Por Emilio L. Sambucety
Según datos de Naciones Unidas, existen 19 países en los cuales los gobiernos o grupos armados siguen reclutando menores como soldados.
Organizaciones como Amnistía Internacional vienen denunciando este aumento en el número de países en los que, cada día, miles de niños y niñas son utilizados para cometer atrocidades y sufren malos tratos, vejaciones, violaciones o se convierten en testigos de asesinatos. Los niños y niñas no siempre participan directamente en los combates, sino que se les asignan funciones de apoyo que les exponen a enormes riesgos como el ser porteadores de soldados heridos, de munición, ser espías o mensajeros, y en el caso de las niñas, en ocasiones son obligadas a servir de esclavas sexuales.
Además de la tragedia que supone convertirse en perpetradores de abusos contra los derechos humanos, muchos niños y niñas soldados mueren, quedan mutilados o son víctimas de violaciones u otros actos de violencia sexual.
Espero que todos tomemos conciencia de estas barbaridades y que se pongan en práctica políticas concretas para garantizar que se cumplan el derecho internacional y las recomendaciones existentes en relación con los niños y niñas soldado; así como que se promuevan en el marco de las Naciones Unidas, Unión Europea y en las reuniones bilaterales con las autoridades de los países que aún reclutan menores soldados, especialmente en Mali, Sudán del Sur y República Democrática del Congo.