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Entradas etiquetadas como ‘Tarjetas Black’

El plan de transparencia del Gobierno no es suficiente

Por Celia Torija Maíllo

Con un año de retraso sobre el calendario previsto y bastante más tarde que el resto de países europeos, el plan de transparencia del Gobierno por fin ve la luz en forma de página web. El sitio hace públicos datos sobre empresas que reciben ayudas públicas, o, dicho de otro modo, el ciudadano sabe adónde van a parar sus impuestos.

La ley de transparencia (GTRES)

La ley de transparencia (GTRES)

Evidentemente es un primer paso, un signo de acercamiento al ciudadano que agradecemos, pero llega muy tarde para una sociedad harta de corrupción y de escándalos. Por ello queremos decirles: gracias, pero no es suficiente.

Conocer el salario bruto de un ministro o del presidente del Gobierno está bien como chascarrillo durante el café, pero lo que realmente demanda la sociedad es el fin de la corrupción, del despilfarro, de los sueldos en B, de las tarjetas black y un largo etcétera de despropósitos que nos han convertido en ciudadanos más informados, más conscientes de que vivimos en democracia y más exigentes con aquellos a los que votamos.

Me gustaría ser Mariano Rajoy…

Por Gerson Hernández Velázquez

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. (OLIVER HOSLET/ EFE)

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. (OLIVER HOSLET/ EFE)

Sí, sé que al leerlo causa «cierta» hilaridad —quizá muchísimo más—y es imposible no hacer el ejercicio de imaginárselo… Por ejemplo, ¿no sería genial que, cuando no pagaras la hipoteca y te reclamara el banco, mirases para otro lado? Vamos, quedarte en toda regla patidifuso y lo mejor de todo esto que no pasase absolutamente nada…

Y lo mismo cuando te llegasen los recibos de la luz, el gas y el agua, el mismo talante e igual planteamiento: hacer como que no comulgan esos temas superfluos contigo.

Lo bonito que sería dejar correr el tiempo y pensar «estoy en el paro, pero ¡qué importa!, ya se solucionará solo o que lo solucionen otros».
¿Y qué decir de cometer error tras error en tu trabajo y seguir en el puesto y, además, cobrando por ello? ¿A que ahora ya no suena tan «descabellada» la idea de poder ser Mariano Rajoy?

Lo mejor de todo es que si tienes empleados a tu cargo siempre podrás decir: «yo desconocía el tema y no estaban dentro de mis responsabilidades aquellas cosas«.

Quiero suponer que es uno de los pocos puestos en este país en donde la culpa es de los demás y nunca de quien lleva el mando.

Pero no quiero parecer un avorazado y me conformo con ser un simple politiquillo de esos que tienen cuentas en paraísos fiscales o pueden irse de la policía y hasta embestirlos si hace falta. Si no es mucho pedir me pido aquellos que incluyen «sobres» o tienen tarjetas «negras» o, de tanto que poseen,  desconocen el cochazo que tienen en su garaje.

Pero sin lugar a dudas quiero tener el inmenso poder de decir «pido perdón», «mis disculpas a todos los españoles» «lo siento»…

Y aquí no ha pasado nada. Nada.

Juan Iranzo, «el árbol caído»

Por Pepita Taboada Jaén

Juan Iranzo, prestigioso economista, ha sido uno de los beneficiados de las llamadas Tarjetas B que tanta indignación ha causado en la opinión pública, en estos tiempos de grandes carencias y necesidades de los menos favorecidos.

Juan Iranzo, en una imagen de archivo de su paso por Caja Madrid.

Juan Iranzo, en una imagen de archivo de su paso por Caja Madrid.

Compareció en el programa “El Cascabel” de13 TV del que era asiduo invitado, para intentar, pienso yo, demostrar su inocencia o justificar su postura.

Durante el tiempo que se dedicó a este asunto, fueron interviniendo periodistas y políticos que arremetieron durísimamente contra el economista que intentaba explicar su postura, sin duda, nada positiva.

Prácticamente lo machacaron sin misericordia. Al final me pareció un hombre tembloroso y deshecho.

Una de las invitadas, Mª Antonia Trujillo, exministra socialista, sorprendió a presentes y televidentes con sus sentidas palabras:

“Me quiero ir a la cama esta noche tranquila con la sensación de no hacer leña del árbol caído, y me gustaría decirte, Juan, que te agradezco que hayas tenido la valentía de venir a este programa, donde eres un habitual, a dar explicaciones, a argumentarlo y a defenderlo. Y además te deseo mucha suerte en el futuro, porque con independencia del resultado fiscal o penal, desgraciadamente estás condenado ya por la opinión pública.

Independientemente de la culpabilidad del acusado, el gesto de ponerse al lado del marginado, del que sufre, demuestra una gran capacidad de amor que debió aliviar, sin duda, el corazón de ese solitario del plató.