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Entradas etiquetadas como ‘familia’

Imposible conciliar trabajo y familia

Por Francisco Javier Lorenzo Presol

Familia

Una familia, con un bebé y un portátil. (GTRES)

Conciliación: avenencia, armonía, concordancia… son algunos de sus sinónimos. Para mí, desde luego, son términos que parecen de ciencia ficción. No los he conocido y creo que todo aquel a quien conozco se encuentra en la misma situación. En España, si alguien ha conseguido la conciliación laboral-familiar muy probablemente haya sido porque le ha tocado sufrir la crisis y engrosar las listas del paro. Sé que hay países que se toman muy en serio este aspecto, pero a nosotros nos queda mucho todavía. El otro día vi un video, “El experimento sobre horarios laborales que te va a sorprender”. Y tanto que me sorprendió (si lo pienso fríamente, debería de sorprenderme por haberme sorprendido). Me conmovió y me hizo pararme a pensar (para lo que no tenemos mucho tiempo) en qué nos estamos convirtiendo. Las familias coincidimos en pequeños espacios de tiempo, ya no compartimos. Me gustaría que mi hijo recordara una infancia con sus padres, no una continua e interminable contrarreloj.

Caso Asunta, un crimen incomprensible

Por Agustín Arroyo Carro

Que unos padres adoptivos planifiquen y perpetren el asesinato de su hija me parece tan incomprensible como monstruoso. Hay algo oculto que se me escapa y que tiñe de un misterio pavoroso esta muerte ocurrida en Galicia. Todos nos preguntamos el porqué y yo, al menos, no he oído ni leído ninguna explicación a tan nefando crimen. Todas las pruebas e indicios acusan a estos padres adoptivos de ser los únicos sospechosos, y ni tan siquiera existe un motivo para poder entender qué ha pasado en las mentes de estas personas para descender a los infiernos de la locura o la maldad más extrema, si ellos son confirmados y condenados como los únicos autores de tamaña barbarie.

Rosario Porto

Rosario Porto, en el interior de los juzgados

Los recovecos e intersticios del cerebro humano son tan inescrutables como el diseño lejano e ilimitado de las galaxias interestelares. Al final, todo se suele esclarecer por la vía forense o por el peso de la propia conciencia que atormenta y corroe hasta los corazones y mentes más impenetrables y fríos. Pero el horror no cesa y sigue golpeando nuestra conciencia y sensibilidad humana en casos como este y otros muy parecidos. Y lo peor de todo esto es la indefensión clamorosa de las víctimas más débiles e inermes.

¿Somos menos madres las que tenemos un solo hijo?

Por Pilar Udó

Una madre con sus dos hijos. (GTRES)

Una familia frente al televisor. (GTRES)

Permítanme el pataleo. No es lógico que tantos y tantos años como llevamos las madres solteras revindicando un reconocimiento como familia, ahora que puede recaer algo sobre nosotras, tengamos limitaciones.

Solo las familias monoparentales, al menos con dos niños, pueden acceder al cheque familiar.

Gracias, señores políticos. ¿Somos menos madres las que tenemos un solo hijo y con un sueldo mediocre?, ¿Las necesidades no son las mismas que la persona que tiene dos hijos?

Esto es una ayuda, con letra pequeña y con excepciones. Madres solteras de primera y madres solteras sin derechos (pero cargadas de obligaciones)

Activad las alarmas contra la violencia de género

Por Adriana Llanos

Spot del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para prevenir la violencia de género en la pareja.

Spot del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para prevenir la violencia de género en la pareja.

Yo que vengo de Venezuela un país latinoamericano donde la violencia está a la orden del día, aún sigo impresionada al ver que cada vez son más las muertes de mujeres por sus parejas, un hecho que parece ser más de la época barbarie que de pleno siglo XXI.

La mayoría de mujeres no denuncia y las que lo hacen aún siguen siendo atacadas ya que no se les brinda la mayor seguridad. Es un tema complejo, todos nos quedamos sorprendidos ya que al parecer en su mayoría eran parejas felices y normales, pero es que vemos caras y no corazones así como de la puerta de casa hacía adentro las cosas pueden resultar muy diferentes a lo que demuestran en su entorno.

A todas las mujeres que son agredidas y atacadas de manera física y psicológica no dejen de denunciar, de acudir a las autoridades o especialistas sino que también confíen en sus familiares y activen las alarmas.

 

Sobre Jordi Pujol

Por Luisa Martín Belmonte

Pacto de no agresión

Un “pacto de no agresión” ha habido siempre entre los diversos gobiernos españoles y Jordi Pujol, a cambio de que “frenara el separatismo”.

¡Tan tontos han sido nuestros gobernantes! ¿Quién era el ingenuo que iba a creer que se frenaba el separatismo, cuando en las escuelas de Cataluña se estaban sentando las bases para que los ciudadanos sólo utilizaran el catalán, estudiaran una historia tergiversada y que encerraba odio a todo lo español, en donde se les ha inculcado que España es la base de todos los males de Cataluña, justamente lo que ha dado fruto durante estos últimos 35 años, con una generaciones surgidas al albur goebbeliano, generaciones de pan y zanahoria que ha dicho siempre “sí”, sin pensar los pros y los contras a todo lo que ha dicho el capo Pujol?

Todos los gobernantes han tenido conocimiento de los negocios de la familia Pujol y, como capo mafioso, ha ido cerrando bocas, y todos han callado y han otorgado, con lo que son tan culpables como él de la situación a que se ha llegado y de los millones que estos individuos han robado a todos los españoles.

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Por M. Llopis Piferrer

Pena por un ladrón

Contra lo que supone Mas, yo también siento pena por Jordi Pujol, como por cualquier otro delincuente. Pero me parece fatal que haya declarado en público que siente por Pujol «pena, compasión y un dolor muy grande« sin añadir de inmediato –por justicia y como Presidente-que le duele mucho más aun lo que le nos ha ocurrido a los muchos millones de víctimas de sus enormes delitos económicos, sociales y morales, no pocos de ellos ya en los tribunales.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el expresidente Jordi Pujol. (Alberto Estévez / EFE)

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el expresidente Jordi Pujol. (Alberto Estévez / EFE)

Mas nos menosprecia, calificando esos actos de meras «debilidades, como cualquier otra persona», como Pujol los hubiera podido cometer siendo un mero particular, y ensalza en cambio «sus grandes activos»; es decir, intenta engañarnos de nuevo, como si todo se redujera a un «un asunto privado», y no el reventón de la tapadera de una incontenible cloaca, como muestra la reacción de los ciudadanos y de las instituciones, e incluso de su mismo partido.

Mas no es tonto, pero no puede decir otra cosa para intentar defenderse y separar su caso del de su «padre político«, que le nombró para Presidente, y del que fue durante muchos años Consejero de Hacienda, involucrado, e incluso su padre, en los “estupendos negocios” privados… de todo decoro que emprendí, abusando de su poder político, el clan Pujol.

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Por José Antonio Pozo

Víctimas y victimarios

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha dicho que siente –entre otras cosas- compasión por quien fuera su padre político Jordi Pujol (me imagino que Artur Mas quería decir su padre en política, porque en castellano el padre político es el suegro).

Pues bien, que yo sepa, se siente compasión de la víctima, no del victimario; esto es, se siente compasión de quien le han infligido un daño, no de quien lo perpetra.

Cada vez más puertas cerradas

Por Loli Sánchez

Son las 5 y media de la mañana, hora algo temprana para estar en pie siendo alguien en paro, pero bastante tarde cuando llevas toda la noche sin dormir a causa de darle vueltas a la cabeza intentando buscar soluciones, acabando por desear un milagro, porque es lo único que serviría de algo. Lástima que escaseen. Soy una persona anónima, en una “mala situación”, como tantas ahora mismo. Una persona con una familia a la que le han dado un plazo de un fin de semana para tomar la decisión de quedarse sin casa, sin dinero, con un crédito por pagar que sería, además, aumentado. Con deudas, y la incertidumbre de si podríamos permitirnos siquiera un alquiler. La otra cara de la moneda sería ejecutarnos la hipoteca, incrementándose cada vez más, ahogando, e incluso, dicho por esos mismos banqueros “que quieren dar facilidades y ayudar”, pasándose en herencia. ¿Quién dijo presión?

Una familia que la componen un padre trabajador, con un aguante insondable, metido en la hostelería desde siendo prácticamente un crío, esa profesión tan infravalorada hoy en día, tan maltratada, que aporta tan pocas cosas positivas y, en nuestro caso, tan pocos beneficios.

Una madre con un corazón que ni ella misma sabe lo grande que es, ama de casa, que agota todas sus energías cada día cuidando de todos nosotros, de quienes más dependen de ella.

Una abuela con alzheimer, la que, por suerte, todavía reconoce casi todo a su alrededor, a su gente, aunque en alguna ocasión repita una y otra vez la misma frase.

Un abuelo de 91 años, un abuelo que perdió a su mujer en esta misma casa después de una larga enfermedad, alguien que a pesar de su edad se da cuenta de las cosas y se lleva esas preocupaciones a su cuerpo y mente.

(ATLAS NEWS)

(ATLAS NEWS)

Y yo, una chica de 29 años sin poder ver un futuro gracias a que tener trabajo es casi una misión imposible, sin poder pensar en una vida propia sin dejar de hacerlo en las personas que más quiero, porque no sé qué va a pasar con ellos. Sin poder elegir, porque cada vez nos cierran más puertas, más oportunidades, más libertades, derechos y caminos en los que progresar como individuo.

Soy alguien cansada de ver cómo los mayores responsables de la situación son los que menos pagan, cansada de que perdonen deudas a gente y empresas con los bolsillos llenos (y algún que otro paraíso fiscal) y no a personas que realmente lo necesitan. Gente que da la espalda a un pueblo que muere, literalmente, porque no miran hacia ellos, porque se ríen en nuestra cara y a lo único que le dan importancia es a aprovechar todo lo que puedan, a los viajes de lujo, a ponerse caretas, a no dar la cara.

Es Navidad, supuestamente fechas de estar con los tuyos, para estar felices y sonreír al mundo, pero yo voy a recordarlas como las segundas más tristes de toda mi vida, recordarlas como las últimas que pasé en esta casa que vamos a perder, donde se han formado recuerdos, donde duele alejarse de ellos a la fuerza.

Y aún tengo que dar gracias, porque sé que hay gente que está todavía peor, que tienen hijos que les parten el corazón al no poderles dar hasta lo más básico. Gente que está en la calle, indefensos, hastiados de tanta injusticia.

¿Dónde están esos derechos de los que habla una Constitución de la que tanto alardean? ¿Dónde se ha quedado la verdad en los que gobiernan para, lo que debería, ser un país próspero?

Están matando personas, ilusiones y futuros. Matando voces que quieren protestar y no pueden porque es “ilegal”. Nos arruinan, tanto en bienes materiales como etéreos, y se van de rositas, intocables, vaciando un lugar que una vez llegó a ser un sitio agradable para vivir.

Vivir… esa gran utopía.

¿Vamos al cine?

Por Noemi Reyes

Sala de cine. (ARCHIVO)

Sala de cine. (ARCHIVO)

A estas alturas de la película no es ningún secreto que ver una película en el cine, valga la redundancia, ha dejado de ser una costumbre (semanal en muchos casos para los más aficionados), para pasar a convertirse en un petit plaisir, el cual, la mayoría de españoles, nos podemos permitir sólo de tanto en tanto. Ya son cosas del pasado las tardes dominicales en las que el cine era el plan por excelencia y sin discusiones. Muy atrás han quedado las palomitas tamaño XL para compartir y los debates sobre la última “peli” que habíamos ido a ver, o sobre cuál iríamos a ver la semana siguiente.

Personalmente, ya hace tiempo que me cuesta recordar la última película que vi en el cine, lo cual me hace sentir tristeza y añoranza de aquellos tiempos felices en los que ésta era una afición apta “para todos los públicos” y no sólo para unos cuantos. Y no se trata de una cuestión de moda, de tecnologías o de cambio de costumbres, sino de prioridades. Y si no, sólo hay que hacer números y calcular el gasto que supone para unos padres y su hijo/a (sólo uno/a), ir al cine (el fin de semana, eso sí, que el Día del Espectador se hizo entre semana para que padres e hijos precisamente no lo puedan aprovechar). Seguiremos apretándonos el cinturón, también con uno de los pequeños placeres que nos quedaban a los amantes del cine y de las buenas costumbres.

Cuando apretarse el cinturón es lo habitual

Por Alejandro Prieto Orviz

Ella siempre ha tenido empleos consistentes en la realización de labores domésticas en casas ajenas de manera discontinua y sin asegurar, actividad que aún desempeña cuatro tardes a la semana. 38158Su marido, siendo adolescente, comenzó a repartir componentes automovilísticos con un ciclomotor, pero en la actualidad, y después de tres décadas desempeñando distintos oficios de manera prácticamente ininterrumpida, forma parte de la lista de desempleados de larga duración, circunstancia que trata de paliar llevando a cabo algunos chollos cuando se presenta la ocasión.

La hija finalizó la carrera universitaria hace dos años e imparte clases particulares a unos cuantos escolares en casa de sus progenitores. Aunque desearía vivir por su cuenta, la realidad laboral y económica hace imposible el tendido del puente hacia la emancipación.

Aunque el retrato de esta familia pudiera estar en un cartel con el encabezamiento de ‘Se busca y ofrece recompensa’, la gente del barrio sabe que sus miembros no tienen cuentas en paraísos fiscales, ni han birlado dinero alguno a sus vecinos, ni son responsables de las despensas y esperanzas vacías.

Gracias señor juez

Por José Luis

Gracias señor juez por tan breve sentencia.
Pues con tan escaso contenido me la leí en apenas unos minutos.
Gracias señor juez por dedicarle tan poco tiempo al futuro de mi hijo.
De todas formas, ¿a quién le importa el futuro de un menor?
Gracias señor juez por las migajas de ese ‘amplio’ régimen de visitas.
A  mi sobrino lo puedo ver más que a mi propio hijo.
Gracias de todo corazón.
Gracias señor juez por dejarme a mi hijo los martes y jueves.
Con 6 horas a la semana se puede ejercer de padre.
Gracias señor juez por dejar que duerma conmigo dos fines de semanas al mes.
26 días con mamá y 4 con papá es lo más justo.
Gracias señor juez por omitir en su sentencia el Día del Padre, cumpleaños y demás.
Así pasará con mamá el día del padre y todos los días especiales.
Gracias de todo corazón.
Gracias calendario porque este Día del Padre cayó en martes.
Este año fui afortunado.
Gracias calendario porque mi cumpleaños el año que viene será jueves.
Paciencia, hay que esperar.
Gracias calendario porque algún año de estos el ‘cumple’ de mi hijo será fin de semana.
Bueno, suponiendo que sea uno de esos que el señor juez amablemente me concedió.
Gracias de todo corazón.
Gracias señor juez por dejar a tantos niños huérfanos de padres cuando estos aún viven.
Gracias señor juez, gracias de corazón.

Para ti, mamá

Por Ana Belén Doncel Suárez

Este es el primer Día de la Madre en el que tú ya no estás mama. Te fuiste el 14 de abril y te llevaste contigo mis ganas de vivir, mis ilusiones, mis esperanzas, mis confidencias, nuestra complicidad, pero no me importa porque así no te sentirás sola allá donde estés. ManosYo estoy y estaré siempre junto a ti y tú junto a mí. Fuiste la primera persona a la que conocí hace 45 años y yo fui la última a la que tú posiblemente sentiste agarrada a tu mano. Has sido la mejor persona, esposa, madre y abuela que he conocido. Te llevaré siempre en mí hasta que yo también me vaya. Te quiero mamá, más allá de todo.