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Archivo de la categoría ‘Internacional’

El injusto trato de los medios hacia las víctimas de atentados ocurridos en Pakistán, Turquía, Irak…

Por Fani Bello Selles

Atentado en Pakistán.

Imagen de un atentado ocurrido en Pakistán en enero. (EFE)

Todos los días vemos en los informativos noticias sobre el atentado en Bruselas. Sin embargo, el resto de atentados en Irak, Yemen, Afganistán, el Congo, Malí, Gaza, etc., ocupan un corto espacio. Parece como si esas horribles noticias se mostraran solo «para cumplir».

Recientemente en Pakistán ha habido 75 muertos, y en Turquía tampoco están mejor. También en África: Boko Haram realiza verdaderas masacres a sus anchas. Todo este horror tiene una larga historia en la que tendríamos en indagar desde el colonialismo europeo. La desestabilización de Oriente Próximo, la invasión de Irak y todas las políticas por intereses económicos que han llevado a que ciertos estamentos se empoderen y se armen, con armas que les han vendido países que se enriquecen con este mercado, o se inmolen en un terrible desprecio por su propia vida y la ajena.

Pero lo más terrible es el trato que los medios dan a las víctimas; ya hay suficiente islamofobia, suficiente racismo y suficientes grupos neonazis, como para que encima ninguneemos a las víctimas que no son del primer mundo.

Sobre los refugiados: no podemos seguir negando la vida a esos seres humanos detrás de esas vallas

Por Pryscila Veras Milhomem

Desde hace algunos meses se han estudiado medidas contra los refugiados que me avergüenzan como ciudadana europea. Estamos frente una emergencia humanitaria y no podemos seguir ignorando la pérdida de tantas vidas inocentes. No podemos seguir negando la vida a esos seres humanos detrás de esas vallas. No podemos seguir destruyendo los sueños de miles de niños que tienen toda la vida por delante. No podemos seguir mirando la realidad a través de nuestras gafas etnocéntricas preocupándonos tan solo por nuestro propio bienestar.

Un niño refugiado afgano sostiene una pancarta en la que puede leerse "no nos golpeen" (Georgi Licovski/EFE).

Un niño refugiado afgano sostiene una pancarta en la que puede leerse «no nos golpeen» (Georgi Licovski/EFE).

Cuando tenía doce años vine a España desde un país del tercer mundo en búsqueda de una vida mejor. En aquel entonces no hablaba el mismo idioma, no tenía la misma cultura y tampoco tenía los papeles en regla. Pero tras diez años lo que sí tengo es el orgullo de poder decir que estoy en el último año de carrera (Direcciones de Relaciones Públicas y Marketing), tengo un trabajo a jornada completa y me independicé a los 18 años. Lo que sí tengo es el agradecimiento por la oportunidad que me dieron, pero no puedo evitar preguntarme por qué a los refugiados no.

Detrás de esas vallas que vemos a diario en las noticias existen personas que huyen de tragedias diarias, bombardeos y ataques sistemáticos como los que sufrió Bruselas la semana pasada. Detrás de esas vallas existen seres humanos que como yo hace diez años no hablan el mismo idioma, no tienen la misma cultura o religión, pero lo que sí tienen son ganas por sobrevivir y nosotros no somos quién para juzgar quién merece vivir o no en este mundo.

Debemos propocionarles el derecho de tener una vivienda digna, la seguridad de saber que van a tener un plato de comida siempre que tengan hambre. Debemos proporcionarles el derecho a la vida, el cual la Unión Europea dejó en el olvido tras el acuerdo con Turquía.

Ante esta situación, si algún ser humano se siente superior, que esta superioridad sea de bondad, de empatía o de compasión, pero jamás una superioridad étnica.

«Yo no soy racista. Estoy en contra de toda forma de racismo y segregación, toda forma de discriminación. Yo creo en los seres humanos, y que todos los seres humanos deben ser respetados como tales, independientemente de su color.» Nelson Mandela.

 

 

La Unión Europea, muy malherida

Por Martín Sagrera Capdevila

Campamento de refugiados en Idomeni, Grecia (Orestis Panagioutou/EFE).

Campamento de refugiados en Idomeni, Grecia (Orestis Panagioutou/EFE).

Los atentados de Bruselas apuntan al corazón de la Unión Europea. Coinciden con los días en que muchos cuestionan como nunca el que la UE tenga corazón, dado el trato ilegal e inhumano que da a quienes, con cruel ironía, llama –cuando hace todo lo que puede para que no lo sean- “refugiados”.

Estas son personas de carne y hueso, hombres, mujeres y niños que huyen para salvar sus vidas de largas y muy sangrientas guerras, ocasionadas en gran parte por los intereses estratégicos y las armas vendidas a sus asesinos por distintos países de la Unión. Países que, bajo la batuta alemana, han arruinado el Estado social de muchos de sus propios territorios, y han coartado sus libertades democráticas.

¿Tendrán de nuevo los jefes de la UE el valor de invitar al pueblo, como en París, a manifestarse sin miedo contra el terrorismo, mientras que ellos cometen la increíble bajeza de hacerse la foto en un lugar seguro e intentar hacer creer después que estaban con sus conciudadanos? Muy, muy malherida está la UE, máxime cuando esos políticos -y los poderes fácticos que los manejan- montan mil grandes embustes para desprestigiar e incluso eliminar los movimientos sociales que intentan en distintos países salvar los valores humanos que parecían ya consolidados en Europa.

 

La visita de Obama a Cuba llegó tarde

Por Jon García Rodríguez

Obama en Cuba.

Barack Obama en Cuba. (EFE)

Ahora que ya no sirve para nada, Obama parece haberse dado cuenta de que es Premio Nobel de la Paz. Su visita a Cuba para limar asperezas y normalizar las relaciones con este país llegó tarde. Ha perdido ocho años de mandato en los que podía haber ayudado a democratizarlo y haber levantado el embargo comercial que les asfixia.

A pocos meses de que diga «adiós» a la Casa Blanca, su visita a la isla caribeña más bien parece creada como broche a su carrera. A los Castro se les ha dado todo tipo de justificaciones -durante los cincuenta años que ha durado el bloqueo comercial y financiero-, con los que han podido lobotomizar a sus compatriotas haciéndoles creer que el enemigo es todo aquél que vive al otro lado de sus fronteras.

Tenemos que reconocer con vergüenza que hemos dejado a los cubanos les demasiado solos. Nos va a costar mucho ganarnos su confianza. Después vendrá la democracia.

Nuestra indiferencia, pasividad y egoísmo ante los refugiados

Por Paula Radtke Ortiz

Refugiados (EFE).

Refugiados (EFE).

Quisiera creer que no. Quisiera creer que es una broma que estemos vendiendo la dignidad y la seguridad de miles de personas. Es como si Turquía fuese una especie de sicario que se ocupa del trabajo sucio mientras su jefe, la Unión Europea, se lava las manos y se sienta en su despacho, vuelve a casa y duerme tranquilo, con su familia a salvo.

Ni siquiera es la crueldad de los grandes dirigentes lo que más duele. Lo que hiela la sangre es la indiferencia, pasividad y egoísmo que ha surgido entre la gente del montón, la gente como tú y como yo. Esa gente de a pie que habla con odio y asegura que solo deben recibir ayuda los españoles, porque claro, hay españoles en paro y nosotros queriendo ayudar a los de fuera… ¿En serio pensamos que es equiparable estar en paro a huir de la guerra?

Con esto no quiero quitarle importancia a las personas que están pasando un momento difícil, solo quiero que reflexionen un momento y se imaginen en esa situación, viendo cómo matan a sus familias, siendo ultrajados como personas, dejando todo atrás y arriesgando su vida para meterse en un bote a la deriva en busca de algo de seguridad y cuando piensan que por fin ven la luz, que por fin están a salvo, se chocan de frente con el desprecio, nuestro desprecio, nuestro racismo, que les obliga a sufrir represiones en las fronteras. Ahora serán devueltos a Turquía a cambio de un puñado de millones y unos cuantos favores, como si de ganado de tratase, ante nuestros impasibles ojos.

Estamos viendo cómo niños duermen en el barro, cómo mujeres dan a luz sin ningún tipo de cuidados.
Y yo me pregunto, cuando nuestros nietos estudien nuestra historia… ¿se llevarán las manos a la cabeza por los horrores que estamos cometiendo y permitiendo como hicimos nosotros cuando se perpetró el Holocausto Judío?

Quizá en un futuro ellos sean mejores que nosotros. Quizá en un futuro la vida valga mucho más que los intereses económicos.

 

Ayuda a los refugiados sirios: a favor y en contra

Nosotros no estamos pasando las penurias de la guerra, pero tampoco lo estamos pasando precisamente bien

Por María Teresa Pérez

Emigrantes tratando de cruzar la frontera entre Grecia y Macedonia (EFE).

Emigrantes tratando de cruzar la frontera entre Grecia y Macedonia (EFE).

¿Generosidad?, ¿humanidad?… ¿Es posible en una Europa en crisis?

Hace varios años vivimos una época de vacas gordas, pero desde que nos empezó a azotar la crisis hemos visto cómo mucha gente se ha quedado sin trabajo, familias que malviven con lo que pueden y para colmo ha salido a la luz una corrupción desbocada. Todo ello hace que nuestras arcas públicas están más vacías que llenas.

Ahora, por la terrible guerra en Siria están huyendo miles y miles de familias camino de Europa y en muchos lugares se les cierran las fronteras.

Nosotros de mil amores podríamos acogerlos, el problema es que si ni siquiera tenemos para atender bien a nuestra gente, ¿cómo lo haríamos? La situación de Europa, y mucho más la de España, no es la boyante de años atrás.

La cosa sería muy distinta si al menos los corruptos devolvieran el dinero saqueado pero «una cosa piensa el burro y otra el que lo monta»: nadie devolverá un céntimo.

¡Qué más quisiéramos que ayudar y ayudar! Y ese significa dar comida, techo y trabajo. Pero hay situaciones en las que no se trata de no querer, sino de no poder.

Suponemos que son buenas personas y muchas de ellas bien preparadas. Y que deben repartirse entre los países de la Unión Europa, sobre todo entre los que estén en mejor situación. Nosotros podríamos acoger a algunos, pero que tengan en cuenta que lo haríamos con mucho sacrificio y que entre nosotros también hay mucha gente que no está pasando las penurias de una guerra, pero que tampoco lo está pasando precisamente bien.

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Es deleznable el cierre de fronteras a personas que huyen de la masacre

Por Karima Muhammad

«¿Unión Europea? Pues sí. Y parece ser que llevan muy en serio dicha unión ya que, por lo que podemos ver, todo lo que acontezca en Europa merece ser objeto de digno eco y nos transformamos en seres ultra humanitarios, véase Charlie Hebdo o los atentados de París.

Pero… ¿qué pasa cuando pasa fuera de nuestras fronteras? Pues que esa humanidad y empatía se nos va por los poros. Es del todo deleznable que se cierren las fronteras a personas que huyen de la masacre y la barbarie; a niños muriendo de frío y hambre; a madres dando a luz en barrizales y un largo etcétera.

¿Esta es la Unión Europea de la que tanto presumimos en los noticieros internacionales? Es intolerable que en pleno siglo XXI se utilicen varas de doble medir en tragedias humanas. Sí, porque la vida da muchas vueltas y puede que mañana seas tú el pobre exiliado en busca de una vida que ni si quiera podríamos decir mejor, pero sí muchísimo más tranquila.

 

¿Hay alternativa a Donald Trump?

Por JD Mez Madrid

El candidato a la presidencia de los Estados Unidos por el Partido Republicano, Donald Trump (Cristóbal Herrera/EFE).

Donald Trump (EFE).

El Partido Republicano de los Estados Unidos contempla con pavor, pienso que se puede decir así, el ascenso de Donald Trump. Tras su victoria en el supermartes de EE UU, los republicanos deberían estar cerrando filas en torno al candidato que ha obtenido ya 10 de 15 victorias posibles, pero el perfil xenófobo e intolerante del magnate genera un escenario inédito. El problema es que no hay alternativa. Marco Rubio sí podría reunir las cualidades de un buen candidato, pero no cuenta con los apoyos suficientes.

Algunos temen, y no es una posibilidad descartable, que los republicanos lleguen divididos a la convención de julio, o incluso que los dirigentes del partido den su apoyo a un independiente para disputar la presidencia a los demócratas, presumiblemente liderados por Hillary Clinton. Otros republicanos se consuelan pensando que Trump representa un papel. Puede, pero esto significa que no le importa sembrar división con tal de conseguir sus objetivos. En todo caso presenta una peligrosa posibilidad.

 

 

Inmigrantes sirios y las fronteras de Europa

Por L.F.

Tras la reunión de urgencia del Consejo se ha decidido duplicar los fondos comunitarios destinados a la lucha contra la inmigración ilegal en Turquía, mediante la devolución obligada de inmigrantes sirios desde la frontera europea, sin renunciar a la “manu militari” que ya se usa a través de la OTAN en el mar.

Voluntarios de la Cruz Roja atienden a un grupo de inmigrantes llegados a Ceuta (EP/Cruz Roja).

Voluntarios de la Cruz Roja atienden a un grupo de inmigrantes llegados a Ceuta (EP/Cruz Roja).

Hablar de lucha contra la inmigración aunque se le añada el calificativo de ilegal contribuye a mantener el falso imaginario colectivo que ve la diversidad humana como un riesgo para la identidad europea y, por tanto, legitima la vinculación de inmigración e inseguridad colectiva, idea perversa pero recurrente, sobre todo en tiempos de crisis económica y de empleos como los actuales; o en el mejor de los casos identifica a las personas desplazadas como gentes y grupos ajenos al modelo de convivencia y ciudadanía consolidado, y por lo tanto como una carga para el precario estado de bienestar que nos queda.

Olvidamos que los emigrantes dejan su país, en busca de una dignidad personal que allí no van a conseguir y que aquí les negamos sistemáticamente, creyendo que si mejoran su suerte es a nuestra costa, y no por el esfuerzo extraordinario que asumen desde que decidieron partir.

Se está utilizando, de forma retrógrada, la situación que sufren los desplazados forzosos contra ellos mismos, y como arma arrojadiza contra la libertad personal de todos nosotros. No me parece la conducta más apropiada para una Europa que quiere ser alternativa a los integrismos religiosos y al terror que ocasionan en Oriente Medio.

 

George Martin, el ‘hombre de la corbata’ que moldeó el talento de Los Beatles

Por Tomás Fernández Bayort

Imagen histórica de George Martin, conocido como el quinto Beatle (Vídeo REUTERS/ATLAS).

George Martin, ‘el quinto Beatle’ (ATLAS).

A los que crecimos escuchando a los Beatles nos ha golpeado de repente la tristeza con la muerte de George Martin, el productor de EMI que reconoció el talento de una banda que en sus pruebas para Decca mostraba un sonido y unas voces todavía por hacer. Los Beatles le dijeron que no les gustaba su corbata y a la vez le entregaron una música fresca y original que él elevó a la categoría de magistral.

¿Yesterday nos parecería tan genial sin el cuarteto de cuerdas que acuna la voz de McCartney? ¿Se podría hacer mejor Tomorrow Never Knows sabiendo que Lennon quería que sonara “algo así como el canto de cien monjes tibetanos”? No conoceremos qué habría sido de los cuatro de Liverpool sin Martin, pero con él fueron tan fabulosos que todavía hoy nos emocionamos al escucharlos.

 

 

Promover la conciencia ciudadana para dejar de destruir el planeta

Por Rosa Robledo

La contaminación que el ser humano está generando afecta directamente a la Tierra y destroza todo ecosistema llevándonos irrevocablemente a la destrucción absoluta del planeta.

Esta situación degenerativa mueve pocos hilos a la hora buscar una solución al problema por parte de las instituciones políticas. Creo que este asunto es tan importante como las circunstancias económicas que está viviendo el país en estos momentos. Si a esto no se le busca un remedio de inmediato, puede que entremos en un estado de no retorno, en el que lo único que nos quepa esperar sea ver cómo la Tierra va directa a un exterminio creado y garantizado por la raza humana. Tenemos el orgullo de ser la única especie que se autodestruye a sí misma, a sabiendas del desenlace tan fatídico al que va a desembocar.

Osos polares en un iceberg en deshielo, debido al cambio climático (Gtres).

Osos polares en un iceberg en deshielo, debido al cambio climático (Gtres).

El gobierno debería llevar a cabo unas medidas, tales como regular el consumo de productos con plásticos, restringir el uso de los mismos en productos naturales y prohibir la venta de envases de plástico, pudiendo volver a usar garrafas de vidrio, así como también botellas de este mismo material y botellitas pequeñas de materiales como el acero que, aunque también es contaminante, no se tendría que renovar con tanta frecuencia como las de plástico. También podríamos delimitar el uso del transporte personal y poner en práctica las alternativas a las fuentes de energía más contaminantes.

Hay que promover la conciencia ciudadana y que todo el pueblo se sienta identificado con la causa y busque su pequeño lugar en la tarea diaria de hacer de este planeta un lugar más limpio y habitable.