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La misteriosa fotógrafa Brittany Markert

"Nida" - Britanny Market

"Nida" - Britanny Markert

«Bañada en negro y obsesionada por respirar, detenida en el largo pasillo iluminado en una noche que no olvidará».

Esta frase, acaso críptica, acompaña como única explicación literaria a la primera foto –la Polaroid de la izquierda– que vi de Britanny Markert.

Sucedió hace unos meses, en un vagabundeo sin destino por los arcanos pasillos de Flickr, donde las sorpresas son cada día menos frecuentes y el rayo de la revelación debe ser consumado: si encuentras algo, agótalo.

Supe que Britanny Markert era estadounidense -el paisaje fotográfico así lo indicaba-; joven -el tanteo, la inseguridad, el juego amable con la belleza-; que quizá provenga de un entorno económico saneado -el vestuario, los hoteles, la gente hermosa y bien alimentada que puebla sus fotos-; que goza con el tenebrismo y los rincones a los que no llega la mirada; que explora la sexualidad y el morbo…

Como vivo cerca de dónde ella vive, le escribí un mensaje interno. Una proposición decente: quedar para hacer fotos juntos. No recibí respuesta. Tampoco la esperaba. Creo que a Britanny Markert no le hacen falta los juegos en colectividad.

"Serenade Sublimina" - Britanny Market

"Serenade Sublimina" - Britanny Markert

Ahora descubro que la fotógrafa, a la que he seguido en silencio, participa en la edición de este año de la exposición colectiva 30 Under 30 | Women Photographers (30 de menos de 30 | Mujeres fotógrafas).

La foto de la izquierda, una joven yacente, paralizada por una contractura que parece radicar en el alma, es una de las que incluye en su slideshow. Forma parte de la serie Serenade Sublimina (Serenata Subliminal).

Mediante el texto informativo-biográfico que aporta a la exposición, he añadido algunos detalles al retrato interior y, por tanto, parcial, que me hago de Brittany Markert.

"Me" - Britanny Market

"Me" - Britanny Markert

Hace un año le regalaron una cámara réflex de 135 milímetros y se ha dedicado desde entonces a «estudiar fotografía analógica».

Su condición de novicia sólo añade asombro a la capacidad palpable de esta muchacha por revelarse, por mucho que, como en este autorretrato, sólo admita mostrarse desde el espejo deformante de la oscuridad.

El pequeño stament es previsible. En lo que a mí respecta, sobra frente a la oscura prosa de las imágenes: «Uso la fotografía para explorar un estado subliminal de la mente, un mundo con frecuencia saturado con recuerdos desvaídos y sueños obsesivos. Muchas de mis imágenes tiene que ver con mi interés en el estudio de los deseos insconscientes, el voyeurismo, la intimidad, la nostalgia y los desos no lineales del pasado, el futuro y el presente».

"Jamie" - Brittany Market

"Jamie" - Brittany Markert

No me hace falta tanto conceptualismo davidlynchiano y me quedo con el atestado vacío de las fotos de Markert: las chicas de ojos cerrados o consumidas por una luz extraterrenal, la acción esquiva cuyo centro ha sido removido y no resulta posible  encontrar, la falta absoluta de mientras tanto, la certeza de que no importa lo que esté sucediendo porque, en cualquier caso, nos arrasará sin remedio hagamos lo que hagamos y será eterno.

Para completar mi idea de Brittany Markert me son de más utilidad los «estímulos inspiradores» que cita la fotógrafa con deliciosa simpleza escolar:  «luz aislada, huecos de escaleras, bañeras, películas antiguas, edificios desolados, moteles, cortinas, ropa vieja y árboles que pierden las hojas».

(Sin título) - Britanny Market

(Sin título) - Britanny Markert

Leídos por segunda vez, haciendo de la enumeración un improbable poema, los sustantivos -siempre más elocuentes que los adjetivos y su indeterminación- adquieren el sentido atávico de una cadena.

Lean de nuevo los estímulos de Britanny Markert y, entre uno y el siguiente, inhalen, obsesionados, como la larga mujer de aquella primera Polaroid, por respirar: luz aislada / huecos de  escaleras / bañeras / películas antiguas / edificios desolados / moteles / cortinas / ropa vieja / árboles que pierden las hojas.

Ahora, con el último aliento, habrán encontrado a la gran narradora fotográfica en la que se convertirá muy pronto Britanny Markert.

Ánxel Grove