Cómo quitar manchas de la madera: rompiendo mitos modernos

¡Ups!, un cerco de vaso. ¡Anda! Un rayón con el rotulador. ¿Cuál es la siguiente que se te ocurre? Porque seguro que has visto pasar manchas de todos los tipos y colores por tus muebles de madera desde que tienes recuerdo, ¿verdad?

Y sobre esto hay tantos remedios caseros (in)falibles que se me ha ocurrido dedicar un post a una reflexión acorde con los tiempos que corren. Esos en los que visitar la casa de tus primos en Cantabria o la de tu amigo de Badajoz no dista demasiado (de puertas para adentro, ¡claro!). ¿Por qué lo digo? Por el mobiliario.

Mucha gente me pregunta cómo solucionar esa mancha que les acaba de aparecer en “la mesita baja de madera”, pero es necesario entender que hoy la mayoría de las casas no tienen muebles de madera maciza, sino muebles estilo IKEA: de conglomerado a partir de partículas de madera prensadas con melamina –una resina- y revestidas con láminas de papel impresas con un diseño que imitan la madera. Ah, y que a su vez van también impregnadas de melamina.

Por lo tanto NO ES madera en sí. Y al no serlo, estas manchas son prácticamente imposibles de eliminar, porque no podemos lijar el mueble, ya que en vez de estar puliendo madera estaríamos dañanado la capa de papel.

¿Y si es madera maciza de verdad?

Bueno, estos muebles están normalmente protegidos con barnices de poliuretano, diseñado para prevenir, por ejemplo, los cercos que pueden dejar los vasos mojados. Es decir: para que hoy en día se te quede una mancha por un vaso, el mueble en cuestión habría de ser más viejo que la abuela de Matusalén.

Sí, sí, ya, pero… ¿Y sí se mancha y no sale?

Bueno, pues primero debemos probar con un quitamanchas normal. Si el líquido no ha traspasado el barniz, con esto lo solucionarás.

Si al contrario la mancha ha penetrado en la madera, volvamos a ver un poco de teoría: la madera es un material absorbente y, una vez impregnado, el líquido no saldrá jamás. Solo nos queda disimularlo lo mejor posible.

Si la mancha es suave, podemos pulir la zona con una lija de grano fino y mucho, mucho tiento. Y atención, porque muchas veces la madera que nos venden no es nogal o cerezo, sino pino teñido. Y si utilizamos una lija gruesa, nos arriesgaremos a que sobresalga el color del pino y tengamos que restaurar el mueble entero.

Una vez pulida la zona, repárala con goma laca. Hay dos tipos de esta, rubia y morena, escoge el color que mejor se adecúe al tono del mueble (puedes pedir consejo en tu tienda de bricolaje. Y aquí te cuento mi truco estrella: Prepárala disolviéndola en alcohol (proporción: medio Kg de goma laca por 1 litro de alcohol).

La colocas en un bote o tarro bien cerrado y dejas la mezcla asentarse durante aproximadamente unos 10 días. Al cabo de este tiempo la aplicas haciendo círculos y ochos suaves con una muñequilla –una almohadilla de algodón rodeada de tela que permite extender finísimas capas de laca sobre la madera-. Las muñequillas sustituyen a los pinceles porque no dejan marcas como estos, permitiendo un acabado muy superior.

Este trabajo no es complicado, pero sí requiere un poco de habilidad y mucha paciencia. Te recomiendo que practiques con piezas de menor valor antes de atreverte a restaurar con esta técnica muebles caros o muy visibles. Aunque puedes estar tranquilo, si cometes algún error es fácil eliminar el barniz con un poco de alcohol.

¿Qué te parece? ¿Nos hacemos con estos sencillos materiales y nos atrevemos a dejar los muebles como nuevos este fin de semana?

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