Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

¿Publicar las balanzas fiscales de las CC AA? Sí, pero no como arma propagandística

Como si de un eterno retorno se tratara, vuelve a aparecer en la palestra política española el asunto de las balanzas fiscales autonómicas. ¿Qué son? No son más que un ejercicio teórico que refleja los saldos de salida de impuestos y entrada de gasto e inversión de cada comunidad autónoma. Si sale positiva, esa región aporta más de lo que recibe; si sale negativa, al revés.

El Gobierno ha anunciado que publicará en pocas semanas las balanzas fiscales de los últimos ejercicios. Esta medida ha sido acogida de forma desigual por las distintas CCAA. Con agrado por parte de los que creen que salen perdiendo del saldo fiscal, porque se reflejará así su agravio; con desagrado por quienes sospechan que salen ganando y son perceptores netos del sistema. Y es que, desgraciadamente, en España no se utilizan las balanzas fiscales como lo que son: un instrumento de información interterritorial que se ha de añadir a otros muchos.

No. Desde hace años las balanzas fiscales se usan para hacer propaganda y denunciar presuntos agravios y «expolios» fiscales, con poco rigor intelectual y atacando directamente a los principios de solidaridad entre los territorios y los ciudadanos que deben regir en cualquier estado democrático. El problema es que, sea el resultado que sea, el Gobierno español tiene mucho perdido en el caso de Cataluña (que al fin y al cabo es la comunidad que sacó a la palestra esto de las balanzas fiscales).

Porque este y otros anteriores, durante muchos años no dieron respuesta adecuada a lemas falaces como el «Espanya ens roba», y ahora costará mucho convencer de lo contrario a una población y una opinión pública cansadas tras cinco años de crisis, y adolescentemente ilusionadas por la escapada hacia delante del independentismo. Sea cual sea el resultado que arrojen estas balanzas fiscales, la idea del agravio ya está inoculada en los cerebros de millones de ciudadanos (también en los de Madrid, gracias a Ignacio González).

El tema es que no está nada claro que esos agravios sean tales, ni tan siquiera que existan. Os recomiendo leer este post de Ezequiel Uriel para el blog De cigarras y hormigas. Lo dice claro: No es razonable confundir saldos fiscales con la financiación autonómica. Como diría aquella alcaldesa, es mezclar peras con manzanas. También son muy aclaratorios los dos artículos escritos en Nada es Gratis por Guillem López Casanovas, así como este recopilatorio de artículos sobre el asunto de Maven Trap.

Como reflexión final diré que, creo, será mucho más deseable afrontar este debate (el más serio al que nos enfrentamos como país desde la transición) desde el rigor y las evidencias, y menos desde las banderas y las posiciones apriorísticas.

3 comentarios

  1. Dice ser Sara

    El que sabe de estas cosas es nuestro contertulio Antonio Larrosa

    16 octubre 2013 | 14:13

  2. Dice ser yo discrepo

    Me quedo con una frase del texto: «No es razonable confundir saldos fiscales con la financiación autonómica», efectivamente, a la que me gustaría sumar una de mi cosecha: » no es razonable, que comunidades privilegiadas desde hace siglos con la bendición del centralismo, se permitan el lujo de dar lecciones de como se gestiona una comunidad y de lo bien que cumplen» Y esto lo digo por Madrid.
    Madrid es una comunidad que tiene la sede central de las 5000 principales empresas y todas fiscalizando en la comunidad, es la sede del Gobierno, de las Cortes, del Senado, de la Bolsa que más dinero maneja, del Poder Judicial, tiene más de 550.000 funcionarios muchísimos de ellos del máximo rango (y sueldo) y esto es algo que lleva siendo así desde la época de Felipe II.
    Como conclusión, me gustaría introducir un variable para establecer qué comunidad aporta más al conjunto del Estado y cual se beneficia más de la coyuntura y dado que los baremos se establecen en función del PIB de cada una de las comunidades, pues deberíamos saber como y de qué modelo productivo se sustenta ese PIB, porque se da el caso de que Madrid, saca pecho porque depende en una gran medida de los negocios que se vienen generando alrededor del Estado y si no preguntemos al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, si estaría dispuesto a compartir la «pesada» carga que supone ser la capital del reino

    16 octubre 2013 | 14:43

  3. Dice ser manuel

    Lo bueno siempre será propaganda buena, y una excelente motivación, y lo malo propaganda mala. No creo que haya forma de evitarlo. Queda el silencio, claro. Quizá el responsable de que te hayas decidido a escribir este artículo sea ese silencio parcial que se correlaciona negativamente con el objetivo político alcanzado y del que se presume. Un político siempre calla aquello que le perjudica, que pone de manifiesto sus carencias, y alardea de sus triunfos. Que la ciudadanía sepa toda la verdad no es malo, que se quede a medias,es como una «verdad interrupta» con la que es muy difícil sacar conclusiones.

    20 octubre 2013 | 11:14

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