Por César Sánchez
El Ayuntamiento de Barcelona invierte cantidades astronómicas en hacer de Barcelona la ciudad del móvil y la tecnología.
Estamos dando pasos hacia una smartcity.
Acabo de volver de Londres y no acabo de entender por qué el transporte público de nuestra «smartcity» sigue estando a años luz respecto a los de otras ciudades.
Ni siquiera tenemos un sistema de tarjetas electrónicas recargables, para no estar malgastando en tarjetas de metro de papel. Tampoco tenemos un sistema anti-robo a la altura de una smartcity, para los billetes trimestrales.
Puestos a hablar de la ciudad del móvil, ¿dónde están las notificaciones a nuestros dispositivos para avisar en tiempo real de retrasos en trenes y autobuses para ahorrar a la ciudadanía a tener que correr para llegar a un tren o autobús que, en realidad, va con retraso?
¿Cuándo evolucionaremos?