Por Juan García
La autora de uno de los capítulos del estudio “El déficit de natalidad en Europa” e investigadora del CSIC, Teresa Castro, ha señalado la diferencia de España frente a otros países, donde hay un porcentaje alto de mujeres que no desean tener hijos, y ha explicado que la dificultad en el país radica en que “casi todas las parejas tienen un hijo pero muy pocas tienen un segundo o un tercero”. De hecho, ha indicado que, en la actualidad, “tres de cada diez niños en España crecen sin hermanos”.
Por otra parte, Castro ha explicado también que, a diferencia de otros países en que la inmigración supone un impulso a la natalidad, la procedencia de los principales grupos de inmigración en España (países del Este de Europa y de Sudamérica) hace que en el país no se experimente este fenómeno, dado que la natalidad de los países de origen es ligeramente inferior en el caso de los primeros y ligeramente superior en el caso de quienes vienen de Sudamérica, que no alcanzan tampoco la tasa de reemplazo. El problema del hijo único no es solo el reemplazo sino todo lo que representa en la educación y para la madurez el crecer sin hermanos.
En muchos países hay exceso de natalidad, así el déficit de otros se compensa. No hay problemas de natalidad a nivel mundial, desde luego. Si no fueramos rascistas no dariamos esa importancia a que en un determinado país la natalidad descienda. Hay gente de sobra en el mundo y alimento de falta. Y lo del problema del hijo único… bueno, se trata de educación, si quieres que tu hijo o hija aprenda ciertos valores que se conocen más fácilmente con iguales cerca preocupate de facilitarle su relación con iguales. No es necesario siquiera guarderías ni nada, sal al parque, disfruta de la gente, vive en comunidad.
31 diciembre 2013 | 12:49
No creo que hoy sea determinante para la educación o madurez del niño el tener o no tener hermanos. El nivel social y de educación de los padres suelen ser los factores mas influyentes en todos los estudios.
Carla
http://www.lasbolaschinas.com
31 diciembre 2013 | 13:27
El problema del hijo único no es solo el reemplazo sino todo lo que representa en la educación y para la madurez el crecer sin hermanos.
O_o lo estas diciendo en serio? Supongo que este artículo va destinado a crear polémica. Pero si no es así creo que deberías plantearte si tus prejuicios son acertados o no …
31 diciembre 2013 | 14:24
Qué chorrada es esa del hijo único y la madurez de crecer sin hermanos???
Es mezclar la velocidad con el tocino, para variar.
Este periódico va del mal en peor. Sus artículos son poco rigurosos y cada vez menos documentados.
Me voy a hacer algo más interesante como tomarme un vaso de agua.
31 diciembre 2013 | 16:55
Nos ha jodid. Mayo, cualquiera trae hijos a este mundo y en este país. Para no poderlos educar y para no poder atenderlos y para que sean mano de obra barata en el futuro. ¡Que tengan hijos ellos, los que se dedican a expoliar a los ciudadanos!
31 diciembre 2013 | 19:34
Yo soy hija única y sobre la madurez te diré una cosa: Somos hijos únicos, para lo bueno y para lo malo. Quizá me mimaron más, sí, pero también estaré sola antes ante el mundo, hago frente a mucho más, hace ya tiempo. Te diré además que no debo pelearme con nadie ni discutir detalles sobre según qué cosas que sí discuten los hermanos, debo asumir el riesgo, es lo que hay
Tengo dos hijos y les entiendo, pero mañana su madurez estará supeditada a que yo haya podido transmitírsela. Te aseguro que no es lo mismo educar a uno que a 20.
Cada caso es un mundo y no estoy de acuerdo con que me haya hecho falta esa educación, yo he tenido y tengo amigos, y amigas, y ellos aunque no te lo parezca, a veces me hacen de hermanos, me han enseñado, la mayoría hijos únicos, muchisimas cosas que también han tenido los hermanos.
01 enero 2014 | 4:43
El principal problema de los hijos únicos es que no tienen necesidad de compartir.
01 enero 2014 | 9:32
Cuántos de los corruptos y especuladores de este país son hijos únicos. La mayor parte tienen herman@s. Es más una cuestión de educación que de número de miembros. Y, ¿tener hijos para aumentar el número de esclavos, para que los señoritos dispongan suficientes lacayos? El objetivo es volver a unos tiempos como los reflejados por Miguel Delibes en la novela Los santos inocentes.
01 enero 2014 | 17:56