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Un consejo para los fabricantes de zapatos: estudien mejor a su público

Por María Ramón

Foto de un zapato tomada por Mapplethorpe en 1987 (Robert Mapplethorpe).

Foto de un zapato tomada por Mapplethorpe en 1987 (Robert Mapplethorpe).

“Del 41 por favor.” Ahí está. Justo en ese momento la cara del dependiente o la dependienta cambia radicalmente. Tú, que ya tienes experiencia, has pedido siete modelos diferentes (como mínimo) y sabes que lo que recibirás son zapatos de la talla 40 porque “el modelo calza grande”, que en realidad significa “no quedan zapatos del 41 porque seguimos pensando que hay poca demanda”.

Con el incremento de la altura de la población, nuestros pies también han crecido. Hay muchas chicas que calzan un 41 y se enfrentan a un reto de paciencia y frustración en cada compra. Puede parecer un problema insignificante pero creo que deberíamos reflexionar. Si hablamos de tallas grandes de ropa todos creen que se debe mejorar, ¿no es una situación parecida? Hay fabricantes que incluso acaban su tallaje en el 40. Estudien mejor a su público, es mi consejo y el de muchas “41”. 

3 comentarios

  1. Dice ser Lola

    Es cierto, muchos modelos de zapatos terminan en la talla 40 y cuando encuentras un zapatería con un letrero anunciando tallas de mujer de la 41 a 45 son siempre zapatos de tacón que parece que están pensados sólo para los drags.

    16 octubre 2016 | 19:22

  2. Dice ser oh

    Oferta y demanda, es algo bien sencillo. Son fabricantes, y tienen la responsabilidad de que su empresa sea rentable con todo lo que ello implica: salarios, inversiones, seguridad social, hacienda, beneficios, etc.
    Tú di a los fabricantes cuanto estás dispuesta a pagar por tus zapatos del 41 y a ver que pasa.

    16 octubre 2016 | 22:43

  3. Dice ser Francisco de Asís de Ureñas

    EL PROBLEMA DEL CALZADO
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    …Mucha razón, amiga María. Mi hija nunca encuentra zapatos de su talla. Mide casi 1’80 m de estatura y, claro, tiene los pies como palas de panadero. La única solución son las zapatillas de chico, muy bastas y sobrias; la puntera redondeada, la suela muy gruesa, demasiada lengüeta, todas de estilo basket. Aun así es afortunada. Peor sería que le gustase para diario el calzado de vestir. Con un 43 de pie sólo podría calzar mocasines.
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    …Mi caso si que es triste. Trabajo ocasionalmente como dama de fiestas en un local de alterne –soy actor–, y pocas veces encuentro la talla 45 en zapatos de tacón alto. Al final los tengo que comprar por internet y me salen por un pico. He aquí mi colección (de momento): los zapatos coreanos mujer aristocracia, los Jenay cuero con plataformas, los zapatos blancos de lujo con estiletes, las Pretty Ballerinas en color tierra con cristales de Swarovski o los Botticelli en negro, con rejilla y tacón dorados. Póngale a cada par de media 100 euros y acertará.
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    …Otro problema de las tiendas de calzado son los famosos 2×1. Es decir, comprando un par, te regalan otro de igual precio o inferior. Por supuesto el primer par es carísimo. De media 80 euros. Lo que obliga a compartir gastos con un amigo que necesite zapatillas en ese momento. Lo cual es complicado. El dependiente, por nada del mundo, te vende un solo par por la mitad del precio, aunque lo mates. ¿Por qué será? El precio del zapato es el mismo.
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    …Luego está el incordio de los llamados ‘asimétricos’. Dícese de la personas que padecen algún tipo de asimetría en sus pies respecto al resto del cuerpo. O los tienen excesivamente pequeños o cada pie es de una talla diferente. Casualmente tengo amigos con los dos problemas. Uno mide 1’82 m de estatura, pero usa un 34’5 de pie. Ha de comprarse a la fuerza los modelos para niño, que tienen color de niño y estilo de niño también. Pasa luego mucha vergüenza.
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    …El otro caso es aún peor. Mi amiga Chari usa el 37 para el pie derecho y el 39 para el izquierdo. Por mucho que negocia con los dependientes, ninguno acepta venderle un zapato de cada talla. Ni siquiera por algo más de dinero. Está obligada a comprarse los dos pares que, si son baratos, no ocurre nada. Pero cuando son caros. O bien lleva un pie holgado o bien lo lleva apretado y con dos números menos. Al día siguiente, rozadura que te crió. Estos dependientes son unos miserables.

    18 octubre 2016 | 23:30

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