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Entradas etiquetadas como ‘formacion’

Cursos subvencionados del Inem que hacen que figures como ocupado

Por Miguel Ariza Cabello

Mi hijo consiguió hacer un curso subvencionado por el Gobierno de Canarias a través del Instituto de Empleo.

Imagen de archivo de una oficina del INEM. (ARCHIVO)

Imagen de archivo de una oficina del INEM. (ARCHIVO)

El primer día del curso una trabajadora de la empresa donde se realiza nos informó de que mientras estuviera haciendo el curso no era necesario que selláramos en el Inem, ya que figuramos como ocupados en proceso de formación.

Fuimos a una oficina del Inem y nos confirmaron, ante nuestra sorpresa, que si estamos haciendo un curso del Inem estadísticamente no figuramos como personas desempleadas, sino como personas ocupadas.

Como consecuencia, si encontramos trabajo el empresario ve que no estamos en paro. En muchas ocasiones, se pierden empleos por esta causa porque las empresas reciben subvenciones para contratar a personas en paro.

Nos hacen creer que el paro ha bajado y se crea trabajo, cuando lo que se hacen son cursos subvencionados, y así pueden presumir que el país funciona y sale adelante.

Me siento estafado, resulta evidente que en las altas esferas del país nos tratan como ignorantes y dibujan los datos a su conveniencia, se aprovechan de que somos un país de pandereta y timple e intentan que veamos las cosas como en realidad no son.

Si bien es cierto que estamos agradecidos de haber podido realizar el curso para así estar con alguna preparación más para enfrentarnos al mundo laboral.

El paro en agosto: ¿de qué se alegran?

Por Victorio Martínez Armero

Vergüenza les tenía que dar a todos nuestros políticos por esa alegría desenfrenada por las irrisoria cifra de creación de empleo en agosto. ¿Tan poco valoran nuestros políticos su gestión que se conforman con esta insignificante bajada de paro? Como a ellos no les afectan sus políticas erróneas de empleo, se alegran y ya está. No se cieguen ni quieran deslumbrarnos, tenemos aún una tasa de paro altísima, que supera los 6 millones.Báñez

El desenfreno del Gobierno y sus voceros con la manida bajada del paro demuestra la poca o ninguna humanidad  que la derecha española nunca la ha tenido. Ahora se ve su talante de injusticia social. Humillar de esta manera a los parados con la miseria de creación de empleo deja claro que las políticas del gobierno solo buscan el interés particular. El interés general no es el fin de Rajoy, solo está pendiente de su amigo y de salvar el trasero ante los escándalos de corrupción que rodean al PP y su gobierno.

La ministra de Empleo, Báñez, demuestra una vez más que la verdad para ella no existe, la reforma laboral no sirve, es evidente y real, su contrarreforma laboral solo genera temporalidad, precariedad, inestabilidad e inseguridad laboral y unas relaciones laborales que rozan la esclavitud. Señora Báñez, la insignificante bajada de desempleo es, igual que la subida de las pensiones, una miseria que desanima aún más a la población en general, desalentando en particular a los parados. Crear empleo digno y de calidad es urgente para avanzar y progresar como personas y como pueblo.

Mi preparación, mi futuro: pronto cumpliré 24 años y ya tengo miedo de cumplir 25

Por Marta Pizarro

En unos días cumpliré 24 años, es una cifra que me aterra y, lejos de lo que podáis creer, mis motivos no se basan en si ya empezaran a salirme arrugas o si me tengo que comenzar a cuidar. Me aterra porque tengo 24 años y no he pisado un lugar de trabajo acorde con lo que estoy preparada. El pasado año me licencié en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Granada. Durante mis cinco años de carrera los tres últimos estuve apuntada al portal de prácticas Icaro, del cual únicamente recibí una llamada para una entrevista de trabajo en junio del último año; afortunadamente conseguí el trabajo, pero esa llamada llegó demasiado tarde, ya tenía decido pasar un año en extranjero.

Me encantaría deciros que la Universidad de Cambridge me ofreció una beca de estudios o que me fui a estudiar un Máster de Relaciones Internacionales. Pero no, lamentablemente ese tipo de opciones no son posibles para una persona que es normal, que tiene una familia de ingresos normales y con un expediente académico normal. Me fui a trabajar de ‘aupair’ para aprender inglés, pensado que así sería más competitiva en el mercado laboral español.

Estando en Londres, envié cerca de 100 currículum para hacer prácticas en Inglaterra, pero solo recibí cartas de no sigues en los procesos, a veces ni respuestas; una vez me llamaron y a los dos minutos de conversación, con tono burlón, me dijeron que mi idioma no era suficiente. Conseguí una entrevista de trabajo en otra empresa pero competir con candidatos nativos fue, por supuesto, una batalla perdida desde el principio.

Así que tomé la opción de intentarlo de nuevo en España, al menos el año de Inglaterra ha supuesto conseguir un nivel de inglés elevado debido a que he estado estudiando concienzudamente en academias y haciendo exámenes de inglés oficiales. Comencé siendo estricta y buscando en aquellos puesto que realmente me gustaban, y recibí una llamada casi inesperada, una buena empresa en Madrid se había fijado en mí; tras una entrevista telefónica me aseguraron que se pondrían en contacto conmigo para concretar la personal. Ilusa de mí, nunca me llamaron, demasiado bonito para ser real, pensé; supongo que la idea de que estuviese en Londres pareció demasiado complicada a pesar de mi insistencia en que podría estar en Madrid al día siguiente.

¿Y sabéis qué es lo que me encuentro?:Biblioteca

– Curriculos y cartas de recomendación sin respuesta.

– Páginas corporativas de empresas multinacionales con programas para recién licenciados pero sin un botón donde ponga “solicitar”; a veces los hay pero casualmente todos dan error o están fuera de servicio temporalmente o no funcionan con Google Chrome.

– En páginas de búsqueda de empleo veo cómo mis candidaturas se rechazan continuamente sin ni siquiera haber leído mi curriculum cumpliendo con los requisitos de la oferta.

– Anuncios en la sección de “no experiencia” y cuando lees los requerimientos básicos te piden de seis [meses] a un año de prácticas.

Empresas donde lo único que les importa es el número que está al final de tu expediente.

– Ofertas de recién licenciados donde exigen un Máster en algo. Máster, otro gran dilema: ¿tengo que estudiar un Máster? Sé que lo tengo que hacer si quiero competir en este mercado laboral, de otra manera me volveré obsoleta, pero en qué, si no he trabajado nunca no sé qué es lo que me gusta realmente, y ¿cómo? ¿Con qué dinero lo pago? No puedo hacerles soportar a mis padres un pago mensual de 700 euros. La opción más razonable sería trabajar, por supuesto, -camarera, limpiadora, si los hay-, ahorrar durante un año, otro año más estudiando, dos, y me pondría en 26 años, licenciada con inglés y con un Máster de 7.000 euros, que puede servir o no, pero sin haber pisado una oficina en mi vida.

Esta es mi situación, y lamentablemente la de la mayoría de los jóvenes españoles. Y detrás de esos números y estadísticas existen personas que no pueden continuar con sus vidas, que nos tenemos que resignar a vivir con nuestros padres y a pedirles los viernes 20 euros para tomarnos una coca-cola con nuestros amigos.

Yo hay días que me levanto ilusionada y otros que no paro de llorar porque no sé qué voy hacer, esta situación me está consumiendo y sé que no es mi culpa, que nos ha tocado vivir un tiempo difícil, que no es que no valga o que no sirva para trabajar en lo que me gusta, pero no puedo evitar cargar con ella, y constantemente me cuestiono cada una de las decisiones que tomé y por qué  estoy en este punto donde no hay retorno y donde no hay futuro. En unos días tendré 24 años y tengo miedo a cumplir 25 y encontrarme en la misma situación.

 

El mito de la igualdad de oportunidades

Por José Antonio Pozo Maqueda

La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, tiene toda la razón del mundo cuando afirma: “Un título universitario ya no basta para lograr un empleo medio o alto”. Aunque yo añadiría que el “ya” sobra, porque casi nunca un título universitario ha sido suficiente para acceder a los empleos medios y altos mejor remunerados. EstudiantesEs un hecho evidente que para acceder a un empleo medio o alto la extracción social juega un papel fundamental; siendo más probable que los ocupen los universitarios de extracción social alta que los de extracción social baja: la sociedad –y cuanto más desigual sea con más razón-en ausencia de mecanismos equilibradores –lo que ocurre con mayor frecuencia cuanto mayor sea el protagonismo de un mercado sin cortapisas- se limita a reproducir las desigualdades existentes o, incluso, a profundizarlas. La tan cacareada igualdad de oportunidades no deja de ser un mito o, en el mejor de los casos, una declaración de principios vacía de contenido. Vamos, pura ideología para escamotear la realidad.

La música en el mundo 2.0

Por Laura Pérez González, batería de THEY

Hace cinco años empecé mi formación musical como batería. Al principio piensas que al día siguiente vas a ser famoso y vas a estar dando conciertos todos los días. Luego despiertas a la realidad y te das cuenta de que más que un sueño, triunfar es imposible.

Todos tenemos la culpa de lo que está pasando en la música actualmente. Hay miles de grupos emergentes, unos mejores, otros peores, pero no te paras a escuchar ni tres. Solo cuando tiene miles de fans en facebook puede picarte la curiosidad. Pero hay que darse cuenta de que para tener miles de fans, ha habido un principio en el que la gente ha confiado.

Pero no es este el mayor problema de la música. Las salas, por lo menos en la capital, te dejan tocar sin problemas en cualquier sitio, sí; sí, siempre y cuando vayas con el talonario por delantBaterista Laurae. ¿No sería mejor escuchar la maqueta y decir “este grupo vale”? ¿Tener un prestigio como sala y no como ‘sacadineros’? Normalmente te obligan a venderles tú las entradas, y digo yo, ¿soy músico o comercial?

A todo esto tenemos que añadir “los amiguitos” que cada grupo tiene. En todos los concursos en los que he estado siempre ha ganado el amigo del “experto jurado” y, lo que es peor, ni siquiera se han preocupado por disimular el tongo. Da igual si eres bueno o malo, si no conoces al jurado olvídate de ganar algún premio, y como no te acostumbres, vas a llevar mal tu carrera musical.

Lo peor de todo es que sé que no he vivido ni la mitad de todas las cosas que me van a pasar en este mundo, pero me gustaría dar a conocer todo el esfuerzo que supone aprender a tocar un instrumento, tener un grupo, sacar un disco, promocionarse para que te escuche alguien más que tu madre. Ese esfuerzo se recompensa con escuchar una canción y disfrutar de unos minutos de música. Hagamos posible que los grupos emergentes se sientan apoyados.

 

Nos engañaron otra vez

Por Irene Cabero

Manifestación de estudiantesAtónita me quedo cuando leo que el mejor físico europeo se queda sin beca en España. Imagino que a muchos no les ha pasado lo mismo. La comisión que juzgó su solicitud señaló su “poca relevancia internacional’. Más pasmada me quedo.

Las protestas contra los recortes, las subidas de tasas y la reducción de becas se han trasladado a las calles. Se supone que el objetivo de la educación es la accesibilidad de toda la población a la eduación y generar niveles formativos deseables para la obtención de una ventaja competitiva. Una ventaja para quién y sobre quién es la pregunta.

La reducción de las inversiones en educación solo tiene como resultado crear una sociedad más desigual y mucho más injusta. No es ningún secreto que solo la educación pública es capaz de integrar a todos los ciudadanos, a estudiantes de todas las clases sociales, etnias y culturas. Y necesita como es evidente más medios que una privada que selecciona a su alumnado en función a su pertenencia a su nivel socioeconómico. Educación de calidad para todos como un derecho y no como un privilegio.
La conocida como ‘Ley Wert’ es la séptima reforma educativa desde el inicio de la democracia. Realmente nos engañaron otra vez.

Los voluntarios de ambulancias, en riesgo

Por Arturo

Quería transmitirles la indignación de un voluntario de Protección Civil como yo, que dedica todo su tiempo a ayudar a la gente en una ambulancia de un pueblo cercano a Madrid, donde trasladamos a accidentados y a enfermos al hospital. El pasado agosto el Estado sacó una norma -presionado por las empresas de ambulancias privadas- para borrar a todo servicio de ambulancias llevado por voluntarios; en la norma ni se nos nombra y solo en Madrid hay más de 6.000 voluntarios. El asunto ha sido que todos lo que realizamos labor en una ambulancia a partir de agosto debemos de tener una formación profesional, cosa que veo bien. Pero antes de este decreto todas las personas que actuamos en ambulancias teníamos que pasar un curso de 120 horas y estar registrados en la Consejería de Sanidad, y ahora todo esto no vale para nada.Ambulancia

Se ha pedido a la Consejería que, al igual que [ocurre con] los profesionales, se cree un proceso de homologación de los conocimientos adquiridos y horas de dedicación para acceder a una certificación profesional con un examen de lo que nos falta, lo que nos valdría para seguir “echando una mano” a los demás y no dejar localidades sin ambulancias. La Consejería de Sanidad no responde y la de Trabajo tampoco; están esperando a que se hunda todo el voluntariado de ambulancias y se tenga que pagar por todo. Por favor, que alguien recuerde quién sacó a Madrid en el 11-M, los voluntarios de SAMUR y todas las agrupaciones de voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja, y así nos pagan. Y luego piden voluntarios para las Olimpiadas; no dejéis que hagan esto, por favor.

La emoción de su primera reválida

Por Fernando Arribas Portugués

Como padre, recibo con inmensa emoción la noticia de que mi hija de cinco añitos va a realizar su primera reválida, su primer “control de calidad”, así sabré el grado de utilidad que tendrá en esta sociedad y, en caso de no superar los estándares, confío en que con la nueva Ley Wert (LOMCE), sabrán derivarla rápido a algún programa de exclusión educativa, para que no suponga un coste excesivo al sistema. Así podrán orientarle hacia el nuevo modelo laboral tipo Eurovegas.Wert

Mi hijo de ocho años parece más listo, aunque aún sin confirmar por ninguna reválida. Me alegro de que con la LOMCE ya no tenga que cursar Música, Plástica o Tecnología, que distraen, y pueda cursar Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial ya desde 1º de la ESO y pueda “competir con éxito en la arena internacional”, tal como reza la LOMCE. Así estará en el grupo selecto de los que trabajando poco cobran mucho, aunque una inmensa mayoría deba trabajar mucho y cobrar poco, tal como nos aconsejan los responsables de la patronal y nuestros gobernantes, puesto que el sistema no está para mantener enfermos, personas dependientes o alumnos con dificultades.

La excesiva obsesión por el profesor nativo

Por Adriana Bausells Espin (Licenciada en Filología Inglesa. Profesora cualificada de inglés como lengua extranjera [Cambridge CELTA])

Definitivamente me he dado cuenta de que en este país (probablemente en otros también, pero este es el caso que me concierne y del que tengo constancia) nos dejamos engañar como queremos y nos movemos por modas, por falsos mitos, los internalizamos hasta el punto de darles la categoría de hecho irrefutable, y que no nos intenten sacar de ahí, porque no lo harán. El mito al que me refiero es el de que sólo se puede aprender un idioma con un profesor nativo. Llevo dos semanas intensivas de búsqueda de trabajo como profesora de inglés, concretamente en Barcelona, aunque este engañabobos no es exclusivo de esta ciudad (he conocido personalmente casos en Zaragoza, y me consta que ocurre en todo el país), y en más de 10 academias me han dado en el morro (antes de ver mi CV o de escucharme hablar en inglés) con un rotundo: “lo siento, sólo contratamos nativos”. No suena igual que decir “no contratamos españoles”, ¿verdad? ¿Por ello deja de ser racismo? Yo creo que no.

Curiosamente, todos los que me han juzgado me han hablado directamente en español, sin darme siquiera oportunidad de demostrar mi nivel de inglés y, con toda certeza, sin plantearse siquiera la posibilidad de dejarme demostrar que estoy más que cualificada y capacitada para enseñar, que en el fondo es de lo que se trata. En uno de los casos la persona que me atendió cuando llevé mi curriculum mencionó incluso la “fuerte presión” a la que se ven sometidos para no contratar siquiera a nativos del norte de Inglaterra, de Escocia o de Irlanda… ¿presión por parte de quién? ¿Acaso sólo vale para enseñar inglés la Reina Madre? Esto ya suena más a racismo. Absurdo. Después, en un derroche de generosidad, se ofreció a echar un vistazo a mi CV, “ya que has venido, y tal vez por si nos surgiera alguna emergencia”, e incluso llegó a afirmar que “creo que es uno de los mejores que he visto en mucho tiempo, pero es que…”: me licencié en Filología Inglesa con una media por encima del 8, tengo el nivel C2 de inglés, que se supone que equivale al de un nativo (¿cualquier nativo, acaso todos los nativos, del país que sea, hablan su idioma con igual propiedad?), obtuve un sobresaliente en el Certificate of Proficency in English de Cambridge, recientemente he obtenido la cualificación oficial de profesora de inglés como lengua extranjera – Cambridge CELTA – también con la puntuación más alta posible y tengo experiencia en enseñanza en todos los niveles y edades, incluida en la Universidad pública. Más absurdo. En una entrevista que he hecho esta mañana (toda en español y conducida por alguien que me ha preguntado qué era el CELTA y qué se hacía ahí…) se han planteado si mi nombre podría pasar como nativo. Vaya, lástima que mis padres no me pusieran Vanessa o Kimberly…

¿Cuál es el problema? Que está muy de moda decir que mi profesor es nativo, y si el tuyo no lo es no eres nadie ni llegarás a nada. Que las academias y otras instituciones de enseñanza han vendido esa moto durante años hasta que han conseguido que todo el mundo asuma que uno es mejor profesor por ser de Londres, por ejemplo. ¿Desde cuándo nacer en un país o en otro es garantía de ser buen profesor? Que nadie me malinterprete: por supuesto que hay excelentísimos profesores de inglés nativos, muchísimos, por todas partes. Pero también españoles. Y croatas. Y eslovacos. Y rusos. Y alemanes. Y chinos. Y mexicanos. Igual que, tal y como comprobé en mi experiencia como profesora de español en EE.UU., hay profesores de español nacidos y criados en ese mismo país que me superaban con creces en el conocimiento del idioma con fines pedagógicos y de análisis lingüístico y en la capacidad para enseñarlo, y eso que considero que mi nivel de conocimiento del español es bastante alto, ya que además de hablarlo también lo he estudiado y sigo en ello. Sin lugar a duda, enseñar mi propio idioma ha sido el trabajo más difícil que he tenido que realizar y tengo mucho que aprender en ese aspecto.

Debemos entender que hablar un idioma no es garantía de entender su funcionamiento interno, mucho menos de saber explicar por qué funciona de esa manera, y aun en el caso de que se posean tales conocimientos no es lo mismo que saber transmitirlos. En definitiva, hablar español “perfectamente” -es decir, hablarlo y que nos entiendan porque se ha nacido en España– no significa saber enseñarlo. Lo mismo con el inglés. Obviamente, hay casos en los que contar con un profesor nativo es más apropiado, siempre se deben tener en cuenta las circunstancias, intereses y motivos de cada uno respecto al aprendizaje de un idioma. Pero no se puede asumir como regla general que siempre es mejor. Me parece ofensivo y frustrante que se me cierren puertas por lo que diga mi pasaporte y encima en mi propio país. Pero claro, para las academias es muy fácil decir que esto es lo que les piden los clientes… ¿en serio? ¿Todos los estudiantes prefieren que sus profesores de inglés sepan poco o nada de su primera lengua, con lo que esto conlleva a la hora de predecir dificultades de aprendizaje, problemas debido a la interferencia entre lenguas, o simplemente problemas a la hora de entenderse porque un alumno está reproduciendo en inglés estructuras calcadas del español haciendo que alguien sin conocimientos suficientes de este idioma no entienda por qué el alumno “no es capaz” de hablar bien en inglés? Me parece que no.

Pero claro, uno no va a anunciar con letras luminosas en su página web que todos los profesores de su centro son nativos si no es verdad… sería publicidad engañosa, ¿no? Bueno, pues no contratar a alguien por su nacionalidad es sencillamente ilegal, es discriminación por motivos de origen. Resumiendo: racismo. Y en este caso concreto, lo que a mi modo de ver es mucho peor y más dañino: es un signo inequívoco de falta de compromiso con la actividad en sí, con la docencia, y con el servicio que se ofrece, falta de honestidad con respecto a la profesión y los profesionales que nos sentimos orgullosos de formar parte de ella y que nos entregamos a ella, y aún más con respecto a los alumnos. En definitiva, una práctica que sólo sirve para arraigar falsos mitos y que en absoluto beneficia a la enseñanza y el aprendizaje de idiomas en España. No por pronunciar una vocal de determinada manera uno es mejor profesor. No se trata del país: se trata de la persona, de las capacidades y cualificaciones de cada uno, y del compromiso, la dedicación y la pasión que se tenga por lograr que un alumno se vaya a casa con algo aprendido. ¿Acaso no nos llevaríamos las manos a la cabeza si el argumento fuera “sólo contratamos blancos”?

 

La perversa libertad

Por Fernando Medina Donoso

Aprendí dos sabias lecciones de mi padre: Que la mentira deslegitima de por vida y que ser claro, directo y firme de convicción es básico para obtener respeto y autoridad. Nadie puede dirigir, ni pretenderlo siquiera, los destinos de una familia, empresa, institución o Estado cuando no comunica su proyecto de una manera comprensible y decidida. Nadie puede pedir apoyo sin ser relegado al ostracismo cuando miente.

Tengo la suerte de haber llegado a mi teórico ecuador biológico en plenitud, con familia, formación superior, cuatro idiomas y una dilatada experiencia profesional, los últimos diez años en el extranjero. Conozco las más diversas etnias, mentalidades, religiones y contextos políticos del mundo. Y me invade una gran desazón volver a España y sentirme estúpido. Un estúpido incapaz de comprender a toda la pléyade de actores y figurantes que pululan por los foros políticos y mediáticos, transformados ya en circos, quienes se despachan en público con diatribas sobre el significado de eufemismos ambiguos como el derecho a decidir, el estado propio, el federalismo asimétrico o el proceso de paz. O cuando contemplo estupefacto cómo sus señorías consagran un día, pagado de nuestros agujereados bolsillos, dietas incluidas, a intentar reprobar a un ministro por ser claro y coherente.

La supuesta libertad que nos han inculcado sufre sus más perversos efectos: hace libre y santo a quien incita alto y claro a la rebelión, y convierte en tirano, indigno y reprobable a quien pretende traer cordura y aplicar la ley. La solución, mentira disfrazada de balones a la grada, ambigüedad vestida de diplomacia, y esperar que las aguas vuelvan a su cauce, que ya se sabe que no será el caso. Pero mientras dure el momio… que dure. Y es que, Majestad, su copa “mola”, pero nuestra España, perdone que retome sus palabras, ciertamente da ganas de llorar.