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Entradas etiquetadas como ‘dignidad’

No a los ‘minijobs’ en la sanidad andaluza

Por Ruth Molina Fuillerat

Cuál ha sido mi sorpresa cuando me han llamado de la bolsa para un contrato en el hospital de Baza (Granada): 15 días y un tercio, pero para ponerle la guinda al contrato más aún debo de ir todos los días de 8 a 10 h. Para mi asombro no ha sido la única oferta de empleo de este tipo; a otra compañera el mismo contrato en el hospital de Antequera (Málaga) de 15 a 17 h todos los días. En el Carlos Haya (Málaga) un compañero médico igual, dos horas todos los días. ¿Quién da más? Sólo me queda decir que seguiré renunciando a esos contratos basura o minijobs del SAS, porque así no se avanza, nuestro sistema sanitario andaluz de salud precisa de profesionales con jornadas dignas para aportar calidad a nuestro quehacer diario y satisfacer a los pacientes.

Como bien promulga desde la Consejería María José Sánchez Rubio [consejera andaluza de Igualdad, Salud y Políticas Sociales], dar un buen servicio sanitario a la ciudadanía es prioritario para la Consejería de Salud a través de estrategias que mejoren la calidad en la atención, la seguridad de pacientes y la transparencia del sistema sanitario público de Andalucía. EnfermerasAsí no, señora consejera, siempre he apostado por nuestro sistema sanitario público, pionero en avanzadas técnicas y cuidados para la mejora, pero si se deciden por apostar por esas contrataciones he de decirle que muchos compañeros nos marcharemos, porque mi profesión lo vale y aquí no se valora.

Seguiré con esa ilusión de que esto se puede mejorar entre todos pero va por mal camino, ¿o usted podría trabajar en esas condiciones paupérrimas que nos están dando? No somos concursantes de un reality sobre quién aguanta más canalladas. En el siguiente contrato a ver si me sorprenden con… una horita. Ruth, vas todos los días, enciendes la luz y el ordenador de la consulta y…. finalizas, gracias por sus servicios, enfermera. No se mofe más de la Enfermería, porque es nuestro comer y vocación. Gracias y espero que de una vez por todas nos considere como profesionales de una salud pública y digna.

Circo y obesidad, obesidad y circo

Por Encarnación Aparicio Martín

Tras el último ejercicio circense de televisión en el que la obesidad mórbida pasa de la categoría de grave enfermedad a contenido de reality show, no se puede más que mostrar perplejidad e indignación.

Ahora “los gordos”, como si de otra especie se tratara, pasan a amenizar las noches de los sábados reforzando la imagen de “menores de edad” sin ninguna capacidad de autocontrol, que deben tomar conciencia y dejarse conducir “por el buen camino”. Emma GarcíaUn novedoso enfoque, sin duda. Seguro que siempre han estado anhelándolo personalidades como Churchill, Pavarotti, Hitchcock y otros/as tantos y tantas…

Mientras, muchas de las personas que en este país padecen, sufren, obesidad mórbida, están cada vez más cansadas y hastiadas. Hastiadas de que esta enfermedad sólo se aborde desde el insulto a la dignidad, la criminalización y/o el insulto a la inteligencia. En primer lugar no “son”, “están”, en segundo lugar, no se alcanza ese grado de enfermedad sólo por adicción a la comida; no todo se reduce a la falta de deporte y de verduras. No siempre. Y aunque así fuera, no es consecuencia de una minoría de edad. Basta ya, por favor. No todos/as obvian el espejo, y sobre todo, no todos/as viven para reírse de sí mismos/as. El sufrimiento es tal, la discriminación es tal, el aislamiento es tal que en muchas ocasiones, más de las que podamos imaginar, se concluye que la vida no merece ser vivida, y se acaba con ella, o se escapa en una mesa de quirófano, en pos de esa ayuda que haga más fácil la existencia. Basta ya de hacer circo desde y con el sufrimiento.

Garantía de decencia y equidad laboral en las etiquetas de las prendas de vestir

Foto: Mrskyce / Flickr

Foto: Mrskyce / Flickr

Por Alejandro Prieto Orviz

Llámese manía, hipersensibilidad o tontería. El caso es que siempre he tenido problemas con las etiquetas de la ropa que están en contacto directo con la piel. Podría decirse que su eliminación forma parte de un ritual y, en bastantes casos, algún mosqueo, pues vienen cosidas a conciencia (incluso mejor que las costuras de la prenda). Información sobre la talla, composición, cuidado y mantenimiento o lugar de procedencia, pero no sobre las condiciones laborales en las que fueron producidas.

El abuso y la desconsideración hacia las personas son asuntos que no inciden negativamente en la bolsa ni en la prima de riesgo. Si existen acreditaciones de la calidad de elaboración, procedimientos y controles de la trazabilidad y homologaciones de seguridad de los artículos de cara al consumidor, ¿por qué obviar las cuestiones relativas a la dignidad y salud de los trabajadores? Ojalá llegue el día en que la marca CE (Conformidad Europea) y otras similares sean garantía de decencia y equidad social. ¡Cuántos productos perderían atractivo e interés si en la etiqueta o manual de instrucciones constara el sufrimiento y coste humano empleado en la fabricación de los mismos!

Sueldos de lujo

Por E. Alcalde

Trabajar gratis es un lujo que no me puedo permitir. Me encantaría, pero no puedo. Tengo dos carreras, tres idiomas, 6 años de experiencia laboral y mucho sentido común que enciende la alarma al escuchar una oferta salarial que roza el mínimo obligatorio. Un sueldo que coarta mi libertad y me limita a un único estilo de vida: el de la supervivencia. Si ser testigo del cierre sucesivo de negocios en España y recortes generalizados es desalentador, ser consciente de que existen actitudes parasitarias de personas que están beneficiándose de esta situación duele aún más. En la adversidad reluce lo mejor y lo peor del ser humano.

Dignidad en la Plaza de Celenque de Madrid

Por Jorge Sanz García

Llevan más de un mes durmiendo a la intemperie para buscar una solución al drama de los desahucios. Constantine, al que la vida le ha dado la espalda, es quien educadamente informa a los transeúntes, junto a Félix y José, de que puede firmar la solicitud que evite los desahucios. Lidia, Maribel y Malik, que vino a ayudar desde la vecina Francia, se encargan de rellenarlas con buena letra. Nadia alivia el dolor con masajes y Santi abriga al que duerme y se destapa. Luis canta nanas con el cariño de una madre cuando el frio acecha y se hace difícil conciliar el sueño. Y Rafa, que todas las noches se acuesta dentro de una caja de cartón con la sonrisa del que lo hace en una suite de un cinco estrellas, transmite al grupo su alegría y la ilusión de que pronto viviremos en un mundo más digno. Lalo trae el té desde su casa, Mati leche y café, y un camarero anónimo alegra la madrugada con dos bandejas de pinchos. A ellos se suma otros muchos que vienen a hacer compañía o a donar mantas, comida o dinero. Superhéroes todos ellos. De carne y hueso y con la dignidad intacta. Porque la dignidad se tiene o no se tiene. Y no se quebranta con mentiras, ni con arriesgadas inversiones o papeletas en una urna. Tampoco entiende de recortes, burbujas inmobiliarias o primas de riesgo. La dignidad está por encima de las miserias de los corruptos y los especuladores. Quien desee comprobarlo puede pasarse por la plaza de Celenque.