Por María Luisa Carranza
Querido gobierno de esta España mía, de esta España nuestra:
Me siento a escribir porque cada día ustedes me sorprenden más con los recortes sociales y este último me ha tocado muy de cerca. Hace 17 años mi madre quedó ciega y pasó a ser una persona dependiente ya no sólo por la edad, sino por la discapacidad visual que le sobrevino. Hasta ahora, mal que bien, recibía su pensión en Castilla-La Mancha, pero usted, presidenta de la Junta de esta Comunidad, ha tenido a bien el efectuar estos recortes con el respaldo de su Gobierno, recortando cada año más esta pensión. En concreto, en dos años consecutivos unos 150€ (de un total de 495€) de la Ley de Dependencia de tercer grado. Mi madre sigue cobrando porque es una gran dependiente pero gracias a su solidaridad, querida presidenta, y la de los suyos, muchos niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos se han quedado sin esta ayuda que les prohíbe tener una mínima “calidad de vida”. Ustedes se llenan la boca diciendo que estamos viendo la luz al final del túnel, esto a mi parecer se está produciendo a costa de dejar a muchas personas dependientes en el camino.
No le deseo mal a nadie señora de Cospedal, pero espero que si algún día le toca de cerca, no se eche las manos a la cabeza porque sus familiares no pueden salir adelante. Simplemente recuerde que otros tuvimos que ayudar a sobrevivir a los nuestros porque usted les negó la ayuda.