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Entradas etiquetadas como ‘manifestacion’

Así no se recibe al príncipe Felipe

Por Pedro J. Piqueras Ibáñez

El prícipe Felipe visita LleidaEl pasado miércoles, día 10 de abril, el príncipe Felipe de Borbón viajó al Pallars Jussà, comarca de la provincia de Lleida, para conmemorar el centenario de las primeras centrales hidroeléctricas de Cataluña. Como se pudo apreciar a través de la televisión, una buena parte del discurso lo hizo en catalán. También visitó el Estany Gento, emulando el viaje que ya hizo a este lago del Pirineo su bisabuelo, Alfonso XIII.

La visita oficial se desarrollaba con normalidad habiendo sido recibido por las autoridades estatales, autonómicas y provinciales hasta que un grupo de unas 50 personas pertrechadas con pancartas y una quincena de banderas estelades independentistas profirieron gritos contra la monarquía, promoviendo un claro malestar a su llegada al Ayuntamiento de Tremp, donde tuvo la recepción y comenzó su visita a la comarca leridana del Pallars Jussà.

Al ver por televisión los gritos de mal gusto contra la monarquía y las proclamas independentistas he sentido una cierta vergüenza y en esta ocasión he comprendido a muchos miles que vivimos y amamos Cataluña pero que los movimientos con modos antidemocráticos nos llevan a rechazar posturas que pueden ser válidas. Pienso que con estos métodos, a parte de dar una triste imagen de Cataluña, consiguen lo contrario de lo que se podría pretender.

La confusión de Lasquetty

Por Juan Manuel Muñoz Pérez

Lasquetty está un poco confundido sobre los motivos por los que nos manifestamos. Dice que no es por la Sanidad  sino por nuestro salario, pero yo no soy sanitario ni trabajo en un hospital ni nada.
Sr. Lasquetty, yo me manifiesto para defen107825der la Sanidad Pública y lo hago por un motivo muy simple y de puro sentido común: en la Sanidad Pública lo importante es mi salud y en la Privada lo importante es su beneficio.
Reducir, como hace usted y en general el PP, la cuestión de la Sanidad a una mera cuestión de números, por otro lado absolutamente discutibles, hace pensar que es usted el que no actúa a favor de la Sanidad sino a favor del beneficio de unos pocos, que ya son muy ricos y quieren serlo un poco más.

De modo que, aunque usted tuviera razón (que no la tiene), si tengo que elegir entre las condiciones de trabajo dignas de médicos y enfermeras, que dedican su vida a mi salud, y el beneficio de unos señores muy ricos, seguiré apoyando a los médicos.
Pero le repito, lo hago para defender la Sanidad Pública española, algo que funciona y que ustedes quieren destruir por un puñado de euros.

Mejor mafioso que manifestante

Por Eusebio Fresnillo

Un mafioso “Emperador” -por la magnitud de sus extorsiones, estafas y evasión de centenares de millones de euros-, ha sido liberado porque su prisión preventiva superó unas horas lo legal; sin embargo, un manifestante contra los recortes del Gobierno, detenido casualmente al salir de su casa con una bolsa en la que la policía “encontró”, también casualmente, material para hacer explosivos, ha padecido semanas de detención preventiva por una figura de “alarma social” -también ilegal en este caso-, y sometido a trato degradante.

Nada tiene de extraño. Gao Ping había sabido fotografiarse con arte y donativos con los principales políticos y magnates del país, mientras que Alfon había salido en la foto con una pancarta denunciando que el marido de la delegada del Gobierno [en Madrid], Cifuentes, lleva tiempo “en paradero desconocido” para la Justicia. ¿Cabe ejemplo más claro de “razón de Estado”, de Justicia y Política con mayúsculas? Los vídeos –cuya filmación se quiere prohibir- prueban la existencia de policías camuflados provocadores de violencia en Madrid y Barcelona, donde sacan el ojo pelotas de goma que nadie disparó, y confirman el auge de una democracia organizada policialmente.

Guerra de cifras: pierde el ciudadano

Por Javier Portela (Escuela Universitaria de Estadística. Universidad Complutense de Madrid).

Tras la manifestación en Madrid del 14 de noviembre, la Delegación de Gobierno cifró en 35.000 los asistentes. Los organizadores, en un millón. El artículo 20, 1, d) de la constitución reconoce al ciudadano el derecho fundamental de “recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión”. Y las instituciones públicas deberían velar más que nadie por nuestros derechos. El recuento de manifestantes suele realizarse a partir de la parcelación del espacio ocupado en áreas de igual densidad y de la estimación de las densidades en número de personas por metro cuadrado. Hoy en día la información digital facilita enormemente la tarea, y la estimación de densidades en el lugar se puede realizar con tres o cuatro equipos de 2 personas, para obtener una estimación de precisión satisfactoria para el ciudadano.

En el caso del 14-N, sin muchos medios, dividiendo las áreas ocupadas, utilizando el cálculo de áreas que hoy es sencillo obtener por Internet, y estimando densidades in situ en el momento de mayor aforo se obtiene una estimación del número de asistentes entre 175.000 y 260.000.

¿Es poco? Nuestras referencias sobre la cantidad de asistentes suelen estar sesgadas hacia valores demasiado altos, pues las cifras en eventos anteriores adolecen de la misma inexactitud que las del 14-N. Y nos acordamos vagamente de las cifras más altas, del millón, como una referencia. Pero es habitual que las cifras se inflen, aún en caso de estimaciones realizadas con cierta conciencia. Frecuentemente se utilizan densidades estándar de 3 o 4 personas por m2 cuando la densidad real es mucho menor.

La estimación de densidades in situ es más que necesaria pero no suele ser la práctica habitual. Además la construcción de áreas debe realizarse con cuidado pues los jardines, estatuas, coches, etc. reducen mucho el espacio disponible o bien la densidad. Por ejemplo, en la manifestación del 14-N el tramo de mayor densidad, la calzada central desde Colón hasta Cibeles, arrojaba una densidad promedio de poco más de 3 personas por metro cuadrado, con un mínimo de 2.5 y un máximo de 4. En los parterres y zona ajardinada de ese mismo tramo la densidad baja a 0,25-0,50 y en los laterales estaba entre 0,5 y 1 persona por metro cuadrado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hasta ahora, salvo en tres posibles excepciones (23-F, M. A. Blanco, 11-M), no se ha alcanzado el millón de asistentes en una manifestación en Madrid. Incluso habría que revisar bien esos datos: la cifra de 2 millones, consensuada en los medios, en la marcha tras el atentado del 11-M, situaría en un área limitada de Madrid al equivalente a la población conjunta de Valencia, Sevilla y Málaga. Son protestas que comparte casi toda la población y ello juega a favor de unas cifras espectaculares que a nadie le interesa cuestionar. Esto tiene un pernicioso efecto inflacionista en manifestaciones posteriores, donde los organizadores se ven obligados a proclamar cifras astronómicas.

Como consecuencia, mucha gente piensa que para que una manifestación en Madrid sea un éxito debe aproximarse a la cifra psicológica del millón. Eso es ciertamente absurdo, pero ¿cuándo se debe considerar que una manifestación es un éxito? Hay ciertos aspectos que nos pueden ayudar a evaluarlo en términos relativos, como pueden ser el colectivo representado, el motivo y el municipio. Puede tenerse en cuenta además la experiencia en el tiempo del mismo tipo de manifestaciones, y dónde se sitúa la que queremos calificar en comparación con las anteriores. Por ejemplo, en el caso del 14-N, aún a falta de estudios e información histórica fiable, salvo honrosas excepciones(1), la asistencia a esta marcha estaría por encima del 80% de las manifestaciones históricas del mismo motivo (contra la política de Gobierno), colectivo (general) y municipio (Madrid). Lo que los organizadores podrían considerar un éxito o no, dependiendo de sus expectativas a priori.

Es necesario por último hacer una reflexión sobre la frivolidad con que Gobierno, organizadores e incluso medios de comunicación abordan esta cuestión de las magnitudes estadísticas. No es ya que los ciudadanos tengamos derecho al saber, para ser más conscientes de nuestra realidad, y nos hayan escamoteado las cifras, conociéndolas. Es que posiblemente no se han permitido el esfuerzo de una estimación privada. Y entonces, ¿cómo puede el gobierno evaluar el malestar social, tenerlo en cuenta, o incluso permitirse ignorarlo, si no sabe cuantificarlo ni de manera aproximada?, ¿cómo pueden los organizadores sopesar si ha calado su discurso en la sociedad y si realmente esta es partícipe de la protesta?, ¿en qué se apoyan los medios de comunicación para presentar tantos análisis y opiniones cuando nadie ha dado ni una cifra cabal del número de manifestantes?

(1). Manifestómetro: recuento de multitudes y significados de la movilización. R. Adell. EMPIRIA. Revista de metodología de Ciencias Sociales nº 9 (2005).

Sr. Rajoy, no nos lo agradezca

Por J. Fdez del Pozo

Sr. Rajoy, no nos lo agradezca a las miles de familias que nos quedamos en casa, pues en espíritu y solidaridad estábamos en la manifestación. Su agradecimiento oportunista es, por tanto una falacia. Miles de pensionistas y obreros hemos visto cómo repercuten en nuestra economía los aumentos del IVA, el pago de las medicinas, las subidas en tasas universitarias, transportes, etc. Agradézcaselo a su ministro del Interior, que felicitó a sus “grises” y también a los ‘rompemanifestaciones’ que con su violencia desvirtúan la finalidad de estas.