En las fotos de su cumpleaños, en marzo, aparece junto a una tarta de tres pisos, orgullosa de ser una señora mayor.
De voz expansiva, cálida y directa, la Reina del Soul siempre fue una persona tímida y sensible que incluso ahora rehuye hablar de hechos pasados de su vida privada. Aretha Franklin (Memphis-Tennessee, 1942) ha cumplido 70 años entre dos imágenes: la de superviviente —segura de sí misma y famosa diva— y la de mujer insegura, temerosa de que sus demonios la visiten a pesar del paso del tiempo.
El productor Jerry Wexler (de Atlantic Records), con el que Fraklin trabajó durante nueve años y 18 álbumes, se refirió a ella como «the lady of mysterious sorrows» (la dama de las penas misteriosas), por el hermetismo con que llevaba su vida personal. Cuando concede entrevistas, las preguntas que no tienen que ver directamente con su música están vetadas.
La ausencia de declaraciones sobre su temprana maternidad a los 13 años o su terrible primer matrimonio se complementan con el aura de confesión que desprenden sus interpretaciones desatadas y sinceras. Aretha ha encontrado siempre en su voz el vehículo para comunicar al mundo el sufrimiento sin caer en el cotilleo barato ni en la comercialización de las penas.
En el Cotilleando a… de esta semana celebramos los 70 años de Ree (como la llaman desde niña) con cinco grandes canciones que interpretó y convirtió en suyas.
1. Respect. Las dos hermanas de Aretha, Carolyn y Erma (que también tuvieron carreras en solitario), hicieron los coros que apoyaban la explosiva voz principal de Respect (Respeto).
La canción original, compuesta por Otis Redding en 1965, era un discurso masculino hacia la mujer, demandando respeto al hombre por llevar el dinero a casa. Franklin la hizo suya en 1967, la convirtió en una insignia incendiaria. Se podía ver como un canto feminista en plena revolución sexual, un discurso contudente en favor del movimiento por los Derechos Civiles o una rebelión verbal hacia quien nos ningunea. Era un grito universal.
Junto a su hermana Carolyn, comenzó a trastear con la canción y entre las dos le añadieron a las voces de los coros un espontáneo «sock it to me» (algo así como demuéstramelo). Sock, muy parecido a suck (chupar) convertía la demanda en un mensaje ambiguo con un contenido sexual que la cantante siempre negó, aunque nunca con empeño. El deletreo del título (R-E-S-P-E-C-T) también fue un añadido de la cantante. Cuando Otis Redding la escuchó supo que Respect había dejado de ser suya y exclamó maravillado: «Esa chica me ha quitado la canción».
2. Do Right Woman – Do Right Man. Grabada un mes después de Respect, Do Right Woman – Do Right Man (que se podría traducir por Mujer que hace lo correcto – Hombre que hace lo correcto) es una canción amarga que trasluce decepción y dolor.
Franklin estaba casada entonces con Ted White, su primer marido y mánager, con el que había contraido matrimonio a los 19 años en 1961 y del que se divorciaría en 1969. Los que conocían a la pareja hablan de maltrato físico y psicológico por parte de White, algo que ella (siempre silenciosa) no quiso nunca afirmar ni desmentir. Do Right Woman – Do Right Man es una canción de súplica contenida por la igualdad entre el hombre y la mujer en una relación de pareja.
Su grabación, en los conocidos estudios FAME de Muscle Shoals (Alabama), fue atropellada y dejó la canción inacabada, con las pistas de guitarra rítmica, batería y bajo esperando a la voz. Jerry Wexler, aburrido del modo de trabajo de Nueva York, creía que el rural sureño le vendría bien al sonido de Aretha, que aceptó con gusto. Allí grabaron I Never Loved a Man (The Way I Love You), otra canción de relaciones hirientes.
Cuando se disponían a comenzar con el segundo tema, Ted White tuvo una pelea de borrachera con un trompetista blanco con el que había estado compartiendo una botella de whisky durante toda la sesión. La bronca arreció con los insultos racistas del músico ebrio ante las provocaciones también raciales de White. Aretha huyó y durante semanas nadie supo donde estaba. Wexler, paciente y conocedor de la sensibilidad de la artista, la encontró en Nueva York y llamó a las dos hermanas de Franklin para terminar la canción.
3. You Make Me Feel (Like a Natural Woman). Escrita por Carole King y Gerry Goffin, con mención en los créditos a Jerry Wexler, quien expresó a los compositores la idea de Aretha como «mujer natural», como complemento al tema (recurrente en el blues) del «hombre natural» que se deja llevar por los sentidos y el deseo. Franklin fue la primera en interpretar el clásico en 1967, un año cargado de hits para la diva, que rompía con la discográfica Columbia para iniciar su despegue artístico con Atlantic.
Con el cambio de casa de discos y su llegada al estrellato internacional, la vestimenta comedida y el maquillaje discreto desaparecieron de su vida y llegaron las pelucas al estilo de las Supremes, los trajes de noche de lentejuelas, los escotes… Un estilo que ha conservado a pesar de los años y de sus bruscas subidas y bajadas de peso, la última hace dos años, cuando perdió cerca de 20 kilos en un tiempo record.

Con Ray Charles, en el concierto de Aretha en el Fillmore West de San Francisco, donde cantó ‘Eleanor Rigby’
4. I Say a Little Prayer for You. De Burt Bacharach y Hal David, la canción fue compuesta para Dionne Warwick, que la convirtió en éxito en 1967. Un año después Franklin la versionó en el disco Aretha Now, con voces de acompañamiento de la formación musical The Sweet Inspirations, el coro de soul en el que cantaban la madre de Warwick y también Cissy Houston (Madre de Whitney). Durante los ensayos cantaron el tema a modo de calentamiento, pero la versión era tan esplendorosa que se convirtió en parte del álbum.
Hija del predicador Clarence LaVaughn Franklin (1915-1984), Aretha empezó a cantar en la iglesia de su padre en Detroit y a tocar el piano de oído. A los 14, él la grabó cantando durante los oficios y comenzó a hacerse famosa en los circuitos de gospel.
El hermano de la artista, el reverendo Cecil Franklin (que fue su mánager cuando la cantante se divorció de Ted White), nunca dejó de percibir en la voz de su hermana el sentido religioso: «Tú escuchas a Aretha y es como estar en la iglesia. Hace con su voz lo mismo que un predicador hace con la suya cuando se dirige a una congregación».
5. Eleanor Rigby. No es facil enfrentarse a un clásico de los Beatles y salir airoso. Aretha Franklin interpretó Eleanor Rigby dándole la vuelta a la canción, usurpando la identidad de la protagonista: ella era Eleanor Rigby, la que recogía el arroz en la iglesia tras la boda.
La versión apareció en el disco This Girl’s in Love with You (1970), en el que también había una de Let It Be que se adelantó a la original de los Beatles. El grupo había enviado a Franklin una maqueta con la canción antes de que se editara el single de los ingleses con el tema. La de Franklin fue la primera grabación comercializada de la canción de Paul McCartney.
Helena Celdrán