Por Víctor Santos Gascueña
Cuán importante es su labor. No hay sarao, fiesta o negocio que se lleve a buen término si no se cuenta con su presencia. Siempre en sintonía con la voz dominante actúan como amplificador de su patrocinado, jaleando y coreando sus iniciativas sin cuestionarse jamás otra cosa que no sea objetivo distinto al de su jefe de filas.
No son mecenas ni filántropos aunque lo puedan parecer. Siempre les mueve algún interés; pecuniario en unos casos… el coqueteo con el poder en otros.
Queridos y apreciados en su círculo y denostados fuera tienen una capacidad que les hace supervivientes… Son camaleónicos… su capacidad de adaptación al medio es impresionante…
¿Qúe sería España sin ellos…?
no entendí ni madres!
16 enero 2014 | 16:28
yo tampoco entendi lo que quiere decir, pero me imagino que el que escribe la carta si hace una boda quiere que a la misma vayan 500 invitados aunque su relacion intima con el novio o la novia sea practicamente nula, a todo el mundo nos gusta en las grandes ceremonias darnos un baño de multitudes, no hace ni dos semanas tuvimos las denostadas navidades y su nochebuena que precisamente los que mas la critican son los que se juntan 20 y la madre a cenar esa noche que a veces acaban en discusiones o malos rollos precisamente por ir la gente para hacer bulto y luego contar al otro dia en la oficina que se juntaron 20.
16 enero 2014 | 16:56
Tiene razón. No entendió nada y mala imaginación.
16 enero 2014 | 17:36
Los palmeros son en pocas palabras los pelotas lameculos de alguien. Ejemplo: los de María Teresa Campos en su programa, y así miles. Esa gente que solo está para regalarle los oídos a alguien (por conveniencia, claro).
16 enero 2014 | 17:57
Victor, chiquillo, desarrolla un poquito màs el asunto anda.
En un cuadro flamenco los palmeros son de los que màs cobran, no es nada fàcil.
Hablas de bufones , lameculos, clà, adoradores sin fronteras…..nada nuevo. Muy sosa tu carta que quieres que te diga.
16 enero 2014 | 18:28
chale, pues es muy facilito de entender.
Según la RAE: m. y f. Persona que acompaña con palmas los bailes y ritmos flamencos.
En este caso, se refiere de forma figurada (y no tanto) a los palmeros por ejemplo de los políticos, ese séquito, esa camarilla que les acompaña, para aplaudir sus leyes, o sus charlas, para hacer parecer, que entre el público hay gente que está de acuerdo con las afirmaciones de sus líderes.
En definitiva para camelarse al personal, haciendo pensar que hay mucha gente de acuerdo con esa persona o idea.
Es como los animadores en el programa de la tele, promueven el aplauso o la risa, después de una intervención, aunque si quiera sea merecido.
Aplica esto a la política y ya lo entiendes (son LAMEOJETES por algún INTERÉS generalmente ECONÓMICO).
Por cierto, gran post Víctor Santos Gascueña… España sin ellos simplemente sería mejor, más limpia. Saludos.
17 enero 2014 | 9:45