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Entradas etiquetadas como ‘television’

El nuevo fichaje de ‘Cuatro’, Isabel Mateos, evidencia la calidad informativa

Por Antonella Macchi López

¿Cómo puede ser posible que una alumna de periodismo, sin ningún tipo de experiencia, sea contratada por un medio de comunicación de prestigio nacional para trabajar en un programa de televisión? La pregunta da respuesta a la calidad informativa de los programas televisivos emitidos en España, lo que conocemos también como telebasura.

Isabel Mateos, en una captura de imagen de un vídeo. (TELECINCO)

Isabel Mateos, en una captura de imagen de un vídeo. (TELECINCO)

Isabel Mateos es el nuevo fichaje de Cuatro para trabajar en el programa «Todo va bien». Isabel es conocida por ser la mejor amiga de Francisco Nicolás –también conocido como el pequeño Nicolás–. Probablemente este sea el único indicador que ha seguido la cadena de la televisión para fichar a Isabel Mateos, una lógica que desprestigia el trabajo de los profesionales en comunicación.

Lo peor de esta situaciones es que nosotros, la audiencia, miramos esos programas inducidos por el morbo, llevados por la curiosidad y sin querer, somos igual de culpables que aquellos que dejan en manos de inexpertos el deber de comunicar.

Estos es un llamamiento a la sociedad, seamos responsables de aquello que decidimos ver, tomemos conciencia de que si nos pasamos dos horas viendo un debate lleno de demagogia, insultos, peleas sin sentido, somos contribuyentes de un amarillismo que debería estar en extinción. Sólo busco la toma de conciencia, si escogen ver telebasura sepan que se convierten en militantes de la incultura.

 

 

¿Una España subtitulada?

Por Lorena Villanueva Jiménez

Persona haciendo zapping en la televisión. (GTRESONLINE)

Persona haciendo zapping en la televisión.
(GTRESONLINE)

Desde hace tiempo se viene debatiendo sobre si es mejor el cine o la televisión en versión original o con doblaje. Al principio se debatía sobre si se perdían matices de los actores, sobre que leer subtítulos te quitaba tiempo de película, pero este debate sobre el entretenimiento ha ido cambiando hasta llegar a un debate sobre educación. ¿El doblaje nos hace ser menos inteligentes? ¿La calidad de las traducciones españolas es mala?

Educar nuestro cerebro es importante a cualquier edad, pero sobre todo para los más pequeños de la casa. Un estudio demostraba que los niños españoles pasaban casi tantas horas en el colegio como viendo la televisión.

Pensemos en qué podría invertir ese tiempo un niño español: ¿leer? En este punto, tendríamos que poner nuestra mirada en Finlandia (como con otras tantas cosas) ya que su televisión allí no está doblada, está subtitulada al finlandés.

Con eso consiguen que los niños se interesen por leer para poder entender la televisión y a causa de esto, tienen más facilidad para aprender idiomas, y estudiar idiomas tiene muchísimos beneficios para nuestro cerebro: mejor flexibilidad cognitiva, mayor agilidad mental, incluso hay estudios que destacan el estudio de lenguas con una tardía aparición del Alzheimer.

Llegados a este punto, vale la pena plantearse: ¿merece la pena premiar la comodidad? ¿Estaría España preparada para una televisión en VOSE?

¿Las nuevas tecnologías dificultan las relaciones personales?

Por Vicnuel Sánchez González

Una persona navega por Internet. (ARCHIVO)

Una persona navega por Internet. (ARCHIVO)

Recientemente llamé por teléfono a un amigo, quién, al fallecer su mujer, se había quedado solo. Le di el pésame y seguimos charlando un buen rato. Al terminar, se me echó a llorar y, con voz desgarradora, me decía: y ahora…, ¿con quién comento esto que hemos hablado?

Pues esta o similar pregunta se hacen hoy muchas personas que no están viudas ni huérfanas: llegan a casa deseosos de contar lo que les ha ocurrido, bueno o malo, a lo largo de la mañana o del día y se topan con un repetitivo ¡chitón!, porque se está viendo la televisión o navegando por Internet. Y ahí tienes al pobre niño que llega del cole, al pobre anciano o al cónyuge sintiéndose ninguneados (unos don nadie). ¡Qué pena!

Es evidente que las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) tienen muchos pros, pero también tienen algunos contras que causan mucho mal y que, por lo tanto, habrá que tratar de evitar.

Que no tengamos que decir como el de la soleá de Juan Talega: “¿A quién le contaré yo las fatiguitas que estoy pasando? Se lo voy a contar a la tierra cuando me estén enterrando”.

Pero también esta regla tiene sus excepciones; así, por ejemplo, si los miembros de una familia saben por experiencia que, cada vez que entablan una conversación, suelen acabarla tirándose los trastos a la cabeza, tal vez sea mejor que vean la televisión o que naveguen por Internet, incluso durante las comidas.

Adelantemos el ‘prime time’ de la TV

Por Cristina Macías

Persona haciendo zapping en la televisión. (ALE VESTURA / GTRESONLINE)

Persona haciendo zapping en la televisión. (ALE VESTURA / GTRESONLINE)

Tanto las películas emitidas en televisión, como las series proyectadas en el mismo medio, cada día quitan más horas de sueño, ya que empiezan demasiado tarde, sobre todo para las personas que trabajan, estudian o simplemente han de madrugar.

No costaría tanto que los responsables de las cadenas tuviesen esto en cuenta, ya que todo el mundo tiene el derecho de poder ver relajado y tranquilo la serie o programa que más le interese.

La verdad es que una servidora está cansada de tener que dejar series o programas de televisión a medias porque acaban la mayoría a medianoche, y al día siguiente se ha de madrugar, como le ocurre a mucha gente.

Asimismo, estoy segura de que son muchos los espectadores que agradecerían que se programaran antes, ya que a veces lo que te hace despejarte un rato viendo aquello que te gusta acaba muy tarde y terminas durmiéndote en vez de estar pendiente de lo que ocurre. Muchas veces, esto también es ocasionado por las largas esperas publicitarias.

La marquesa infiltrada

Por David Villar Cembellín

“¡Viva la señora marquesa!”, jaleaban los pobres que trabajaban en el cortijo de Los Santos Inocentes. Por la comunión de su nieto, esta les había invitado a cordero y les había dado unas monedas en una inolvidable escena.

Algo parecido experimenté viendo el jueves El Jefe Infiltrado, en La Sexta, donde un director de Domino’s Pizza conocía de primera mano —¡oh, sorpresa!—la situación de sus empleados. ¿Y con qué resultado se saldó? Se lo cuento, por si no lo vieron. Atentos: a los moteros les permitió seguir trabajando siempre y cuando previamente dieran un curso de Seguridad Vial, porque correr es algo muy malo y la seguridad es lo primero; a una cocinera que no podía conciliar su vida familiar y laboral le regaló un crucero para ella y su familia; a una encargada de tienda un curso de inglés y una semana en Londres, porque por lo visto es condición ‘sine qua non’ saber inglés para vender pizzas en Zaragoza; y al último, a un hombre que confesó llorando que con su contrato de 10 horas y los 300 euros mensuales que ganaba se veía obligado a pedir comida en Cáritas, le ascendió a encargado y le regaló una beca de formación de 10.000 euros para sus hijos.

Jesús Navarro, director de Operaciones de Domino’s Pizza, infiltrado como un trabajador más. (LASEXTA)

Jesús Navarro, director de Operaciones de Domino’s Pizza, infiltrado como un trabajador. (LA SEXTA)

El final fue apoteósico, digno de estos tiempos de desconcierto y absurdidad. Porque ¿quién necesita derechos laborales… pudiendo recurrir a la caridad? ¡Qué caray! ¿Para qué negociar convenios, estatutos, o reclamar protección laboral… siendo más fácil encomendarse al albur caprichoso de un jefe y su corazón bondadoso? A esto nos ha conducido las dos últimas reformas laborales, la primera del PSOE y la segunda del PP. A esta precariedad, a estas pequeñas tragedias personales que son espectáculo con final feliz en la televisión. Final feliz ideado a partir de la falsa caridad, de la hipocresía absoluta de unos oligarcas que en realidad no pretenden cambiar nada (porque no les interesa).

Os cuento: al final del programa casi todos los empleados de este magnánimo jefe parecieron mostrarse agradecidos, derramando densos lagrimones, dando efusivas gracias. Y os lo juro, casi les escuché gritar: “¡Viva la señora marquesa!”.

Crisis y casas en la televisión

Por José Ramón Monge Hernández

Llama la atención que, desde hace unos años, casi desde el comienzo de la crisis en nuestro país, hayan empezado a surgir programas de televisión en los que la gente enseña sus viviendas a los demás. Es curioso porque, en la mayoría de los casos, se exhiben casas especialmente grandes y lujosas, con unos llamativos estilos decorativos y arquitectónicos, alojadas en formidables terrenos de ensoñación. Incluso los famosos se están uniendo a la moda.

Casa de lujo (ARCHIVO)

Casa de lujo (ARCHIVO)

Esta es la “realidad” que se muestra en una época en la que, cada día, cientos de personas son desalojadas forzosamente de sus casas y obligadas a vivir en la calle, en un país donde aumentan las familias que sólo pueden dar de comer a sus hijos una vez al día y donde casi seis millones de personas están sin empleo. Quizá los medios televisivos deberían empezar a reflexionar sobre la pertinencia de los programas que nos ofrecen e intentar crear otros formatos que fomenten la educación, honestidad o el respeto a los más necesitados.

TDT, ¿necesidad o capricho?

Por Dolors García Molina

Solo nos hace falta enchufar y sintonizar la TV para ser conscientes de la cantidad innecesaria de canales que hay. Más de 40 programas y 13 frecuencias ocupadas. Todos hemos hecho zapping alguna vez y, personalmente, no me veo capaz de asimilar más de 10 canales, el resto es como si no existieran. Programas de tarot, videntes, teletiendas y concursos patéticos que no hacen sino reafirmar mi percepción sobre la cantidad innecesaria de “telebasura” existente.

Y ahora resulta que nadie los mira y, por otro lado, no disponemos de  presupuesto para contenidos de calidad ni del público objetivo necesario para consumirlos.Un mando

La TDT nació muerta. Mientras se desplegaba, los menores de 35  años ya no miraban la televisión de la manera como se entendía antes, consumían películas y series, como Lost, por Internet. Inevitablemente esto será cada vez más frecuente, entonces, yo me pregunto ¿no se habría sido más adecuado invertir en una televisión híbrida por Internet y equiparar nuestra conexión a la del resto de Europa? Como mínimo habríamos tenido la oportunidad de aprovechar alguna cosa.

Nadie discute la necesidad de liberar espectro para la telefonía de última generación, pero, ¿era imprescindible este despropósito? Fuimos los primeros de Europa en llevar a cabo el apagón analógico y ahora continuaremos siendo, por unas cuantas décadas más, los últimos en tecnologías de la información y la comunicación. Tan solo me queda agradecer a nuestros políticos y gestores la excelente planificación y sabiduría para dilapidar, de forma tan elegante, los recursos económicos de los ciudadanos en todos los ámbitos.

Entre Todos: ¿Solidaridad o mendicidad?

Por María Eugenia Corraliza

141371‘Entre todos’ es el nombre de un nuevo programa de la 1 de TVE. La idea es buena, un programa de solidaridad. Pero la raya que separa la solidaridad de la mendicidad es muy fina. La solidaridad es trabajar por la igualdad y el bienestar de todos buscando un mundo más unido. La mendicidad tiene dos sujetos en dos planos bien diferenciados, el que da y el que pide. La persona que pide sólo tiene que generar pena, cuanto más mejor, para ello debe mostrar sus desgracias y reconocer que es un fracasado. Este sentimiento te ahoga, te hunde y está contraindicado con el crecimiento y la búsqueda de soluciones. La persona que da siente la satisfacción de ayudar, el reconocimiento de “buena persona” e incluso el estar más satisfecho con su vida al conocer las desgracias de los demás.

Parece que hoy la Administración, lejos de establecer y controlar los límites de la mendicidad, la fomenta sin analizar los daños colaterales y el consiguiente deterioro de la acción solidaria, utilizando un medio público cuyo fin debería ser informar de forma rigurosa, la difusión de la cultura, de la educación, el entretenimiento…

Sociedad anestesiada

Por Gerardo Seisdedos

a00481590 126¿Qué pasa en España? Tanta gente en el paro, tanta gente pasándolo mal, y mientras los españolitos en el sofá viendo los vergonzosos programas televisivos, alienantes, estúpidos, haciendo botellones y otros saraos, que nuestras autoridades, no solo no impiden sino que estimulan. Pero claro, a nuestros políticos, elegidos por esta irresponsable y anestesiada sociedad, les interesa que la mayoría de la población mire esas porquerías televisivas y se anestesien con los efluvios alcohólicos, esnifantes y demás maravillas psicotrópicas. Porque mientras se entretienen con este “pan” y con este “circo”, no les molestan y pueden seguir haciendo sus fechorías: recortes en sanidad, educación, seguridad social, salario mínimo, dependencia, justicia, corrupciones, injusticias, manteniendo el paro a niveles insostenibles, frotándose las manos con los beneficios que le va a reportar su proyecto de sanidad privada, educación privada, planes de pensiones privados, etc.