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Entradas etiquetadas como ‘Maternidad’

Pequeños gestos en el día a día… como ceder el asiento a una embarazada

Por Eugenia Peña

Estimado compañero de vagón:

Mujer embarazada (Europa Press)

Mujer embarazada (Europa Press)

Soy esa chica a la que esquivas la mirada cada mañana. Esa cuya tripa de más de 6 meses de embarazada logra incomodarte tan sólo unos segundos antes de finalmente decidir volver a enfrascarte en tu lectura o en el juego de tu móvil.

Me gustaría decirte que con tu gesto la sociedad me decepciona cada día un poco más y me hace preguntarme en qué momento nos hemos vuelto tan insensibles con las embarazadas, los mayores, los niños o las personas con movilidad reducida.

Me levanto a las 6 de la mañana para ir a trabajar, para pagar mis impuestos y para intentar conciliar mi vida profesional con mi faceta de madre, algo cada vez más complicado en la sociedad en la que vivimos.

Por supuesto que tener hijos no es un gesto altruista, sino una elección personal que asumo con total responsabilidad. Sin embargo, sí creo que en uno de los países más envejecidos del mundo, la maternidad y la infancia deberían estar más protegidos.

Siempre dirigimos la mirada a los políticos, y se nos llena la boca al pedir más medidas de conciliación, pero en este caso la responsabilidad empieza por uno mismo, con estos pequeños gestos.

Estimado compañero de vagón, espero volver a verte mañana. No me gustaría tener que pedir la baja antes de tiempo para evitar casi dos horas de trayecto al trabajo de pie. Por favor, no mires para otro lado.

Los abuelos no deberían cargar con los hijos de uno

Por Nacho Caballero Botica

Una de las grandes sorpresas que se llevan algunos padres es que su hijo está vivo todo el rato. No se puede desconectar, ni silenciar, ni poder en modo avión. Cada día tiene 24 horas, de las que la mitad, está despierto. Bienvenidos a la paternidad.

Mi filosofía educativa, con mi hijo Óliver, es la de que se vaya de casa cuanto antes. Mucha gente se sorprende frente a esta afirmación, sin embargo encierra las mejores intenciones hacia él por mi parte.

Imagen de archvio de un abuelo paseando junto a su nietos.

Imagen de archvio de un abuelo paseando junto a su nietos.

Bajo esa premisa, intentamos que sea un niño de mente abierta, valiente, curioso, observador, con capacidad para aburrirse y divertirse solo o en compañía. Un niño alegre. A día de hoy vamos por el buen camino, aunque resulta agotador.

Ahora entiendo por qué la gente se queda a vivir en sus barrios de origen. Creo que no tiene que ver tanto con las raíces, sino con lo económico que sale tener a los abuelos cerca. Un colectivo el de los yayos, explotado injustamente de forma silenciosa y que soportan maratonianas jornadas sobre sus cansadas espaldas en las que baila una jota aragonesa, la vitalidad infinita de un niño pequeño.

En este momento, si te das por aludido, pensarás que tu padre o madre están encantados de quedarse con el niño. Piadosas, aquí tenéis a la reina de las mentiras, aunque habrá excepciones. Soy de los que piensa que vuestro hijo es vuestro y que, en la medida de lo posible, son los padres los que tienen que ocuparse de todo lo que le concierne. ¿Agotador? también lo es el paddle al que te vas a jugar mientras lo cuidan los abuelos.

Familiares y amigos, una ayuda puntual siempre viene bien. Faltaría más.

Por cerrar el círculo. Criar a un hijo para que se vaya de casa cuanto antes, también incluye que si el día de mañana me toca ser abuelo, seré solo eso. No el padre de mis nietos.

 

‘La inestabilidad laboral me impide ser madre antes de los 30’

Por Denise Ndongo

Una madre con su hijo (GTRES)

Una madre con su hijo (GTRES)

Pero ocurre que cinco meses antes de cumplirlos me doy cuenta de que las cosas no han salido como yo pensaba. Los planes a cinco años, en algún momento, se convirtieron a 10 y cómo a los 20 nadie te dice (o tú no escuchas) que el tiempo se irá volando a los 30, en vez de pensar en la educación de tus hijos, disrutas aún de la tuya propia.

Ocurre que la estabilidad laboral en un puesto ideal que (yo pensaba) iba asociada a la treintena no existe y dedicas muchas horas al mes a seguir formándote para conseguir un puesto que cumpla con tus expectativas (te enseñaron a ser exigente contigo misma) y, ese camino, por algún motivo, se representa en tu cabeza como incompatible con la maternidad.

Ocurre que las relaciones de pareja son mucho más complicadas de lo que nos enseñaron, y que para que sean sanas deben llevar su propio ritmo, que cada vez entiende menos de presiones y estereotipos.

Ocurre que cada vez te hacen menos efecto comentarios del tipo: «y tú, ¿cuándo te animas?» y optas por responder «¡pues cuando me anime!» mientras sonríes por educación. Yo siempre quise ser madre antes de los 30… hasta que se acercaron los 30.