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Guerra y paz: asumir la diferencia

Por Pedro Punzón

La viñeta del dibujante Eneko del día 16, en la que aparecen en la parte superior dos siluetas humanas, una en color blanco y otra en negro, apuntándose con sendas pistolas y con la leyenda “GUERRA”, en la parte inferior, ambas siluetas han intercambiado la mitad de sus colores, con lo que ambas aparecen, mitad blanco y mitad negro, sin pistolas y con la leyenda “PAZ”, se me antoja de una agudeza extraordinaria.

Guerra y paz

Viñeta de Eneko

Refleja que cuando vemos al “otrodiferente -sea esta diferencia, de raza, religión, ideología, condición social, etc.- y además identificamos “el ser diferente” con ser contrario, rival, competidor o, en el peor de los casos y por desgracia frecuente, enemigo, la desconfianza, el recelo y el enfrentamiento están a un paso. Abundan los ejemplos en la historia. Los más cruentos e incoherentes, los causados por las diferencias religiosas que, cuando no han sido la causa principal, sí  aparecen como un ingrediente destacado y “bandera de razón” de alguna de las partes enfrentadas;  también los provocados por ideologías de extremos y  nacionalismos excluyentes, que dibujan al “otro” como la causa de todas las frustraciones y males que les aquejan.

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