo cuando esté limpio.

· Cuenta con ayuda cuando sea necesario: no tengas reparo en pedirla. Uno de los regalos de moda a papás primerizos es juntar dinero entre los amigos para contratar varias sesiones de servicios de limpieza doméstica y servicios “manitas” para llevar a cabo pequeñas reparaciones y tareas del hogar.
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¿Qué te parecen todas estas ideas?

Seguro que conoces algún truco más para adaptar tu casa a los peques: compártelo con los otros lectores en los comentarios de este post  😉