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Entradas etiquetadas como ‘economia’

¿Quién protege a los mayores de 30?

Por Cristina Ballester Martínez
Oficina del INEM.

Dos personas en una oficina del INEM de Madrid. (EFE)

Soy una mujer de 33 años licenciada en Periodismo. Desde pequeña se me ha inculcado el valor que la formación académica tiene en el mercado laboral, por eso acabado el colegio la universidad era la parada obligatoria. Con mi título bajo el brazo trabajé algunos años en departamentos de comunicación y medios. Sin embargo, fui la primera en irme a la calle cuando los datos económicos comenzaron a empeorar.

Siguiendo la pauta que se me había dado en mi más tierna infancia continué formándome para conseguir un empleo. Sin embargo, he descubierto que la educación que se me dio choca frontalmente con lo que hoy se valora en esta sociedad.
La ley no me considera lo suficientemente mayor ni ya tan joven como para recibir cualquier tipo de ayuda. Carezco de discapacidades y, por aquello del sentido común, no tengo hijos que no pueda mantener. Engordar las filas del INEM ha hecho que viva con mis queridos progenitores, ya que nunca me ha alcanzado el sueldo para un piso propio. Y a estas alturas del camino, agotando los últimos meses de paro, y sin que mi teléfono suene a pesar de las miles de acciones que llevo a cabo para conseguir un empleo, me veo desprotegida.
Me siento ciudadana de segunda, o incluso de tercera, al saber que no cumplo ninguno de los requisitos para ser beneficiaria de una de las ayudas económicas que nuestro gobierno otorga. Aún peor me hace sentir el que los trabajadores de las administraciones públicas me insinúen, cada vez que pido información al respecto, que al tener padres no tengo derecho porque se supone que ellos se hacen cargo de mí.
¿Dónde está escrito, en la Constitución o cualquier otra norma legal, que el Estado puede darme de lado? Es más, ¿cómo puede sentirse una mujer de 33 años que ha cotizado, ha trabajado y desea volver a hacerlo, pidiéndole a sus padres jubilados dinero?
Entiendo que hay situaciones complicadas, que hay que proteger a los niños y a los mayores. Sin embargo aquellos que hemos nacido y crecido en este país, los que no nos hemos endeudado por encima de nuestras posibilidades, que nos hemos formado, que hemos tenido el sentido común de no ser madres solteras, los que hemos luchado por un trabajo digno, que nos esforzamos a diario, todas esas personas como yo no tenemos derecho a subsidios, ni a ayudas de emergencia, ni a planes de empleo. Entonces a nosotros, ¿quién nos protege?

Sobre los derechos humanos: solo somos cifras y nuestras vidas, billetes

Por Rocío Olivera Salazar

Refugiados sirios esperando entrar en Turquía (Sedat Suna/EFE).

Refugiados sirios esperando entrar en Turquía (Sedat Suna/EFE).

Adivina, adivinanza: se tiene en unos países y en otros no. Se puede perder con el tiempo o con los intereses económicos de las multinacionales y los que gobiernan. Pueden alterarse según el sexo que tengas o tus inclinaciones sexuales. Dependen de tu dinero y posición social. Crees que existen pero sólo son un ideal plasmado en un papel para que creas que velan por tu seguridad.

Se llaman derechos humanos. Sólo somos cifras y nuestras vidas billetes, cada cual con distinto valor, cada cual con distinto destino.

 

 

El Congreso de los Diputados, cerrado por vacaciones

Por Javier Prieto Pérez

Congreso de los Diputados (Archivo).

Congreso de los Diputados (Archivo).

Después de los tres meses transcurridos desde la celebración de las pasadas elecciones, nuestros políticos han llegado a un acuerdo en el Congreso. Por fin, sus señorías han mostrado una gran voluntad negociadora, lo cual habría sido motivo de júbilo si fuera en aras del bien común de todos los españoles. El problema es que dicho consenso, alcanzado en unos instantes, no tiene como fin establecer una coalición que permita la gobernabilidad en España. Ese pacto hace mención a las tres semanas de vacaciones que van a disfrutar los parlamentarios en Semana Santa.

Como consecuencia de esta medida, que supone la ampliación de su periodo de descanso, se pospone la Junta de Portavoces del 22 de marzo, y el Pleno del día 29 de marzo se retrasa al 5 de abril. Al margen de las cuestiones de calendario, resulta indignante comprobar cómo esos mismos diputados que se muestran intransigentes a la más mínima concesión del adversario, se transforman en camaradas y aliados de hemiciclo cuando sus intereses particulares están en juego.

Dicha actitud irrita a los ciudadanos por dos cuestiones. Porque España está sumida en una parálisis por culpa de su intransigencia, preocupados sólo de sus fines partidistas. Y, sobre todo, porque la lacra del desempleo golpea a más de 4 millones de personas que padecen graves problemas económicos.

Ante esta situación, nuestros representantes se permiten el lujo de interrumpir su actividad durante un espacio de tiempo tan prolongado. Demuestran que viven en una burbuja, de espaldas a la realidad, y lo que es peor, con el dinero del contribuyente, de cuyos problemas reales no se ocupan. Las dificultades graves se afrontan trabajando con energía y responsabilidad, no incrementado los periodos vacacionales.

 

Ayuda a los refugiados sirios: a favor y en contra

Nosotros no estamos pasando las penurias de la guerra, pero tampoco lo estamos pasando precisamente bien

Por María Teresa Pérez

Emigrantes tratando de cruzar la frontera entre Grecia y Macedonia (EFE).

Emigrantes tratando de cruzar la frontera entre Grecia y Macedonia (EFE).

¿Generosidad?, ¿humanidad?… ¿Es posible en una Europa en crisis?

Hace varios años vivimos una época de vacas gordas, pero desde que nos empezó a azotar la crisis hemos visto cómo mucha gente se ha quedado sin trabajo, familias que malviven con lo que pueden y para colmo ha salido a la luz una corrupción desbocada. Todo ello hace que nuestras arcas públicas están más vacías que llenas.

Ahora, por la terrible guerra en Siria están huyendo miles y miles de familias camino de Europa y en muchos lugares se les cierran las fronteras.

Nosotros de mil amores podríamos acogerlos, el problema es que si ni siquiera tenemos para atender bien a nuestra gente, ¿cómo lo haríamos? La situación de Europa, y mucho más la de España, no es la boyante de años atrás.

La cosa sería muy distinta si al menos los corruptos devolvieran el dinero saqueado pero «una cosa piensa el burro y otra el que lo monta»: nadie devolverá un céntimo.

¡Qué más quisiéramos que ayudar y ayudar! Y ese significa dar comida, techo y trabajo. Pero hay situaciones en las que no se trata de no querer, sino de no poder.

Suponemos que son buenas personas y muchas de ellas bien preparadas. Y que deben repartirse entre los países de la Unión Europa, sobre todo entre los que estén en mejor situación. Nosotros podríamos acoger a algunos, pero que tengan en cuenta que lo haríamos con mucho sacrificio y que entre nosotros también hay mucha gente que no está pasando las penurias de una guerra, pero que tampoco lo está pasando precisamente bien.

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Es deleznable el cierre de fronteras a personas que huyen de la masacre

Por Karima Muhammad

«¿Unión Europea? Pues sí. Y parece ser que llevan muy en serio dicha unión ya que, por lo que podemos ver, todo lo que acontezca en Europa merece ser objeto de digno eco y nos transformamos en seres ultra humanitarios, véase Charlie Hebdo o los atentados de París.

Pero… ¿qué pasa cuando pasa fuera de nuestras fronteras? Pues que esa humanidad y empatía se nos va por los poros. Es del todo deleznable que se cierren las fronteras a personas que huyen de la masacre y la barbarie; a niños muriendo de frío y hambre; a madres dando a luz en barrizales y un largo etcétera.

¿Esta es la Unión Europea de la que tanto presumimos en los noticieros internacionales? Es intolerable que en pleno siglo XXI se utilicen varas de doble medir en tragedias humanas. Sí, porque la vida da muchas vueltas y puede que mañana seas tú el pobre exiliado en busca de una vida que ni si quiera podríamos decir mejor, pero sí muchísimo más tranquila.

 

La generación de la Enciclopedia Álvarez

Por Pedro Serrano

Un grupo de estudiantes leyendo (Forbes).

Un grupo de estudiantes leyendo (Forbes).

Pertenezco a la generación de la Enciclopedia Álvarez. Enciclopedia que, de 1954 a 1966, el régimen franquista utilizó en las escuelas para enseñar y hacer proselitismo ideológico, resaltando los valores políticos, religiosos y patrióticos y mostrando de forma negativa la Segunda República española y las ideologías de izquierdas. Una enciclopedia que, en la materia de Historia, mostraba la Guerra Civil como una cruzada contra los rojos y justificaba el golpe de Estado contra el gobierno de la República denominándolo «Glorioso Alzamiento Nacional”.

La historia contrajo una deuda con aquella generación que sufrió la precariedad económica e intelectual de un régimen totalitario, pues, con suerte, íbamos a la escuela desde los seis hasta los catorce años y no disponíamos de otra verdad u otra ventana al mundo que no vinieran de dicha enciclopedia, del catecismo o de los maestros y clérigos proporcionados por el régimen. Aquellos años, de deficiente y escasa preparación, nos dejaron incapacitados para afrontar nuestro futuro con solvencia. No obstante, gracias al coraje, la llegada de la democracia y a algunas clases de adultos, algunos pudimos afrontar la vida personal y profesional con un éxito nada desdeñable.

Ahora, recién jubilado, y como si la historia quisiera saldar definitivamente aquella deuda, se me ha concedido el honor de poder matricularme en el Programa Interuniversitario de la Experiencia, en el Campus Miguel Delibes de Valladolid, que tiene como finalidad dar a las personas mayores de 55 años la posibilidad de acceder a la cultura y la ciencia como una fórmula de crecimiento personal. Ahora tengo el orgullo y el privilegio de tener un hijo a punto de terminar la carrera de Historia y profesores que me cuentan la versión no manipulada de aquel negro y triste pasaje de nuestra historia.

 

 

Solo 36 disparos: el regreso del vinilo y las cámaras de carrete

Por Francisco García Castro

Discos de vinilo (Jorge París).

Discos de vinilo (Jorge París).

Aún recuerdo la época en la que los niños pijos vestían todos con la misma marca de pantalón. De inmediato, los no pijos acudieron -pese al gran esfuerzo económico para la familia- a imitarlos. Cuando ya todo el mundo llevaba esos pantalones, los pijos decidieron rajárselos. Ahora los pijos vestían a lo pobre.

 Todo esto viene a raíz de la propuesta de Sony, de volver a sacar vinilo y carrete. La hija del presidente de esta compañía quiere hacer fotos analógicas. Quiere palpar, quiere saber qué se siente cuando solo tienes 36 disparos. Solo 36.
Sony lo hará, y yo me alegraré. Pero la cuestión que plantea la presente no es otra que la escasez de autoestima que mora en las almas de los no pijos. Lo teníamos -vinilo y carrete- y se fue porque decidimos darle la espalda. Hoy, a la niña Sony se le antoja, y cuento los minutos para ver cómo saldremos a la calle a buscar a los olvidados. Es algo patético, o al menos, a mí me lo parece.

La caridad mal entendida

Por Luis Fernando Crespo Zorita

Caja Madrid.A mediados del siglo XV, los Franciscanos crearon en Italia los Montes de Piedad para combatir la prepotencia y los abusos de los usureros de toda laya, que acumulaban los excedentes económicos y expoliaban a los más pobres, prestando a señores y siervos con precios próximos al cien por cien anual. El padre Francisco Piquer fundó en 1702 el primer Monte de Piedad español, germen de la que sería la Caja de Ahorros de Madrid (1838) que, como el resto de cajas de ahorro, nació sin ánimo de lucro, por lo que no podía tener un gobierno profesional, sino un Consejo de Administración compuesto por “organismos representativos de la sociedad”. Su objetivo era aliviar a los menesterosos con préstamos a bajo precio, incluso gratuitos, y proporcionar financiación para iniciativas económicas de menor cuantía. De hecho inventaron ya entonces los famosos “microcréditos”.

Las cajas de ahorro llegaron a representar más de la mitad del sistema financiero español. A partir de 1977, con la reforma bancaria de Enrique F. Quintana, se fueron convirtiendo en un instrumento muy útil para las Haciendas autonómicas y para sus gestores políticos, que creyeron que todo el Monte era orégano y, en consecuencia, procedieron a expoliarlas sistemáticamente, entendiendo que la caridad empieza por uno mismo, todo ello con el aplauso interesado de sus hermanos mayores los bancos privados, que esperaban fagocitarlas cuando declinasen inanes, como efectivamente ha ocurrido. De Guindos lo certifica en la cadena SER: «El rescate (por la UE) de España solo afectaba al sector bancario, pero había una condicionalidad: que desaparecieran las cajas de ahorros«.

Las ‘huidas’ de Rajoy

Por Ángel Villegas Bravo

No se cansan el presidente del Gobierno, sus ministros, los altos cargos de su partido y la brigadilla mediática afín, de ensalzar la buena marcha de la economía; pero ocurre que los números son los números, y al final dejan con el trasero al aire a todos estos propagandistas de la mentira.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Palacio de la Moncloa (EFE).

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Palacio de la Moncloa (EFE).

Y los números dicen que ahora hay menos personas trabajando en España que cuando Rajoy llegó al Gobierno; dicen que hay menos parados que reciban prestación de desempleo y dicen que este Gobierno se ha ‘fumado’ más de la mitad de la hucha de las pensiones. Dicen, también, que hay menos parados, sí; pero ya se encargan los interesados en ocultar los cientos de miles de inmigrantes que han dejado nuestro país y los muchos miles de españoles que se ha visto obligados a emigrar. Dicen que los comedores sociales no dan abasto, que los sueldos han bajado y que hay millones de ciudadanos que, aún trabajando, son pobres.

Un breve repaso por la legislatura de Mariano Rajoy nos lleva a que las cosas, para el ciudadano de a pie, no solo no han mejorado, sino que han empeorado, que la desigualdad ha aumentado, que seguimos emigrando, que la sanidad pública se sigue privatizando, que la corrupción no se castiga e, incluso, se encubre, que se intenta mediatizar a los jueces y que se promulgan leyes represivas, como la llamada «ley Mordaza».

Por ende, el gestor ‘magnífico’ de este país, se niega a debatir con los demás candidatos. Las huidas del presidente empiezan a ser tan conocidas como las de aquel torero famoso por sus espantadas.

El niño de la playa

Por Joaquín Cortés

Periódicos, primera plana, la fotografía de un niño tumbado en la playa. El pie de foto lo decía claro: el pequeño estaba muerto. Es realmente aberrante ver a un niño de tres años dormido con la cara metida en el agua, y la figura del gendarme a su lado como si fuera inmune a esa situación. ¿También lo somos nosotros? Yo al menos no lo consigo. Ese niño duerme en la playa como lo hace mi hijo de tres años en la cama. Viste unas ropas similares a las que puede usar mi amado hijo.

Foto de Aylan Kurdi, el niño de la playa. (DOGAN NEWS AGENCY)

Foto de Aylan Kurdi, el niño encontrado en la playa. (DOGAN NEWS AGENCY)

¿Cuál es la diferencia? Pues es que ese pobre angelito nació en el país equivocado, con dirigentes equivocados, en una economía equivocada… ¿Tal vez mi hijo también haya nacido en otro país equivocado? ¿Acaso aquí alguien va a hacer algo por remediar la muerte de pequeños como éste? Señores periodistas, absténgase de poner esas fotos en portada, en nuestro país nadie va a mover un dedo: ni ciudadanos ni políticos. Y sí, me hicieron llorar.

Pocas iglesias abiertas para reencontrar el Camino de Santiago

Por Isabel Ramis

Hace un par de semanas que terminé el Camino de Santiago en bici, con mi hermana, desde Astorga, y la verdad es que volví algo preocupada. Me llamó la atención que la mayoría de las iglesias se encontraran cerradas. Como resultado, sólo 9 de los 40 sellos que tenemos en nuestra credencial son de parroquias. El resto son de bares, tiendas o albergues.

Foto de la Catedral Santiago de Compostela. (ARCHIVO)

Foto de la Catedral Santiago de Compostela. (ARCHIVO)

Mucha gente decide hacer el Camino de Santiago como una buena opción de ocio deportivo y económico. Me parece bien, no lo critico, pero resulta complicado hacer el Camino de Santiago como peregrinación cuando difícilmente puedes hacer la visita o ir a misa. ¿No hay nada que podamos hacer para reencontrar el Camino?