Por Marina Ramón Medrano
Este verano han aparecido, dentro de algunos conocidos supermercados, cajas de cartón para depositar material tóxico, como son las bombillas de bajo consumo y los tubos fluorescentes. Incluso, a veces, se puede ver los fluorescentes en una caja de cartón abierta, muy apropiado para que los niños los cojan y jueguen a La Guerra de las Galaxias y se rompan.
La disposición de material tóxico, por el vapor de mercurio liberado por la mínima fractura, se hace en países europeos en contenedores específicos (no de cartón obviamente) fuera de los comercios e interviniendo personal especializado. ¿A quién se le ha ocurrido y quién ha autorizado ese supuesto reciclaje tipo casero?