Vía facilísimo
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No todo en la vida es limpiacristales de marca y productos tensoactivos para la higiene del hogar. A veces hay trucos de la abuela que pasan por reutilizar algo que nunca imaginaste para otra cosa que ni se te pasaba por la cabeza.
Y en ese divertido territorio se sitúa este post y sus 8 soluciones para ayudarte a conseguir resultados diferentes en la limpieza y el mantenimiento de tu casa.
Echa un vistazo, ponlos en práctica y cuéntanos qué te parecen.
Pero sobre todo, entre manitas y amantes del hogar que somos todos… si tienes tus propios trucos que merezcan estar en este post, cuéntanoslos y recopilaremos una nueva selección creada por vosotros 😉
¡Manos a la obra!
1. Limpiar y desinfectar el filtro del fregadero
Sí, ese que protege a nuestras cañerías de los restos de comida cuando fregamos. Pues bien, para desincrustar la suciedad, nada como introducirlo en Coca-cola y dejarlo actuar un rato. Si no habéis visto de lo que es capaz la bebida de la felicidad, ¡es una buena oportunidad!
Otro truco para evitar que se le adhieran residuos es aplicarle un poco de aceite de forma periódica.
2. Desincrustar la grasa del tupper
Lo sabemos, tus fiambreras de plástico, tuppers o tapers son un auténtico incordio a la hora de lavarlos. Pero conocer las propiedades del lavavajillas líquido puede echarte una mano: aplícalo en seco sobre la suciedad y déjalo actuar un buen rato. Así, sin diluir, el producto trabajará con más intensidad. Después, introdúcelo en agua y frota con tu estropajo. Verás la diferencia.
3. Dejar como nueva la bandeja del horno
Las bandejas metálicas del horno se llevan muchas veces la parte más desagradable de tus recetas. Para eliminar los restos quemados y adheridos de su superficie tras una primera limpieza, aplica aceite y sal, y frota con un estropajo. Verás que su acción abrasiva y desincrustante te ayuda a dejarlas como a ti te gusta verlas.
4. Dejar impecables espejos y cristales
Estamos hartos de ver esas marcas antiestéticas en el baño o al mirar por la ventana, ¿verdad? Bueno, pues busca una media fina (puede ser cualquier media vieja y usada que tengas en casa) y colócatela en la mano. Ahora, pásala varias veces en el mismo sentido por toda la superficie del cristal de la puerta, ventana o cuadro que queramos dejar fetén. La fibra de su tejido es tan fina que no deja huellas y se desliza a la perfección.
5. Lavar y blanquear la correa de la persiana
Es uno de esos puntos de la casa por los que el mayordomo de la tele te trincaría en dos segundos. Si quieres tenerlo reluciente como el primer día no te compliques: coge una esponja, humedécela ligeramente y aplícale lavavajillas. Ahora, frota presionando sobre el mismo marco de la puerta o la ventana, mientras corres y descorres la persiana para trabajar en toda su superficie. Enhorabuena, acabas de quitarle 5 años al piso.
6. Limpiar tu mando a distancia
Los mandos a distancia son como las correas de la persiana: fieles y sufridos testigos de la suciedad que acarrea el contacto constante con nuestras manos. Para que tus visitas palidezcan ante un mando impoluto como recién salido de la fábrica, utiliza alcohol o agua oxigenada y bastoncillos de algodón, que pasarás entre todas sus teclas y rincones.
También te pueden resultar útiles las toallitas de higiene para baños, que contienen agentes desinfectantes y no se deshilachan ni pierden fibras como un papel normal.
7. Abrillantar tu encimera de mármol, granito o piedra
Con el paso del tiempo y de tus deliciosas recetas, las encimeras pierden su brillo natural. Para devolvérselo hay un remedio sencillo, doméstico y muy barato: mezcla en un recipiente un poco de vaselina (media cucharada) y vinagre blanco (una cucharada sopera será suficiente), y dilúyelos en agua. Ahora frota esta mezcla en círculos sobre toda la superficie con ayuda de papel de cocina, y comprobarás cómo su brillo natural vuelve a la vida.
8. Devolver el brillo a tus muebles lacados
Este truco es la leche. En serio.
Porque si quieres limpiar y abrillantar ese mueble lacado tan habitual en la cocina, solo tienes que mojar en un poco de leche una bayeta, y frotar despacito hasta ver cómo recupera su esplendor. Si estás dudando entre la leche entera y la desnatada, descuida, el resultado será el mismo.
¿Conoces más trucos de la abuela como estos? Compártelos comentando aquí abajo y crearemos otra entrada en vuestro honor, recopilando cada una de vuestras ideas caseras para disfrutar más del hogar con menos esfuerzo y dinero.
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¿Qué necesitas que hagamos en tu casa? 😉