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Entradas etiquetadas como ‘rehabilitación’

Rehabilitar a personas, no condenarlas

María José Viz Blanco

Perfil hombre drogodependiente (Diputación de Huelva/Europa Press).

Perfil hombre drogodependiente (Diputación de Huelva/Europa Press).

No hace mucho leí que la Audiencia de Vizcaya suspendió una pena de 4 años de prisión a un drogodependiente. Para que dicha sentencia fuese efectiva, el hombre no debía volver a delinquir. Su delito había sido recibir un paquete con 600 gramos de cocaína.

Cabe decir que él estaba siguiendo, con aprovechamiento, el programa sobre adicciones de la cárcel, con clara voluntad de alejarse del mundo de la droga.

La reflexión que yo hago es esta: todos merecemos una segunda oportunidad en la vida y, en el caso de adictos que no han cometido delitos contra personas o bienes, el apoyo debe ser real y efectivo, con el objetivo de sacarles del pozo en el que están inmersos. Es más necesario rehabilitar personas que encerrarlas en cárceles, de las que suelen salir peor que cuando entraron.

Cuestión aparte son las llamadas “condenas ejemplarizantes”, cuyo objetivo parece ser evitar que otros caigan en los mismos errores que el condenado o condenada. Podemos pensar en gente famosa, por la publicidad que se les da a sus casos, pero la mayoría son personas anónimas.

Coloquialmente decimos que algo “sienta precedente”. Es una expresión jurídica que se emplea en cualquier ámbito, actualmente. Aunque yo diría que casos como el de esa sentencia suspendida al drogodependiente rehabilitado tendrían que “sentar precedente” y servir de aliciente para que otros sigan su camino. Quizás no podamos hacer que desaparezca la droga, pero algunas personas saldrán de ese mundo y podrán convivir en paz, y eso no es algo nimio.

Más de seis meses de espera para ser operada de la cadera

Por Patricia  Fernández

Si ustedes me lo permiten, les voy a contar de la manera más precisa, el caso de mi madre, para que ustedes puedan comprender el porqué de nuestra indignación.

Mi madre, una persona que sólo se queja cuando ya no puede más de dolores y la persona más dura que jamás he conocido, lleva padeciendo toda su vida dolor de espalda y artrosis.

Ha sido intervenida una vez de cervicales y tres veces de lumbares (artrodesis lumbar). Todo esto, después de estar durante 8 años en la Unidad del dolor del Hospital ‘La Paz’ tomando toda clase de medicación para el dolor, hasta que el límite eran parches de morfina, además de rehabilitación, fisioterapeutas, masajes….

Después de las operaciones sus dolores y limitaciones han ido en aumento.

Ha pasado en el Hospital ‘La Paz’ por un especialista de traumatología, con consiguientes pruebas y determinación de que el dolor no venía de la espalda. De ahí pasa al especialista de columna. Más de lo mismo, la deriva al especialista de cadera.

Personal médico durante una intervención quirúrgica. (HOSPITAL VALL D'HEBRON)

Personal médico durante una intervención quirúrgica. (ARCHIVO)

Con este doctor, seguimos con las pruebas y llega a la determinación de desgaste de cadera por artrosis. Hay que intervenir.

Nos dan la opción de derivarle a otro hospital o esperar lista para que le intervenga el doctor (el día 20 de octubre 2014 nos da volante para la intervención).

Decidimos esperar por la confianza que nos inspira y su manera de explicarnos la situación y lo que conlleva la intervención.

A través de un enlace, con el nombre y claves del paciente, puedes ver la media de tiempo de espera e indica que entre 70 y 90 días. En nuestro caso, han pasado 6 meses y 1 día.

Mi padre se presenta en varias ocasiones en el departamento de Administración del hospital para que le informen del tiempo aproximado de espera, ya que la salud de mi madre empeora, apenas puede andar sin ir sentándose donde puede y la grandísima dosis de medicación ya casi no le calma el dolor.

La primera llamada que tengo de ‘La Paz‘ es el día 16 de abril de 2015, indicándome que me confirmarán el lunes día 20 de abril de 2015 si ingresa esa tarde para ser intervenida el miércoles 22 de abril, dependiendo de las fracturas urgentes que tengan.

El pasado 20 de abril me informan de que no ingresa y que como muy pronto la intervendrán este viernes día 24 de abril. Pero antes tengo que esperar otra nueva llamada de confirmación para ingreso e intervención.

Mi padre lleva cotizando a la Seguridad Social en torno a los 46 años. Mis dos hermanos y yo estamos trabajando, cotizando a la Seguridad Social, en mi caso concreto en un trabajo continuo de 17 años.

Creo que es una auténtica vergüenza que hayan esperado hasta el límite para intervenirla y aún sigan jugando con nosotros de esta manera, sin saber cuándo nos van a llamar y si posteriormente van a volver a rechazarnos la fecha para esperar una nueva. Y por último, pónganse en el lugar de un enfermo en el que ya se prepara para una fecha y se la cambian sin saber cuándo será.

 

Mi encuentro con un héroe no laureado

Por Daniel Castro

Hoy podía haber sido un día más de monótono entreno en la pista de atletismo, después de volver del trabajo en bici. Preparándome para mi afición, un triatlón el domingo en la Casa de Campo.
Pero ya en las primeras vueltas, en la pista casi vacía, salvo por los chicos de la escuela de atletismo que entrenaban en una curva relevos, me ha llamado la atención la estampa de un hombre ya entrado en los 50 que peinaba canas y que con un bastón de trekking soportaba su lado yermo del cuerpo, hemipléjico del lado derecho, mientras caminaba trabajosamente, una vuelta tras otra sobre el tartán.
Una y otra vez le doblabla, no era nada más para mi que una baliza en la pista, absorto en mis pensamientos, mis sensaciones y mis tiempos. No he pensado en él, era un elemento más del entorno.blogf
Al acabar mi entreno y aprovechando las vallas de obstáculos que rodean la cuerda, he realizado una tabla de estiramientos y al poco se ha acercado este hombre con su tortuoso caminar, a realizar unos limitados movimientos, dejando su bastón y apoyando su mano izquierda en la barra. Me ha sonreído y yo le he saludado.
Y no sé como hemos comenzado una difícil conversación y una suerte de pequeño viaje interior que me tiene delante del teclado, esbozando mis emociones. Con una afasia del lenguaje severa, he conseguido discernir que tras pasar varios meses en coma por un infarto cerebral, llevaba años de rehabilitación luchando por recuperar tanto su capacidad de habla como su lado derecho del cuerpo. Siempre con una sonrisa en la boca y animándome a mí con un ¡muy bien, muy bien! mientras estiraba.
Me he sentido derrotado…el héroe no laureado, el ganador de unos juegos no celebrados era él. Yo sólo podía animarle con otra sonrisa en mi rostro a seguir luchando, que si quería podía y que mañana le quería volver a ver en la pista, que iba a buscarle cada vez que fuera a entrenar.
Nos hemos despedido y dado la mano izquierda, yo soy zurdo, mi mano buena, de él no lo sé…a lo mejor no lo era hace unos años.
Así he salido reforzado en mi ánimo de disfrutar cada de día con una sonrisa porque en cualquier momento puede cambiar mi suerte y con mi reconocimiento para tantos pacientes afectados por enfermedades duras, que no le pierden la cara al día a día, sus familias que los apoyan con paciencia y a todos los profesionales,terapeútas ocupacionales, enfermeros, rehabilitadores y trabajadores sociales que pese al poco reconocimiento social y recortes que están sufriendo sus servicios, luchan cada día por recuperar no sólo las habilidades físicas si no también la dignidad de estos campeones, ellos si, sin olimpiadas.
Recuperemos personas, no bancos.