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Entradas etiquetadas como ‘felipe vi’

¿Que viva lo español?

Por Pedro Campo Rol

A los patriotas que llevan la banderita en la muñeca y el dinero presuntamente a paraísos fiscales, les molesta que se pite el himno. Dicen que se ataca a los símbolos nacionales. Quizá no esté bien, pero no es delito porque hay una sentencia judicial al respecto.

Bandera de España (INFOJOBS)

Bandera de España (INFOJOBS)

Aunque hay otras teorías, todo indica que el himno es una marcha militar prusiana regalada a Carlos III por el rey Federico. La bandera, elegida en un concurso por Carlos III se usó para distinguir en el mar a los barcos mercantes , y de la armada, después pasó a los cuarteles y centros militares, siendo oficializada por Isabel II casi a mediados del siglo XIX, y los Borbones son franceses, así que viva lo ‘español’. A media España no le gusta ni la bandera ni el himno, militares y monárquicos, ni tampoco los Borbones.

Miles de personas silbaron algo que no les gustaba, lo mismo que otras miles pitaron y silbaron a Zapatero, presidente del Gobierno cuando estaba con el rey en los desfiles. Todos ejercían su derecho a la libertad de expresión en ambos lugares. En la Constitución nos colaron el kit monárquico, en una bajada de pantalones de la izquierda, así que un pueblo que no puede votar si quiere o no rey, no es un pueblo libre.

Todo atado y bien atado. Nuestros símbolos nacionales quizá son, el acueducto de Segovia, el puente de Alcántara, el toro negro, el flamenco, la copla, la jota, Cervantes, Lope de Vega, Velázquez, el teatro de Mérida, la zarzuela, etc, porque a éstos no los pita nadie. Es posible que tuviera razón Samuel Johnson cuando dijo: ‘El patriotismo es el último refugio de los canallas’.

El mensaje navideño de Felipe VI, el más esperado

Por Álvaro Sánchez Cosculluela

Esta Nochebuena pasada me moría -como todos- por ver el mensaje de Navidad del recientemente proclamado rey, Felipe VI.

Me moría, pero no lo hice, y por ello me perdí lo que supongo sería un nuevo mensaje renovado, cargado (como se suele decir) de aire fresco; una palabras dirigidas a todos los españoles recitadas en un patrón diferente, con un estilo más armonioso y creativo, despejado y comprometido…O eso es lo que me hubiera gustado soñar.

Felipe VI durante el mensaje navideño. (ÁNGEL DÍAZ /EFE)

Felipe VI durante el mensaje navideño. (ÁNGEL DÍAZ /EFE)

Más en concreto, me hubiera encantado escuchar a Su Majestad el Rey renunciar al trono como lo hiciera su padre, Juan Carlos I, hace unos meses (en ese caso habría enchufado la televisión con sumo gozo), pero esta vez sin abdicar en nadie.

¡Cómo me habría deleitado escuchar al preparadísimo y expertísimo Felipe VI reconocer que la Monarquía no es más que una institución anacrónica e injusta con un Estado que se dice democrático, es más, antagónica con lo que representa la misma democracia; que el Rey hubiera tenido la suficiente sensibilidad y criterio como para anunciarnos a todos que los privilegios no se otorgan por la sangre y que ninguna familia es más que otra por la gracia de Dios y para desgracia de todos!

Me hubiera encantado, como digo, pero no fue así y dudo de que lo sea de aquí a poco (mis esperanzas en la republicana Letizia se fueron a pique cuando la vi triunfante saludando con suma potestad desde el balcón del Palacio Real el 19 de junio),  porque en este país ni siquiera los que dicen entender la situación y demandas del presente y del pueblo las entienden. Nadie, no se salva nadie. El Rey tampoco.

No nos preguntaron si queríamos el cuadro de la casa real

Por J. R. Gallego.

Resumiendo, ¿pasan 20 años desde que a Antonio López le encargan un cuadro sus Majestades? ¿Pasan 20 años desde que el Patrimonio Nacional le pagó por adelantado más de 300.000 euros? ¿Pasan 20 años desde que efectúa ese primer trazo en el lienzo?

Tres periodistas se hacen un selfie ante el cuadro La Familia de Juan Carlos I, de Antonio López (EFE)

Tres periodistas se hacen un selfie ante el cuadro La Familia de Juan Carlos I, de Antonio López (EFE)

¿Cómo le pagaron estos servicios a Antonio López? ¿En un cheque? ¿En efectivo? ¿Se lo ingresaron directamente en su cuenta? ¿Se lo pagaron a plazos? ¿Cómo, cómo y cómo? y podría seguir así una y otra vez.

De entrada sentenciar que ha tardado 20 años en su realización o decir que durante 20 años ha estado trabajando en él es erróneo, pues este cuadro se inicia en su momento y hasta el siguiente o siguientes pueden haber pasado 20 años. Y de hecho, debió ser así o algo parecido.

La abdicación de su Majestad, Juan Carlos I, fue la que marcó los tiempos. A mí este aspecto es el que menos me interesa en toda esta historia, es el menos relevante.

Sin embargo, son otros aspectos en los que cabría pararse a pensar y es cuando nuevamente surgen otra vez una y mil preguntas: ¿Fuimos consultados en algún momento los ciudadanos para saber si deseábamos o no dicho cuadro?

Parece que este país y sus dirigentes aún no saben, o no quieren saber, lo que es la democracia. Y es que siguen teniendo un grave problema de percepción.

Creo que esta «élite» sigue creyendo que es interesante, importante, necesaria, útil, indispensable, bien pagada y…

Cuando hagamos reyes a cada uno de nuestros ciudadanos en este país y en el mundo entero, será sólo entonces cuando empecemos a vislumbrar una auténtica democracia.

 

 

«Todos somos iguales ante la ley», discursos de reyes

Por Alberto Becerra Montero

Felipe VI durante su discurso en la entrega de Premios Príncipe de Asturias. (FUNDACIÓN PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS).

Felipe VI durante su discurso en la entrega de Premios Príncipe de Asturias. (FUNDACIÓN PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS).

Juan Carlos I recibió un aplauso histórico en el Parlamento cuando dijo que la ley era igual para todos.

Después, aclaró que hablaba en general sin referirse a su yerno Urdangarín, cuyos negocios estaban esos días en los titulares de prensa.

En Oviedo, su digno hijo, Felipe VI , recibió también muchos aplausos cuando afirmó que ciudadanos e instituciones están sometidos por igual a la ley.

Así, pues, mientras que pronunciaba esos bellos principios generales, a las puertas del Teatro Campoamor (durante la entrega de Premios Príncipe de Asturias) eran reprimidos, en contra de la ley de leyes y con la expresa autorización de la Justicia, quienes reclamaban sus derechos.

Todavía no hemos oído a Felipe VI denunciar que ese atropello desacredita su profesión de fe democrática. Me pregunto si esa es una manera- lamentable y curiosa- o solo indica una asombrosa continuidad real.

El día después, el mono de trabajo

Por Faustino Sánchez-Tornero

Después de asistir a la ceremonia de coronación del nuevo rey le toca a este dejar a un lado el fajín que le impuso su padre y ponerse el mono de trabajo. Para todas esas personas que nos encontramos en el alambre sin saber si caeremos para el lado monárquico o el republicano, nos queda la esperanza que el nuevo rey reúna a las fuerzas políticas y las inste a que trabajen a destajo en atajar el verdadero problema de este país, que no es otro que el desempleo.

El rey Felipe VI a su llegada al Palacio Real. (JORGE PARÍS)

El rey Felipe VI a su llegada al Palacio Real. (JORGE PARÍS)

La realidad de la calle es muy distinta a la que él se pudo encontrar en su paseo solemne por las calles de la capital. Tiene la oportunidad de ganarse la confianza de los ciudadanos, como su padre con su actuación en el golpe de estado, pero para ello debe de dejar a un lado la función representativa y asumir la responsabilidad de rescatar a este país del estado de zozobra en que se encuentra.