Por Miguel González Márquez
Las presiones de las asociaciones de automovilistas, esas que hablan de «ánimo recaudatorio» en la instalación de radares de control de velocidad, han podido con la DGT, y finalmente esta señalizará todos los radares, fijos y móviles.
Los que respetamos los límites de velocidad hasta ahora teníamos la confianza de que los locos que van a 200 por hora podían ser cazados en cualquier momento por algún radar camuflado, pero ahora podrán circular con total impunidad a esa velocidad allá donde sepan que no hay controles.
Como ejemplo paralelo, ¿se imaginan que cada año Hacienda anunciase a qué personas va a controlar su declaración de la renta? Así, los que no estuviésemos en la lista podríamos defraudar con total impunidad.