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Entradas etiquetadas como ‘enfermedad’

Decidir si ir o no a trabajar cuando estás resfriado

Por César Sánchez

Un favor para ti y para tus compañeros

Imagen de archivo de una persona resfriada

Imagen de archivo de una persona resfriada

Todos sabemos cómo es el tiempo, llega noviembre y te resfrías. Suelen ser cortos, en un par de días o tres puedes estar recuperado.

Pero no, tú decides ir a trabajar de todos modos, para no quedar mal con el jefe.

Estás en tu sitio sentado, te duele todo, no puedes ni leer la pantalla del ordenador, no rindes y tampoco descansas. Y como es de cajón, tampoco te recuperas. Y al día siguiente cae otro, como piezas de dominó, ya son dos resfriados en la oficina.

Por favor, si eres uno de los que ya ha caído, ¿por qué no te haces un favor a ti mismo, quedándote en casa recuperándote; y a la vez a tus compañeros de oficina, evitando contagiarles? Saldremos todos ganando.

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Por Estela Moreno

Contestación a “Un favor para ti y para tus compañeros”

Llega el tiempo de catarros. Sí, de esos que puedes curar estando 4 días en la cama. Pero decides ir a trabajar como muchos de los todavía trabajadores de este país.

¿Para que te vean? No, para que no te quiten tu salario porque debido a los recortes no puedes ni ponerte malo sin que tu nómina se vea minorada.

Y una gripe es lo de menos porque hay esguinces, gastroenteritis y cualquier enfermedad con la que puedas moverte mínimamente.
¿Crees que vamos por contagiar? ¿Que somos malos compañeros? Nosotros vamos porque no podemos permitirnos el quedarnos en casa. ¡Ojalá nuestro jefe fuera como el tuyo! Un funcionario.

La solidaridad como cebo publicitario

Por Olga Rodríguez Noguera

Creo que hemos llegado a un punto en el que todo vale, en el que confundimos totalmente las cosas y perdemos valores, y esta semana, en un anuncio que vi por Internet, encontré un claro ejemplo de ello.

Una empresa de venta de moda femenina, VAN-DOS, aplica un 20% de descuento en el precio de venta, poniendo “SOLIDARIDAD” como código promocional por ser el 19 de octubre el día internacional del cáncer de mama.

Una mujer con una pañoleta rosa, color representativo de la lucha contra el cáncer de mama. (ARCHIVO).

Una mujer con una pañoleta rosa, color representativo de la lucha contra el cáncer de mama. (ARCHIVO).

Señores ¿hay que recordar que el cáncer es una enfermedad? El día 19 no es una celebración, no es una fiesta, es un recordatorio de que hay muchas personas que desgraciadamente padecen esa enfermedad y de que hacen falta recursos, ayudas y, en definitiva, dinero para investigación, para ayudar a los enfermos… No se puede hacer negocio con eso, ya que no colaboran, no benefician, no hacen nada positivo a la causa, lo único que intentan es beneficiarse utilizando el cebo de la solidaridad y el cáncer como gancho.

A dicha empresa les he pedido que retirasen dicha promoción, que dejen ese descuento, que sigan negociando pero que no utilicen una enfermedad como eslogan. Hasta la fecha de envío de mi carta a ustedes no lo han hecho, retiraron un post que tenían en redes sociales, pero tanto en su web como en la calle seguía.

A mí me ha tocado vivir el cáncer de cerca, de lleno y por desgracia a muchísimas personas. Desearía que no lo vivieran tan de cerca como yo, ni siquiera de lejos; en todo caso sabrían por qué entonces publicidades como esta duelen en el alma. Todo no vale.

Un reto en forma de regalo

Por Juan Pocar Escrig

Yo no reto a la ministra de Sanidad y Servicios Sociales, Ana Mato, con el cubo de agua…

No lo hago por considerar que es pedir muy poco a quien tanto tiene para aportar a nuestra (vamos a llamar a las cosas por su nombre) enfermedad mortal e incurable y sin tratamiento.

Resonancia magnética que muestra síntomas de ELA. (WIKIPEDIA)

Resonancia magnética que muestra síntomas de ELA. (WIKIPEDIA)

Si quiero proponerle un reto en forma de regalo, me gustaría que no despreciase el mismo, es único, quizás irrepetible. Quiero regalarle una lágrima de un enfermo de la ELA (esclerosis lateral amiotrófica) para que la almacene en su corazón, la misma no es personal, es y quiero que sea anónima, de una de esas que derramamos cada día los más de 4000 enfermos o de todos aquellos que nos quieren.

Si acepta este humilde regalo de un enfermo, que igual que los demás tiene los días contados, estoy seguro que la mencionada lágrima se convertirá en esperanza para todos nosotros y más aún para esas 50.000 personas ya nacidas, que aunque ahora no lo saben, un día les informaran que padecen una enfermedad mortal incurable y sin tratamiento.

No piense en la campaña de cubos de agua, piense que somos más de 4000 españoles, igual de españoles que usted, que vivimos en “tiempo de descuento”.

Hasta esta campaña nadie hablaba de nosotros, ahora se habla mucho pero el protagonista no puede ser el cubo, el protagonista debe ser la enfermedad y quienes estamos afectados por la misma sin la más mínima esperanza de vida.

No nos tengan escondidos, sáquenos a la luz. “Sólo se puede amar aquello que se ve. No tengan miedo a decir el desenlace de la ELA. Nunca es triste la verdad…aunque el mismo sea la muerte”.

Humillación en la consulta del médico

Por M ª Ángeles Sánchez

Soy una mujer de 46 años afectada de EA (Espondilitis Anquilosante, enfermedad autoinmune reumática crónica y degenerativa de las articulaciones). Hace dos largos años que no sé lo que es pasar una día, incluyendo su noche, sin dolores. La desesperación de no tener un día de paz termina afectándome también psíquicamente.

Me presenté en el ICAMS (Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas y Sanitarias, Cataluña) con un informe de mi doctora de cabecera pidiendo que me dieran nuevamente la baja médica, puesto que no estoy en condiciones de cumplir con mi trabajo —en el que llevo 26 años—. Después de esta visita, lo único que conseguí fue salir de allí humillada, hundida psíquicamente y con la desesperación como futuro.

Un médico pasa consulta presencial. (ARCHIVO)

Un médico pasa consulta presencial. (ARCHIVO)

Me visitó un señor que se supone que es médico, cosa que me niego a creer ya que no cabe en mi cabeza que un médico pueda tratar a un enfermo de manera tan despreciable y vejatoria. Sin ni siquiera mirarme a la cara y mucho menos leer los informes que adjuntaba, me dijo que nada de baja y que me fuera al trabajo. Yo le comenté que era incapaz tanto física como psíquicamente, que incluso mi reumatólogo, traumatólogo y doctora de cabecera me habían recomendado reposo (justificado con los correspondientes informes que le aporté).

Totalmente indiferente a todo, me dijo que no tenía otra opción. Yo, en la desesperación por hacerle entender mi estado y con un ataque de ansiedad, le supliqué que me ayudara. Ante su indiferencia le pregunté qué tenía que hacer, si tirarme por la ventana o pegarme un tiro para dejar de ser una carga para el Estado. Su respuesta fue que ese era mi problema y que hiciera el favor de irme que tenía más visitas.

Es verdaderamente vergonzoso lo que están haciendo con las personas, no solo te tratan como a un indeseable sino que te hacen sentir como si sobraras en esta sociedad. Ni siquiera dejan que entres acompañada (al contrario de lo que pone en su publicación “Derechos y responsabilidades de las personas usuarias con su relación con el Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas”), supongo que para que no haya testigos del trato humillante.

Apelo al colegio de médicos a tomar cartas en el asunto y que no permita que estos médicos falten vergonzosamente al juramento hipocrático (está claro que no recuerdan la parte que dice «en cualquier casa que entre, lo haré para bien de los enfermos, apartándome de toda injusticia voluntaria y de toda corrupción») y sigan ejerciendo.

Y mucho menos quisiera creer que esta política corrupta que ha esquilmado las arcas del Estado en su beneficio haya llegado incluso a la Salud.

Fibromialgia a los 27: muerta en vida

Por Jessica Martínez

Tengo 27 años y vivo en un cuerpo de una mujer de 70. Hace 3 que padezco fibromialgia y fatiga crónica. Consecuencias: sensación de cansancio, falta de memoria, vista borrosa, dolor de cabeza y cervicales, ciática, colon irritable… Y no podré ser madre, mi medicación podría provocar malformaciones en el feto y no puedo estar sin ella.Escaner de fibromialgia Tengo un 42% de discapacidad y las empresas ahorran mucho dinero al contratarme. Al principio, todos me comprenden pero esto cambia a medida que surgen brotes a causa del incremento del esfuerzo. Entonces nadie me entiende.  He perdido los últimos 4 trabajos  por culpa de mi enfermedad.

Mis informes médicos constatan que no puedo hacer jornadas semanales superiores a 20 h. ¿Cómo puedo vivir con este sueldo sin ayuda? Me obligo a trabajar 30 h, con mucho dolor. Fuera del trabajo no tengo vida, debo hacer reposo absoluto para rendir al máximo, paso la semana fingiendo que estoy bien y llorando a escondidas porque no puedo más, porque esto es un infierno… Esta enfermedad es muy dura. Los médicos deberían dejar de tratarnos con indiferencia… Necesito ayuda porque necesito vivir, poder disfrutar de las pequeñas cosas y dejar de sentirme muerta en vida.

Gracias a los amigos de mi hijo Jordi

Por Nuria Congost

Quiero agradecer desde este medio a todos los amigos de mi hijo Jordi Joel Congost, y en especial a Víctor Bujalance, por el acto de socorro que realizó el pasado domingo y gracias al cual hoy esté mi hijo Jordi vivo y pueda contarlo. Amistad

Gracias Víctor. Nunca olvidaré lo que hiciste por él, al igual que el resto de amigos de Jordi, que se han volcado durante estos días que ha estado tan grave en el Hospital Moisès Broggi de Sant Joan Despí (Barcelona). Mi hijo tiene el mayor tesoro que una persona pueda desear: tener amigos de verdad. He visto a esos chicos y chicas de Torrellas de Llobregat y alrededores llorar temiendo lo peor, desfilar por el hospital cuando terminaban sus trabajos o la escuela, solo para verlo un ratito o incluso para preguntar cómo estaba, porque eran tantos que no podían entrar todos.

Como son tantos, no me gustaría herir a ninguno si me olvido de citar aquí su nombre. Por esta razón, he decidido darte las gracias Víctor. Por decidir que Jordi se quedara a dormir en tu casa después de vuestra celebración de cumpleaños, por darte cuenta de que algo grave le ocurría al oír los golpes que daba mientras sufría su ataque comatoso (mi hijo es diabético y sufrió una hipoglucemia severa que le provocó casi la muerte). Gracias por ponerlo de lado e intentar que no se ahogara ni se mordiera la lengua. Gracias por tu capacidad de reacción, aunque sé que estabas muerto de miedo.

Gracias a todos los que de verdad le queréis, los que estuvisteis en el hospital, los que llamasteis y los que no pudisteis venir pero os habéis interesado. A todos os digo que por mucho tiempo que viva, no olvidaré nunca vuestro cariño hacia mi hijo. Recuerdo todos vuestros nombres, pero por miedo a olvidar alguno perdonadme que no os nombre aquí y que solo nombre al quien, a buen seguro, le ha salvado la vida.

Las madres tenemos memoria histórica y yo guardaré en la mía lo que ha pasado y vuestro comportamiento en estos trágicos momentos y días. Urgencias estaba colapsada de amor y de esperanza, de la de todos vosotros, que me dabais ánimos y fuerzas cuando no sabíamos qué daños cerebrales podía tener o si llegaría a sobrevivir al ataque. Gracias a todos/as, a los de Torrelles y a los que no viven en el pueblo, pero sobre todo a ti, Victor, por tu valentía y capacidad de reacción, porque sin tu ayuda, Jordi ‘el nen’, ‘el cungui’, no estaría entre nosotros.

Mi encuentro con un héroe no laureado

Por Daniel Castro

Hoy podía haber sido un día más de monótono entreno en la pista de atletismo, después de volver del trabajo en bici. Preparándome para mi afición, un triatlón el domingo en la Casa de Campo.
Pero ya en las primeras vueltas, en la pista casi vacía, salvo por los chicos de la escuela de atletismo que entrenaban en una curva relevos, me ha llamado la atención la estampa de un hombre ya entrado en los 50 que peinaba canas y que con un bastón de trekking soportaba su lado yermo del cuerpo, hemipléjico del lado derecho, mientras caminaba trabajosamente, una vuelta tras otra sobre el tartán.
Una y otra vez le doblabla, no era nada más para mi que una baliza en la pista, absorto en mis pensamientos, mis sensaciones y mis tiempos. No he pensado en él, era un elemento más del entorno.blogf
Al acabar mi entreno y aprovechando las vallas de obstáculos que rodean la cuerda, he realizado una tabla de estiramientos y al poco se ha acercado este hombre con su tortuoso caminar, a realizar unos limitados movimientos, dejando su bastón y apoyando su mano izquierda en la barra. Me ha sonreído y yo le he saludado.
Y no sé como hemos comenzado una difícil conversación y una suerte de pequeño viaje interior que me tiene delante del teclado, esbozando mis emociones. Con una afasia del lenguaje severa, he conseguido discernir que tras pasar varios meses en coma por un infarto cerebral, llevaba años de rehabilitación luchando por recuperar tanto su capacidad de habla como su lado derecho del cuerpo. Siempre con una sonrisa en la boca y animándome a mí con un ¡muy bien, muy bien! mientras estiraba.
Me he sentido derrotado…el héroe no laureado, el ganador de unos juegos no celebrados era él. Yo sólo podía animarle con otra sonrisa en mi rostro a seguir luchando, que si quería podía y que mañana le quería volver a ver en la pista, que iba a buscarle cada vez que fuera a entrenar.
Nos hemos despedido y dado la mano izquierda, yo soy zurdo, mi mano buena, de él no lo sé…a lo mejor no lo era hace unos años.
Así he salido reforzado en mi ánimo de disfrutar cada de día con una sonrisa porque en cualquier momento puede cambiar mi suerte y con mi reconocimiento para tantos pacientes afectados por enfermedades duras, que no le pierden la cara al día a día, sus familias que los apoyan con paciencia y a todos los profesionales,terapeútas ocupacionales, enfermeros, rehabilitadores y trabajadores sociales que pese al poco reconocimiento social y recortes que están sufriendo sus servicios, luchan cada día por recuperar no sólo las habilidades físicas si no también la dignidad de estos campeones, ellos si, sin olimpiadas.
Recuperemos personas, no bancos.

Los abusos del Gobierno

Por Felipe Rivas

63387En estos momentos de crisis hay muchas familias que están haciendo grandes sacrificios para seguir adelante y además, por desgracia, algunos de sus familiares más allegados sufren la enfermedad del siglo, el cáncer. Y se lo puedo decir por mi propia experiencia. Hace solo unos días que he visto fallecer a una hija con cuarenta años con cáncer de mama e hígado y metástasis en la columna.

No se puede entender cómo un Gobierno se atreve a instaurar el repago de los medicamentos para la cura de algunos tipos de cáncer, los más usuales y muchos de ellos terminales. Están abusando al igual que con la subida del IVA hasta el 21% para los entierros. No respetan la sensibilidad de las personas y parece que nos atacan cuando aumenta nuestro estado de necesidad y dolor.

¡Yupi, mi novio tiene trabajo!, sí, ese que dignifica

Por Susana Rodríguez

Para tres meses, ¡cotizando y todo! , eso sí, por lo mínimo, porque le pagarán todo lo que puedan en negro, menos impuestos, ¡yupi más dinero! Puf, eso sí, ¡11.30 horas al día!, más la hora de ida al trabajo (metro de Madrid vuela), y la de vuelta… total, que llega, cena, se acuesta y oooootra vez… ¡es como el día de la marmota! Recordatorio: el trabajo dignifica, repetid conmigo “el trabajo dignifica”. Pero escucha, no se lo digáis a nadie, que es con “enchufe”, que si no después de tres años en paro ni eso… ¡Yupi, yupi! Sólo libra un día a la semana, que total ‘pa’ qué…Fuegos artificiales

Bueno, en cuanto a mí… tengo que hacerle la comida porque a él no le da tiempo y está tan cansado cuando llega; bueno, una cosita de nada, eh, porque, total, para comer en su puesto de trabajo, y frío, porque no tienen ni microondas, pues tampoco me voy a esmerar, ¿no? Quizá así matamos dos pájaros de un tiro, “operación Bikini”… Ah, no, qué tonta soy, si no tiene tiempo. Teníamos que ir al médico porque le duelen los ojos, pero como solo libra los sábados y en la Seguridad Social no hay consulta… y digo yo, si pedimos ahora la cita con el oftalmólogo quizá para cuando termine su contrato  dentro de tres meses ya tiene cita, pero… ¡si no puede ir al de cabecera a pedirla! Uy, qué lío me estoy haciendo… cura sana culito de rana, si no sana hoy… es mejor que el ‘yuyu’ le  dé en el trabajo, ¿no?

¿Que qué tal la motivación para trabajar? (II)

Por María Cámara Simón

«Que no me olvide de fichar»

A la pregunta que le formularon al funcionario Enrique [Chicote] Serna “¿qué tal andas de motivación en el trabajo?”, yo, que también soy funcionaria, hubiera respondido que bien, que pese al brutal recorte de derechos que hemos sufrido no solamente vengo cumpliendo el nuevo horario que nos han impuesto sino que además “regalo“ horas a la Administración debido al gran volumen de trabajo que tengo. Pero cuál ha sido mi sorpresa cuando los encargados del control horario me “comunican” que de seguir fichando fuera de hora, lo cual ha sucedido en tres ocasiones por olvido, me abrirán el correspondiente expediente de deducción de haberes y/o disciplinario. A mi pregunta de si habían visto las horas de más que había hecho me contestan que el número de horas que yo trabaje no importa, que lo que importa es que no se me olvide fichar.

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Por Maite Gómez Camarón

«Entre unos y otros, así nos va»

En relación a la carta leída… Puede que un funcionario trabaje de 7.30 h a 15 o 16 h, pero no creo que nadie les obligue a no poder comer, ni que ellos mismos no se aseguren de además Trabajo2hacer la pausa de las 9, de las 11 y a saber cuántas más, seguramente con cafés y aperitivos incluidos. Por otra parte la cuenta me sale a 8 horas justitas de jornada, así que tampoco veo donde quejarse. De vacaciones ni hablo, porque aun con “días de menos” muchos siguen teniendo “días de más”, y los sueldos, aunque sí es una faena que los bajen, por el conocimiento que tengo (y lo tengo) tampoco son malos… Total, que el gobierno es una absoluta vergüenza pero no precisamente por estas cosas. La culpa de cómo estamos es de todos, que entre unos y otros, así nos va.

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Por Juan Carlos Moreno

«Toda la motivación… si no, la echan»

Leyendo las aseveraciones de este señor con su trabajo de funcionario, lo voy a comparar con lo de mi mujer. Mi mujer se levanta a las 7.00 de la mañana y por término medio llega sobre las 19.30 de la tarde; ojala pudiese llegar a las 16 h, tendría tiempo de relajarse, leer, estar con su hija, etc. No cobra pagas extras (un problema menos que tiene), no tiene días libres y las vacaciones [son] según la empresa. No se puede poner enferma, ya que trabajando en una empresa privada pequeña ese beneficio no lo tiene. Este año cobra unos 80 euros menos que el año pasado, y desde el 2004 no le suben el sueldo. ¿Motivación? Toda, porque si no la echan. Y yo digo: ¿por qué no deja usted su trabajo y se va a una empresa privada? Seguramente si vale estaría mejor que en su trabajo actual. Por cierto, ¿trabaja los fines de semana? Seguro que no.

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Por Susana Rodríguez Sanz

«Hay muertos de cáncer y te quejas de un dolor de cabeza»

En respuesta a la carta de Enrique Chicote, funcionario, yo le digo: Soy titulada superior, completé mi formación con cursos que suman más de 2.000 horas .Tengo 41 años, mi trabajo más largo y continuado ha durado 3 años y medio. Todos mis empleos, excepto 1, han sido a través de subcontrata y por obra. No he visto una paga extra en mi vida (prorratas), soy mileurista de por vida. Mi trabajo actual -se me acaba el mes que viene- ha supuesto que lleve un año levantándome a las 6 de la mañana. Con las reformas no tendré derecho a jubilación porque no me darán los años cotizados al tener interrupciones entre trabajos. Así que por favor no hable de motivaciones, que las comparaciones son odiosas… Cuando algunos se mueren de cáncer no está bien quejarse de dolor de cabeza.

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