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Entradas etiquetadas como ‘desahucios’

¿Policías o guardaespaldas privados al servicio de unos pocos?

Por Rubén Jiménez Triguero

Escrache en MadridEste martes, blindajes policiales guardaban las sedes del PP defendiendo a los integrantes de ese partido de un ejército armado hasta los dientes de pancartas y letreros que reivindicaban sus derechos. No entiendo ese despliegue policial ante personas que intentan reprochar las injustas formas en que se aplican las leyes al servicio de unos pocos. ¿Es intentar defender los derechos es también delito?

Ya estoy harto de ver a esos policías actuar ante los ciudadanos de forma despectiva y contra ellos, cuando realmente deberían unirse en una lucha por la libertad y el derecho que en los últimos años se ha visto reducido. ¿Acaso ellos no tienen padres, madres, hermanos o hijos? No les deseo que vivan lo humillante y degradante que debe ser que te desahucien, pero sí les pediría al menos un poco de dignidad y humanidad, ya que parecen autómatas más que personas.

Mientras ellos blindan las calles para evitar que las personas reclamen por la libertad y los derechos (también por los derechos de policías); mientras participan en desahucios y demás acciones en beneficio de los bancos y grandes empresas, puede que alguien esté en peligro de morir, ser asesinado, violado, robado, maltratado o atacado. Puede que el delito sea cometido gracias a que no haya policías cercanos haciendo su trabajo, defendiendo al ciudadano honrado que les paga el sueldo con sus impuestos y que no lo hagan porque dedican su jornada laboral a dar un servicio privado a banqueros y políticos.

¿Duerme bien, Rajoy?

Por Judith Delgado

108396Quisiera preguntarle ¿cómo duerme por las noches? ¿Cómo su conciencia le permite poner la cabeza en una almohada y dormir a sabiendas que gracias a sus subidas de impuestos, a sus recortes y sus “ajustes necesarios” (no vayamos a tocar los sueldos de los políticos) hay niños de cualquier edad pasando hambre y frío? Además de gente desahuciada, durmiendo en la calle o pidiendo comida. Esa misma gente que confió en sus promesas (no me incluyo, jamás le votaría) que ahora, que incluso reconoce que mintió, se ven no solo ellos en la miseria, sino que ven cómo sus hijos malviven, malcomen y pasan frío.

No vemos en usted, o en cualquiera de su partido un mínimo de empatía o solidaridad con las causas que continuamente se pueden ver y sentir en los diferentes medios.  Cualquiera de los iPads con los que se dedican a jugar sus diputados durante los plenos en el Congreso serviría para dar de comer a los niños que por culpa de su falta de honestidad se van a dormir con el estómago vacío. Es triste ver cómo los medios de comunicación hacen más que usted por intentar mínimamente paliar lo que usted prefiere ignorar.  No se puede estar tan ciego para no ver lo que están sufriendo y que usted encima duerma sobre un techo pagado por los mismos que por su culpa se ven en la calle. ¿Dónde están usted y su partido cuando anuncian la mal nutrición infantil? ¿Dónde están cuando madres y padres piden un techo o una familia solicita ayuda para pagar los recibos de la luz después de pasar más de 10 meses sin luz ni agua caliente (eso también lo solucionó una cadena de televisión)? A mí me cuesta conciliar el sueño sabiendo que hay gente que vive en esas condiciones, y eso que no he hecho nada por provocarla. Y usted, sabiendo que no solo es el causante, sino que tampoco hace absolutamente nada, ¿duerme bien?

¡Qué lástima de país!

Por Ángel Villegas Bravo

¡Qué lástima de país! Mientras pensionistas que perciben 700 u 800 euros al mes tienen que dar de comer a sus hijos e, incluso, nietos; mientras casi seis millones de ciudadanos no tienen106245 trabajo; mientras los comedores sociales se ven desbordados; mientras se desahucia a las gentes y se producen suicidios por esta causa; mientras millones de españoles están angustiados porque temen perder su empleo o les rebajan los sueldos y les aumentan el horario de trabajo; mientras se hace «repagar» ambulancias y prótesis y se cierran servicios de Urgencias nocturnas; mientras se precariza la educación pública; mientras las tasas judiciales impiden que muchos ciudadanos tengan acceso a la justicia; mientras suceden todas estas cosas y algunas más, no dejan de salir, un día sí y otro también, corruptos que han metido (unos presuntamente y otros ya probados) la mano en el dinero público, empresarios tramposos, políticos «pringados», «yernísimos» con graves indicios de corrupción, ministras que no se enteran de lo que se «cuece» en sus casas, tesoreros con millones en Suiza, pagos a gentes «que hace mucho tiempo que habían sido alejadas del partido»… Y, ante todo esto, ¿qué se le ocurre al Gobierno y a los más altos responsables del PP? Pues sí: otra vez la conspiración «igual que en el 11-M«.
Lo dicho: ¡qué lástima de país!

Dignidad en la Plaza de Celenque de Madrid

Por Jorge Sanz García

Llevan más de un mes durmiendo a la intemperie para buscar una solución al drama de los desahucios. Constantine, al que la vida le ha dado la espalda, es quien educadamente informa a los transeúntes, junto a Félix y José, de que puede firmar la solicitud que evite los desahucios. Lidia, Maribel y Malik, que vino a ayudar desde la vecina Francia, se encargan de rellenarlas con buena letra. Nadia alivia el dolor con masajes y Santi abriga al que duerme y se destapa. Luis canta nanas con el cariño de una madre cuando el frio acecha y se hace difícil conciliar el sueño. Y Rafa, que todas las noches se acuesta dentro de una caja de cartón con la sonrisa del que lo hace en una suite de un cinco estrellas, transmite al grupo su alegría y la ilusión de que pronto viviremos en un mundo más digno. Lalo trae el té desde su casa, Mati leche y café, y un camarero anónimo alegra la madrugada con dos bandejas de pinchos. A ellos se suma otros muchos que vienen a hacer compañía o a donar mantas, comida o dinero. Superhéroes todos ellos. De carne y hueso y con la dignidad intacta. Porque la dignidad se tiene o no se tiene. Y no se quebranta con mentiras, ni con arriesgadas inversiones o papeletas en una urna. Tampoco entiende de recortes, burbujas inmobiliarias o primas de riesgo. La dignidad está por encima de las miserias de los corruptos y los especuladores. Quien desee comprobarlo puede pasarse por la plaza de Celenque.

Bien por los jueces; esta vez, sí

Por José Ignacio Calleja (Profesor de Moral Social Cristiana; Vitoria-Gasteiz)

Ha tenido que ser el sistema de justicia el que se pone a la cabeza de la manifestación, al fin. ¡Gracias!, a todo el movimiento civil que se ha movilizado contra los desahucios; ¡gracias!, a las Cáritas que lo han tomado como cosa propia… ¡Gracias! a todos los que lo han visto claro desde el principio… sólo es el comienzo; todavía no conocemos su alcance legal y real; vienen detrás los desalojos de alquilados por insolvencia en el pago. Esto no ha terminado, ni mucho menos.

Es el comienzo de un buen día. Ya oigo el rumor de que esto afecta a la solvencia de los bancos, a la deuda pública y a la prima de riesgo; y es verdad, pero no podemos seguir el camino trillado de salir de la crisis triturando a las personas más vulnerables. O ¿es que el sistema social capitalista no tiene otro modo de salir de las crisis financieras o económicas? O ¿no lo puede consentir? Esta es la cuestión, no tiene otra salida, porque no la puede consentir sin perjuicio para los dueños del dinero. Son estos los que no lo consienten. Luego la cuestión última es de poder social e intereses de “clase”, y no de ciencia económica. Las cosas como son.

Y esto no es neomarxismo trasnochado, sino tardocapitalismo puro y duro, real en todos los pueblos de Europa como la vida misma. Renunciar a verlo es negarse a entender lo que está pasando. Acepto mil matices sobre el concepto “clase”, mil matices; renuncio a él, si quieren; pero al final, el dinero, ¡aparentemente de muchos!, concentrado en manos de pocos decide en qué condiciones entra a un país o se va, llega para quedarse o juega con las oportunidades y escapa, simula una huida por desinterés y vuelve como un buitre sobre el animal herido. Esto es lo que hay, por eso que el movimiento social de mil colores e inspiraciones se lo merece todo en campañas tan rotundas y claras como esta contra los desahucios y alquileres imposibles. Se lo merece todo. Y ¿cuál es la próxima? Atentos.