Entradas etiquetadas como ‘Monstrum’

Parques infantiles de ballenas, barcos hundidos y castillos-cohete

La ballena azul de Gotemburgo

La ballena azul de Gotemburgo

La ballena azul de Gotemburgo (Suecia) tiene 15 metros de largo y 3,2 de ancho. Se puede entrar a su interior por el lomo o por la boca. Por dentro es rosada y muestra sus costillas sin reparos. En uno de sus costados hay un tobogán. Los niños más pequeños se acercan con cautela a la boca de cuerdas colgantes del cetáceo; los mayores se atreven a escalar hasta sentarse en la cola.

«¿Por qué jugar solo en un arenero cuando puedes jugar en un cráter lunar o en un submarino, o en una araña gigante, o en un caracol enorme, o en un caballo de Troya, o en un cohete, o en una hormiga, o en el castillo de una princesa? La fantasía es infinita», dicen los daneses Ole B. Nielsen y Christian Jensen, fundadores en 2003 de Monstrum.

La pequeña empresa diseña y construye parques infantiles muy diferentes a los habituales, los que un niño avista desde lejos para acto seguido salir corriendo, cegado por el descubrimiento.

Con un plantemaniento espectacular —derivado de la experiencia en escenografía teatral— pero también conscientes de la dureza de las condiciones climáticas de Dinamarca y Suecia, utilizan madera de Alerce de Siberia (un arbol común también en los países nórdicos, de rápido crecimiento y resistente a las heladas), contrachapado de abedul y pintura impermeable.

El barco carguero de Höganäs

El barco carguero de Höganäs

La compañía de Dinamarca tiene ahora un equipo de nueve  arquitectos, ingenieros y diseñadores dedicados a reinventar las construcciones clásicas para que en conjunto creen un paisaje irresistible que explote las posibilidades creativas de cualquier niño.

Un barco carguero medio hundido tiene una pasarela hacia un faro y unas grandes cajas de madera para que los náufragos se refugien. Dos mundos muy diferentes (la torre del castillo de una princesa y un cohete) se unen para que la nobleza y los astronautas convivan e intercambien papeles si se les antoja.

Además del elemento imaginativo, Monstrum quiere con sus parques «retar las capacidades motoras del niño en todas sus fases», que haya sencillos peldaños para los que hace poco que saben andar, retos más complicados para saltimbanquis de cinco años y cimas a las que sólo pueden trepar los niños que ya se sienten mayores.

Helena Celdrán