Entradas etiquetadas como ‘sillas’

Diseños infantiles de sillas hechos realidad

Dibujo infantil y mueble creado por Beveridge y Lake

Desproporción, líneas torcidas, colores chillones, excéntricos apéndices que precisan de una explicación… Las sillas que Jack Beveridge y Joshua Lake —estudiantes de diseño en la Universidad de Kingston (en el suroeste de Londres)— pidieron dibujar a niños de 7 y 8 años resultaron, como era de prever, en un estallido de inesperadas propuestas.

En la línea de iniciativas anteriores —como la de Wendy Tsao, que transforma en peluches las figuras humanas y los animales de los dibujos infantiles— los diseñadores hicieron el experimento con la intención de después elegir dos de los muebles para hacerlos realidad.

En un colegio local, durante la clase, sólo pidieron a los niños que dibujaran una silla. «Una hora después teníamos una preciosa selección de diseños que ni tan siquiera podríamos haber estado cerca de imaginar», dice Lake. En la galería de propuestas hubo asientos divididos por alturas, en forma de cangrejo y de oso, sillas altas de bar con un toque minimalista, sillones con ventanas…

Beveridge y Lake escogieron un modelo de patas verdes con ruedas y asiento rojo que exhibe en el respaldo un retrato de Daniel el travieso (el británico, no el estadounidense). El otro modelo es una mecedora amarilla con un cojín rojo y una particularidad en el lateral izquierdo: un pequeño acuario.

Helena Celdrán

 

La segunda vida de un viejo tanque de propano

Los cuatro muebles que Colin Selig fabricó aprovechando el 99% de un tanque de propano

Los cuatro muebles que Selig fabricó con el 99% de un tanque de propano

El tanque oxidado de gas propano, cada vez más deteriorado por los elementos, descansaba en el terreno de la vivienda unifamiliar californiana de Colin Selig.

El escultor estadounidense especializado en trabajar con metal pensaba a menudo en deshacerse del trasto, pero también reflexionaba sobre la energía que se había empleado en fabricarlo, en el material desperdiciado y destinado a ser un eterno residuo.

«Las formas curvas estimularon mi imaginación y consideré posibles formas de diseccionar el tanque«, cuenta Selig en su página web. Del deseo de reutilizar la enorme cápsula nació su colección de asientos fabricados con el metal de los tanques de propano.

El artista no modifica las curvas, idea sus muebles para que las redondeces se conviertan en piezas que luego se puedan unir entre sí y creen imaginativos bancos que, tras pintarlos con una capa de pintura inoxidable, luzcan como asombrosas piezas de diseño.

Asientos diseñados y fabricados por Colin Selig con el material de los tanques de propano

Asientos diseñados y fabricados por Colin Selig con el material de los tanques de propano

En su primer experimento, tras llenar el tanque con agua para eliminar el gas residual, Selig trazó líneas sobre la superficie, como preparando la enorme cápsula para una operación de cirugía estética. Era la primera vez que hacía algo así y no confiaba en que fuera a funcionar, pero la tranquilidad de trabajar con un material que de todas maneras no iba a servir para nada era una garantía para seguir adelante. Tras hacer el banco —alargado y elegante, con una argolla a acada lado y un respaldo que invitaba a apoyarse— descubrió que con las sobras podía fabricar dos pequeños asientos de dos plazas. Para completar el reto y comprobar cuánto metal podría reutilizar, con los restos de los restos todavía pudo fabricar una silla: había aprovechado el 99% del tanque.

Tras una «investigación ergonómica» con cientos de personas que se sentaron el los bancos y medían entre 1.50 y 1.96, el escultor comprobó con satisfacción que la «suave curva» del respaldo y del asiento resultaba sorpredentemente cómoda, que la inclinación era la adecuada para un buen soporte lumbar. Selig también destaca la «extrema solidez» de la estructura y el buen resultado que da como mueble de exteriores.

El autor también destaca la presencia de estos depósitos (que tienen una vida limitada y están condenados a terminar en vertederos) en todo el planeta y la facilidad con que se pueden convertir en «obras de arte funcionales». En su página web, Selig enlaza a un vídeo que aclara el proceso a seguir para crear sus útiles bancos a modo de instrucciones para quien se anime a seguir su ejemplo.

Helena Celdrán

Las mejores sillas hechas con el corcho y los alambres de las botellas de champán

Sillas de corcho de ediciones anteriores del concurso

Sillas de corcho de ediciones anteriores del concurso

Tras abrir el champán, el corcho, la lámina de aluminio y la chapa de metal con alambres, que preservan el contenido de la botella, quedan abandonados sobre la mesa mientras los invitados se afanan en entrechocar las copas unos con otros. Es probable que, cuando vuelva la calma y fluya la conversación, alguien decida juguetear con el tapón, imaginar los alambres y la chapa como las patas y el asiento de la refinada miniatura de un asiento.

La tienda estadounidense de muebles de diseño Design Within Reach (DWR) organiza anualmente un concurso en el que se premia la creatividad del diseño de una silla utilizando todos los elementos de una botella de champán salvo el vidrio. El plazo de la convocatoria de este año se abrió el 27 de diciembre y terminará el 14 de enero.

El DWR Champagne design Contest se celebra desde 2002, cuando Rob Forbes —el fundador de la empresa— en una celebración, llevó más allá el pasatiempo de sobremesa y junto a sus invitados se esmeró más de lo habitual en construir sillas originales con el corcho y el metal sobrantes. El acontecimiento se ha convertido en una tradición de la compañía.

Silla diseñada por el concursante Monte Allen

Silla del concursante Monte Allen

Para participar, el diseño debe ser original (no se permiten réplicas), sólo se puede utilizar el material de dos botellas, el único modo válido de unir las piezas es el pegamento y la silla no debe medir más de 4 pulgadas (unos 10 centímetros) de ancho, de largo y de profundidad. Hasta ahora, las creaciones finalistas han sido un exquisito alarde de imaginación: hay taburetes minimalistas, sillones inspirados en la Bauhaus, asientos que serían incómodos a tamaño real, experimentos técnicos que recuerdan a un panal de abejas o al asiento de una nave espacial.

Los concursantes deben enviar una foto de su creación (sólo se permite una obra por persona) y un jurado de tres expertos en champán y diseño de sillas elegirá 10 modelos finalistas que tendrán que ser enviados físicamente a DWR. Los ganadores se anunciarán el 28 de enero. Las compensaciones son atractivas, aunque sean tarjetas regalo para la tienda: El primer premio es de 1.000 dólares (757 euros); el segundo, de 500 dólares (378 euros) y el tercero, de 250 (189 euros). Busquen sus corchos, todavía están a tiempo de recuperar los sobrantes de los brindis de ayer.

Helena Celdrán

 

Brandy Shih

Brandy Shih

Ivan Supraha

Ivan Supraha

Alex Garzon

Alex Garzon

Lynne Mulvihill

Lynne Mulvihill

Edward Cristma

Edward Cristma

Isaac Krady

Isaac Krady

Tony Nemyer

Tony Nemyer