Un cuento corriente Un cuento corriente

Se llama a la Economía (más aún en estos tiempos de crisis) la "ciencia lúgubre". Aquí trato de mostrar que además es una de nuestras mejores herramientas para lograr un mundo mejor

La reforma de las pensiones y la ideología

Hace menos de un mes que el Gobierno lanzó su propuesta de reforma del sistema de pensiones público en España. La medida presentada por Fátima Báñez, básicamente, propone desligar la revalorización de las mismas del índice de precios de consumo (IPC). Así, a cambio el Ejecutivo pasará a utilizar el nuevo Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP), que garantizará que las pensiones siempre se incrementen al menos un 0,25%, y un máximo del IPC más 0,25%. El modelo, que no es sino una versión ligeramente modificada de la propuesta de reforma presentada por el Comité de Expertos creado para tal efecto por el Gobierno, supondrá un recorte de 33.000 millones de euros en los próximos nueve años, según los cálculos efectuados por el Consejo Económico y Social. Más de mil euros anuales de pérdida por pensionista.

Fátima Báñez con Víctor Pérez, de la Comisión de Expertos para reformar las pensiones

Fátima Báñez con Víctor Pérez, de la Comisión de Expertos para reformar las pensiones

La dura medida recetada por los expertos «de reconocido prestigio» designados por el Gobierno contrasta con la contrapropuesta de otro colectivo de expertos hecha pública ayer. Un grupo de catedráticos y economistas acusan a los promotores de la reforma de las pensiones de enmascarar con un supuesto consenso académico lo que no es más que una reforma ideológica que desmantelará el Estado Social. En opinión de estos 24 profesores (que denuncian el claro sesgo del comité gubernamental) no es cierto que la evolución futura de la pirámide de población vaya a suponer ningún problema estructural para el sistema de pensiones, ya que en su opinión los aumentos de productividad compensarían este mayor volumen de gasto, unido al aumento de la base de cotizantes (facilitando la incorporación plena de las mujeres al mercado laboral, por ejemplo).

Más allá de estar de acuerdo con una u otra propuesta (no me veo capaz de contradecir ni a unos ni a otros) lo que me desconcierta es que expertos y académicos de lo que se supone que es una ciencia (aún lúgubre) puedan mantener posiciones tan diametralmente opuestas. ¿Están basados los análisis de unos y otros en su saber científico o es más bien la ideología lo que les lleva a emitir sus postulados? ¿Era realmente necesario acometer una reforma estructural del sistema de pensiones justo en el peor momento coyuntural de la economía española? ¿Es cierto, como dicen los economistas críticos, que la productividad es un factor clave que no han tenido en cuenta los expertos del comité del Ejecutivo?

No sé cuál es la reforma de las pensiones adecuada (en este post de Politikon hay un interesante análisis, al igual que en este de Nada es Gratis), ni tengo conocimientos para hacer ninguna propuesta alternativa. Lo que sí veo es que, como en tantas otras cosas en este país, los presupuestos ideológicos marcan los argumentos y el debate, en detrimento de las evidencias científicas o el rigor. Si no somos capaces ni de sentarnos a debatir seriamente, con todas las cartas encima de la mesa, acerca de un tema tan trascendente como las pensiones, ¿Qué clase de país somos?

6 comentarios

  1. Esas dos mentes brillantes y valientes que son Julio Anguita y Juan Carlos Monedero protagonizan una conversación de un centenar de páginas recogida por la editorial Icaria bajo el título A la izquierda de lo posible. Hay una parte que me ha parecido de gran interés. Es cuando Anguita plantea que los actuales gobernantes se están situando fuera de la ley en la medida en están ignorando o desmantelando derechos como el del trabajo, la vivienda, la salud, la educación, una pensión digna, la alimentación, puesto que están conculcando la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Constitución Española o la Carta Social Europea ratificada por España en 1985.

    Es un enfoque interesante porque ya no necesitamos hablar en nombre del marxismo ni siquiera de la izquierda. Basta con desempolvar esas legislaciones que tienen un predicamento y aprobación universal y, a continuación, mostrar que los gobernantes están vulnerando el Estado de Derecho, están en la ilegalidad. De modo que nosotros estamos dentro y reivindicando la ley, y el gobierno fuera y vulnerándola.

    La segunda deducción es que en la tradición de los históricos movimientos de liberación aplaudidos por toda la sociedad, e incluso del cristianismo, se encuentra el derecho a la rebeldía ante un gobierno despótico que no respeta la legalidad. La declaración de independencia de los Estados Unidos del 4 de julio de 1776 plantea el derecho a luchar para que haya un gobierno justo, incluso deponer al que hay si no cumple (Preámbulo: “Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, evidencia el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y proveer de nuevas salvaguardas para su futura seguridad y su felicidad”). Igualmente la Declaración de Derechos Humanos de 1789, en su artículo 2, establece que la finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre, y que uno de tales derechos es la resistencia a la opresión. Por su parte, la Constitución de 1793, elemento clave del racionalismo ilustrado francés, plantea el derecho a la insurrección (Artículo 35: “Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es, para el pueblo y para cada una de sus porciones, el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”).

    John Locke, considerado padre del liberalismo moderno, establece que la autoridad del Estado se sostiene en los principios de legalidad y respeto de los derechos humanos. Esa autoridad deja de ser legítima si deja de asegurar los derechos naturales. En su Tratado sobre el gobierno civil (1690), defiende el derecho a la rebelión señalando que si el pueblo es sometido a la miseria y padece las injusticias del poder arbitrario, entonces “maltratado y gobernado contra Derecho, estará siempre dispuesto a quitarse de encima una carga que le resulta pesadísima”.

    Estas ideas tienen su origen en los teólogos cristianos. El dominico Francisco de Vitoria reconoce la licitud de robar cuando el hambre hace peligrar la vida humana o negarse a pagar un tributo en caso de que fuera injusto (Relecciones teológicas). El jesuita Juan de Mariana razonó acerca del derecho a la insubordinación (Del Rey y de la Institución real 1598-1599). El padre Francisco Suárez (Discurso de leyes, 1612) reconocía la posibilidad de desobedecer y derrocar a quien detenta la autoridad cuando, ejerciendo el mando, incumple y vulnera sus funciones.

    Pues bien. Hoy nos están arrebatando nuestras viviendas (desahucios), nuestra educación (disminución de profesorados, tasas y fin de las becas), nuestra sanidad (disminución de personal, cierres de hospitales y servicios de urgencias), nuestros derechos sociales (liquidación de la ley de dependencia), nuestras libertades públicas (represión de las manifestaciones, sistemas de vigilancia), nuestros derechos laborales (seis millones de parados, congelaciones y disminuciones salariales, facilidades para los despidos, precariedad laboral).

    No hace falta ser Lenin ni Rosa Luxemburgo para llamar a la rebelión. Los inspiradores de la Ilustración, los que redactaron la Declaración Universal de Derechos Humanos, los sacerdotes del siglo XVI y los filósofos liberales hoy estarían sumándose al levantamiento. Al otro lado están los miserables que se escandalizan cuando nos atrevemos a expropiar dos carritos de supermercados. Es hora de que cada uno decida en qué bando se sitúa.

    Pascual Serrano es periodista. Su último libro es “La comunicación jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes” .

    24 septiembre 2013 | 10:39

  2. Dice ser follagordas

    HIJOPUTAS

    24 septiembre 2013 | 13:48

  3. Dice ser Santiago

    Pacto de Toledo, pacto de Toledo, pacto de Toledo. pacto de Toledo, siempre pacto de Toledo, que vió el futuro social, no el económico. Esto tios nos van a tirar a los normales, a los que mantenemos el sistema, por el barranco. Ahora ha aumentado la deuda pública, más que con el gobierno anterior (¿¿la herencia recibida??).

    Por favor, prefiero que me congele la pensión un año, no que me la congelen quince años (0,25 % mínimo, nos estan nuevamente engañando).

    Seamos positivos, avancemos en nuestras ideas, forcemos nuestra felicidad con la familia, sea de derecha, sea de izquierda, da lo mismo.

    Saludos

    24 septiembre 2013 | 14:25

  4. Dice ser Marisa

    si el exterior es un reflejo del alma lo de est tia es muy fuerte

    esta cada días mas fea y mas fuera de tono…….que pena para su familia, si es mi madre me muero de verguenza

    24 septiembre 2013 | 14:34

  5. Dice ser Pedro L.

    Lo que subyace en esta «propuesta de reforma del sistema de pensiones» es el fortísimo sesgo ideológicvo que la inspir, todos y cada uno de los expertos académicos que han firmado dicha propuesta han constatado una vez más que el ámbito universitario que en otro momento fue considerado la caja de resonancia de una sociedad (hace mucho tiempo ya de eso), sufre de la misma dolencia de la que padece nuestra sociedad en la actualidad, que no es otra que la decadencia en forma de falta de pluralidad, de rigor científico y sobre todo de independencia de los poderes políticos que desvirtúan la deseable independencia de dicho ámbito.
    No es de recibo que estos expertos universitarios sean elegidos conforme a una serie de postulados ideológicos y que además justifiquen sin ningún rigor científico que el recorte sistemático de miles de millones de €uros a aquellos que han trabajado durante toda o gran parte de su vida se inspiran en los mismos criterios radicales de sus promotores, es decir las que corresponden a las políticas antisociales de la derecha más regresiva de la historia de esta pseudodemocracia que padecemos.

    La Educación, la Sanidad, la Dependencia y ahora las Pensiones, esas «líneas rojas» de las que hablaban en su programa electoral y que jamás serían cruzadas, se ha demostrado que no eran más que una estratagema para llegar a La Moncloa lo más pronto posible, no sólo incendian las calles provocando un estado de malestar generalizado, confrontando (como en etapas predemocráticas) y dividiendo a una población expoliada y humillada (pensionistas, estudiantes, demandantes de empleo, funcionarios, médicos, colectivos judiciales, funcionarios de seguridad del Estado, etc, etc), sino que además los chantajean ante la opinión pública aconsejándoles que «no salgan a la calle» para que continúen cometiendo sus «reformas estructurales», retrotrayéndonos a épocas y formas del pasado, lanzando a la cuneta a muchas generaciones de españoles 8jovenes, pensionistas y futuros pensionistas), resignados a un «final irreversible e inevitable» que les lleva a ser presos de las durísimas contradicciones morales y éticas a la que estamos asistiendo a propósito de esta nueva vuelta de tuerca de este expoliado estado de bienestar que la clase trabajadora no lo olvidemos hemos financiado en su mayor parte, ya que hay otros que pese a estafar a Hacienda se les ha amnistiado, pero luego se soreprenden de ver y comprobar cómo hay personas que se suicidan, después de haber su medio de vida y sus casas como consecuencia, arrastrando a sus familiares en sus tragedias, con leyes hipotecarias que han condenado a sus padres (conocemos muchos casos actualmente) en muchos casos a verse arrastrados como avalistas de las mismas. El daño que están generando no tiene nombre, bueno sí lo tiene pero por respeto a este espacio no quiero mencionar.

    Las pensiones tengan un supuesto marchamo académico o no (que ya se ha demostrado por un grupo de economistas que carecen cuanto menos de rigor científico, dado que contienen como la gestión de la crisis misma, un marcado sesgo ideológico), tampoco han escapado a la manipulación política, como la institución universitaria misma de la que proceden estos expertos universitarios que han legitimado «científicamente» lo que es a todas luces un recorte de derechos de los pensionistas inmoral basada en postulados radicalmente ideológicos, uno más de esta negra y regresiva legislatura.

    La institución universitaria también ha contribuido como nunca a dar crédito a lo que es en última instancia un expolio de derechos de pensionistas y sus familiares, que no olvidemos -dadas las consecuencias de esta crisis que han generado las mismas políticas neoliberales que llevan al aniquilamiento de todo lo público y por tanto de las políticas sociales de la que se derivan éstos-, contribuyen a sanear las debilitadísimas economias de sus descendientes.

    Un nuevo escándalo más del que los pensionistas a cuyo colectivo pertenezco, hemos sido copartícipes en muchos casos ya q no podemos olvidar que es un colectivo especialmente receptivo (sumiso más bien) al voto a estos expoliadores de nuestros derechos. Toda una vida cotizando para que ahora se imponga una vez más un recorte sin precedentes del sistema de pensiones (y todo ello en medio de indemnizaciones y sistema de pensiones multimillonarias de ejecutivos de entidades financieras, rescatadas nosotros como ciudadanos). No sé cómo pueden tener la conciencia tan tranquila al socavar uno de los pilares básicos del ya extinto modelo social. Ahora quien pueda estará obligado a suscribir un sistema de pensiones privado que complemente las carencias del expoliado sistema púlbico, y esto no sólo afectará a los pensionistas de ahora sino que los principales afectados serán los futuros pensionistas si es que éstos llegana cobrar siquiera un porcentaje digno de las pensiones ya que dados los contratos precarios actuales (la cara de la misma moneda) y la situación de desempleo masivo en la que viven muchas familias, el sistema de pensiones quebrará sin duda por falta de cotizantes, pero a ellos (académicos redactores de ésta y otras reformas y políticos neoliberales a cuya adscripción política pertenecen sus «propuestas»), al fin y alcabo les da igual pq no saben ni sabrán lo q es un sistema público de pensiones dado que su posición funcionarial les da todo tipo de privilegios (un sistema de clases pasivas en el caso de los docentes universitarios a los q pertenecen estos «expertos», nada despreciable). El PP de todas formas sabrá agradecerles como sucede en los medios de comunicación afínes (colocando a dedo a periodistas «divulgadores» de este expolio infame) esta nueva vuelta de tuerca al sistema de pensiones, los «servicios prestados» ya sea ahora o en el futuro en forma de conserjerías o en forma de enchufes en diferentes puestos en la Administración o en el sector privado.

    Desgraciadamente sí tengo que reconocer que estoy reviviendo en muchos aspectos la etapa regresiva de la Dictadura donde había un Estado asistencial para pobres (ya que las clases medias están y han sostenido siempre ese Estado de Bienestar, dado que como sabemos los grandes defraudares no pertenecen precisamente a ninguna clase social modesta o media), y otro para un núcleo minoritario de élites que concentraban todo tipo de privilegios y derechos, ¿y quién ose manifestarse (ahora nos llaman los «yayoflautas») contra este expolio continuo de derechos y libertades, detenido y juzgad como un filoterrorista más?. Espero que mis hijos y nietos no vean en sus propias carnes cómo se destruye la cohesión social que mi generación contribuyó a construir a base de mucho esfuerzo, y que estos filoterroristas de lo público se han propuesto destruir a golpe de «reformas estructurales», ellos sí que son filoterroristas, esquilmando nuestros bolsillos.

    24 septiembre 2013 | 14:58

  6. Dice ser Raúl Ibáñez Martínez

    ¿A QUE DIOS REZA EL DEMOCRISTIANO GOBIERNO CUANDO PRETENDER ROBAR A LOS PENSIONISTAS?. DALES SEÑOR EL ESPANTO NOCTURNO, QUE TU JUSTICIA CAIGA SUS CABEZAS PARA QUE NO VUELVAN A LEVANTAR LA MANO CONTRA SUS MAYORES

    29 septiembre 2013 | 18:12

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