Por Rebeca Martín
Quiero mostrar todo mi respeto, agradecimiento y admiración al personal sanitario del Hospital Materno de la Paz, Madrid.
Entre los días 4 y 8 de septiembre estuve ingresada para tener a mi hijo. El trato profesional y humano ha sido excepcional, incluso en situaciones complejas como la falta de camas y de personal al estar cerrada una planta durante los meses de julio, agosto y septiembre.
Tras el parto estuvimos ingresados en una planta que no correspondía y por ello sufrimos una serie de inconvenientes. Y es que debe ser que en esos meses no nacen bebés.
Los úteros de las mujeres embarazadas se van de vacaciones y hasta octubre no ponen en funcionamiento contracciones ni otros síntomas de parto.
Señores del Gobierno, apoyen la maternidad, cuidando a las madres y sus bebés. Es incongruente defender la vida de un embrión y no cuidar la de un bebé a punto de nacer y/o de un recién nacido.