En jornadas como hoy, 17 de junio, Día de la lucha contra la Desertización y la Sequía, es especialmente importante dar valor al agua que consumimos en nuestras propias casas, aprender a detectar posibles problemas en nuestra canalización acuífera que afecten a nuestra salud y a resolverlos como un profesional de la fontanería.
Y es que beber agua limpia y cristalina, insípida e incolora, simplemente con abrir un grifo en casa, es algo que muchos occidentales damos por hecho sin ser conscientes a veces del privilegio que representa.
Haciendo clic en la imagen de la derecha podrás ampliar un mapa de cada continente que así lo atestigua y comprobar si la calidad del agua de tu país, o de aquella región a la que irás de vacaciones, es aceptable para el consumo humano o no.
Mientras tanto, nuestros profesionales han recopilado los problemas más habituales con los que te puedes encontrar al abrir el grifo y detectar que el agua que sale no es de la calidad que podrías esperar. Presta atención a su color, textura y olor antes de probarla para detectar sus inconvenientes entre los distintos problemas que te explicamos a continuación, pero antes:
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1. Tiene una película entre blanca y grisácea
Se denomina “agua dura” a aquella con altas cantidades de calcio y magnesio disueltos en su composición. No es un problema grave, pero te recomendamos emplear filtros en grifos o jarras especiales tipo Brita para eliminar el exceso de sedimentos como estos y otros metales pesados, más peligrosos.
Además, la excesiva dureza del agua terminará dañando electrodomésticos como tu lavadora y tu lavavajillas, y estropeando cristalería y cubertería de la forma que ves en esta imagen:
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2. Se acumulan en el fondo sedimentos marrones
Al principio, tu agua parece transparente. Pero pasado un rato comienza a aparecer una capa marrón, naranja o roja de sedimentos en el fondo de tu vaso. Esto puede estar causado por el exceso de hierro en tu agua. La solución es, igualmente, un filtro que suavice tu agua, o, si se trata de una concentración especialmente alta, un filtro de oxidación.
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3. Hay motas negras
Es más probable que encuentres este problema en aguas estancadas, como la del wc. o la de la bañera.
El problema más habitual aquí es un exceso de manganeso, que puedes eliminar igualmente con filtros especiales que aplicar a todas las salidas de agua de tu casa.
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4. Huele a huevos podridos
Este olor sulfuroso, o como a pescado, puede estar causado por una variedad de agentes indeseables en tu agua, incluyendo el exceso de sulfuro, cloro, moho, algas o bacterias.
Todas ellas viven en el agua y pueden multiplicarse en cualquier sistema de fontanería, residiendo en tus tuberías.
Deberás solucionar este problema de forma urgente, pues tu salud peligra al ingerir estos agentes. Puedes utilizar todo tipo de sistema de filtrado, aunque es recomendable la ayuda de un fontanero profesional para aplicar un sistema de osmosis inversa, y la instalación de filtros de carbón, para eliminar correctamente esta complicación y asegurar tu tranquilidad y la de aquellos que viven en tu hogar.
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5. Agua turbia
La aparición de sólidos en suspensión puede provenir de diferentes complicaciones, como obras cercanas o tormentas.
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6. Sedimentos
Si encuentras arena, tierra o polvo en tu agua, lo más probable es que haya una rotura en algún punto de tu sistema de fontanería o, antes incluso, en la conducción municipal del agua. Este problema suele manifestarse también en una disminución de la presión del agua.
Y cuando estés de vacaciones en otro país…
Recuerda informarte antes de la calidad del agua de tu destino. La gran mayoría de países del mundo no tienen tanta suerte con el agua de grifo como el nuestro, y no podrás beber directamente de ella.
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Hay varios sistemas para hacer potable el agua que bebes.
El más básico es hervirlo en un cazo durante al menos 1 minuto de ebullición, algo que debería terminar con el 100% de los agentes patógenos que podrías encontrar. Eleva este tiempo a 3 minutos de ebullición si te encuentras en una región en altura, sobre los 2.000 metros.
Y presta mucha atención a otras fuentes de entrada de agua en tu cuerpo menos obvias, como los baños en playas, lagos, piscinas… o el hielo de tus bebidas, que casi con toda seguridad estará fabricado con agua del grifo y podrá provocarte exactamente los mismos problemas que un vaso del mismo.
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