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Archivo de marzo, 2021

Queridos atléticos, haced memoria: No se le puede exigir nada a Simeone

Por José A. Torga

Queridos atléticos:

Antes de nada quiero presentarme. Soy el socio número 2.563, me llamo José y me declaro «Cholista«. Tengo el máximo respeto por las opiniones de todos los aficionados, ninguna es mejor ni peor que la de otro, todas son válidas y respetables.

Pero vengo observando desde hace tiempo una especie de división entre nosotros que no puedo entender. Antes del partido del Chelsea Simeone ya era el mejor entrenador de la historia del Atlético de Madrid. No es una opinión mía, son datos y hechos. Ha superado a nuestro querido, mítico y legendario Luis Aragonés. A partir de ese momento lo único que hará será agrandar su trayectoria y su leyenda

A mi entender el problema de Simeone es el propio Simeone. Ha puesto el listón tan alto que si no ganamos un título todos los años es un fracaso. Y no un título cualquiera, tiene que ser la Champions.

«El Cholo siente pasión y fervor por nuestros colores, y sufre en cada derrota como sufrimos cualquiera de nosotros»

Es cierto que hay equipos que juegan más alegres, con más elaboración, más bonito, más ofensivo. Es otro estilo, pero no el del Cholo. Con su estilo hemos ganado todos los títulos posibles menos la Champions, llegando a la final dos veces.

Con ese estilo le ganamos una liga (en el Nou Camp) al Barcelona de Messi y al Madrid de Cristiano. Ganamos una copa, también al Madrid, en su propio estadio. Más las dos Europa League y las supercopas, tanto de España como de Europa.

Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid.

Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid.

Con ese mismo estilo nos metimos en la final de Lisboa ganando al Chelsea de Mourinho por uno a tres en el mismísimo Stamford Bridge. Con ese estilo y ese juego nos revolcamos todos por el suelo celebrando el 2-3 en Anfield tras derrotar (en los dos partidos) a un equipo temible e imbatible como era por entonces el Liverpool. Y con ese estilo nos hemos hecho un equipo respetado en todo el mundo.

Cuando llegó Simeone al Atleti veníamos de un largo periplo en el que solo Quique Flores había conseguido un título. La última liga la logramos en el 96 de la mano de otra leyenda, Radomir Antic. Casualmente Simeone era parte de esa plantilla y marcó el uno a cero contra el Albacete que nos daba el título. Después, diecisiete años de sequía liguera.

Desde entonces penurias, dramas. El equipo, en el mejor de los casos, en tierra de nadie. Incluso llegaron los dolorosos dos años en el infierno. Desde la llegada del Cholo siete títulos, dos finales de Champion y el equipo jugando de manera consecutiva la máxima competición europea.

Algunos piden su relevo

En su debe, alguna eliminación copera difícil de explicar. Me refiero a los varapalos ante la Cultural y Cornellá. Y ahora, tras una primera vuelta histórica, a falta de diez jornadas, con el equipo aventajando en cuatro y seis puntos a sus rivales (Barcelona y Madrid) hay críticas desde la afición y cierto sector de la prensa a la labor del Cholo. «Hay que exigirle más». Incluso algunos piden su relevo a final de temporada.

Pues yo, con todos mis respetos para esos críticos, no puedo exigirle nada a Simeone. No se le puede exigir nada a un entrenador que nos lo ha dado todo, que desde la banda se deja la voz corrigiendo a los jugadores, que «disputa» cada balón, que corre, salta y se deja la vida como un jugador más. Que siente pasión y fervor por nuestros colores. Y que sufre, sufre en cada derrota como sufrimos cualquiera de nosotros.

Por eso lo único que yo le pido a Simeone es que se quede muchos años más, hasta que él quiera. Y a la afición del Atleti que haga memoria, que sepa quienes somos y de dónde venimos. Un club (el mejor del mundo) que nunca ha ganado la Champions, que solo jugó una final en toda su historia antes de su llegada y al que ahora se le pide que la gane todos los años. Forza Atleti.

 

Carta de un enfermo grave de covid a Victoria Abril, Miguel Bosé y resto de negacionistas de esta pandemia

Por  Julio González Tolmo

Contraje el coronavirus con 64 años en marzo del pasado año 2020. He sido un enfermo grave de covid. Siete meses después de darme el alta hospitalaria todavía sigo con secuelas físicas.

Estoy muy indignado con los comentarios que vengo oyendo sobre el coronavirus por parte de Victoria Abril, Miguel Bosé y otros negacionistas. Me da la sensación de que su negación sobre esta maldita pandemia la manifiestan por llevar la contraria sin más y así que se hable de ellos aunque sea mal, porque si no, no se entiende.

Si no fuese un tema tan serio y preocupante me daría igual. Ingresé el 25 de marzo de 2020 en el hospital La Paz de Madrid, estuve allí cuatro meses y una semana, de ese tiempo 21 días en la UCI. He sido, como muchos, un enfermo covid con múltiples complicaciones, neumonía bilateral, trombo pulmonar, derrame cerebral, pequeño ictus, coágulos, atrofia en los nervios femoral de una pierna, afonía casi total y alguna que otra más.

Después de más de 7 meses desde que me dieron el alta hospitalaria todavía arrastro secuelas como deficiencia respiratoria, dificultad para andar y, de vez en cuando, dolor de cabeza. A pesar de todo esto me considero afortunado por haber podido sobrevivir a esta maldita pandemia.

Yo no tenía patologías previas, he hecho deporte siempre, no fumaba y he llevado una alimentación más o menos saludable. Mi familia, mis amigos y yo sabemos de verdad lo que es este virus porque lo hemos sufrido. Por eso cuando oigo y veo a personas haciendo ciertos comentarios, casi mofándose del «corona-circus» como lo llama Victoria Abril, siento mucha indignación.

A esas personas que dudan de la pandemia y de sus graves consecuencias les diría que pasaran por cualquier hospital y vieran alguna planta de covid o de UCI por covid o simplemente que visitaran algún centro hospitalario de rehabilitación post covid, como el de Cantoblanco en Madrid donde yo estuve; verían, como yo he visto, pacientes que ya han pasado el covid y están esperando para hacer sus sesiones de rehabilitación sentados en sillas de ruedas, atados al respaldo de la silla para que no se caigan.

Facultativos atienden a un paciente con Covid-19 en la UCI del Hospital Reina Sofía de Córdoba, en una imagen de archivo.

Facultativos atienden a un paciente con Covid-19 en la UCI del Hospital Reina Sofía de Córdoba, en una imagen de archivo.

Yo no les pido que sean solidarios con las víctimas de esta pandemia, porque es evidente que no lo son, demuestran cero empatía con los que desgraciadamente hemos sufrido esta enfermedad. Sin embargo, lo que al menos deberían tener es un mínimo de respeto por todas las miles de personas que desgraciadamente han fallecido por el coronavirus, por sus familiares, por todos los miles de enfermos como yo que lo hemos pasado muy mal estando al borde de la muerte, por nuestros familiares, que han sufrido nuestra enfermedad sin poder vernos en muchos momentos por las medidas de seguridad y con el temor de que en cualquier momento les llamasen por teléfono del hospital para decirles lo peor.

Yo no les deseo a ellos que se contagien (porque no deseo el mal a nadie) como yo me contagié para que vieran realmente lo que se sufre. Seguro que no hablarían de la forma tan frívola como lo hacen. Pero si quieren hablar y cuestionar seriamente el coronavirus que al menos antes se informen con verdaderos profesionales.

Antes de finalizar mi carta quiero dar las gracias, toda mi admiración, todo mi respeto y todo mi cariño a los verdaderos héroes que son todo el personal sanitario que están jugándose cada día sus vidas con esta maldita pandemia para salvar las nuestras, aunque algunos sean incluso negacionistas.