Por Luis Remacha Elvira
Niño muerto, boca abajo en la playa, tan sólo hace un mes y ya está olvidado. Qué pronto olvidamos el dolor ajeno. Devoramos noticias decapitando nuestra memoria, lavando nuestras conciencias. Con amnesia aprendida miramos a otro lado. Egoístas de nuestro primer mundo maquillamos los recuerdos a nuestro antojo. A colorear la realidad es lo primero que aprendemos y enseñamos.
Volverá a pasar y nos estremeceremos como si fuera la primera vez. Brotarán lágrimas efímeras, repentinas, perecederas, secas en el segundo siguiente. Volverá a pasar y volveremos a olvidar. Desmemoriados, desviamos la mirada y nada ha pasado. Recordad desmemoriados, ¡recordad! No miremos a otro lado.